domingo, 31 de julio de 2011
De la censura a la vida (Agradecimientos)
Por Manuel Gayol Mecías
Estoy seguro que los personajes de mis cuentos hoy están bailando y cantando en sus nada remotos linderos de la realidad imaginaria, en esta noche, sí, en La Otra Esquina de las Palabras. El Café Demetrio es sin dudas un lugar acogedor, agradable y vasto por la diversidad de almas que siempre vienen a regocijarse con el intelecto.
Realmente me siento feliz (la felicidad es eso, siempre un presente con pocos o muchos momentos, pero imperecederos en la memoria), porque gracias al poeta Joaquín Gálvez, con su siempre sorprendente tertulia, contamos con un espacio próvido, provechoso de buenas sorpresas; y qué puedo decir entonces del narrador Rodolfo Martínez Sotomayor de la Editorial Silueta, que no sea el hecho de reconocer cómo tan certeramente se leyó mis relatos, y los comenta y me da esa complacencia de hacerse copartícipe de mi creación; del editor Armando Añel y su esposa Idabell, mis amigos y colegas de sueños y andanzas, que salimos de nuestra querida Cuba con el mismo ideal de la libertad y la cultura acuestas; Ernesto G, escritor, bloguero y documentalista, creador de geniales minivideos que se han internado en lo más profundo del ciberespacio como breves creaciones rítmicas que nos van dejando los deseos de leer un libro o de admirar a una escuela; y a todos ustedes, entre los que se encuentra mi familia toda, y que ahora mismo están en el umbral de mi libro, para enriquecerlo o para señalarlo, y que son los que siempre tendrán la última palabra.
El Café Demetrio, por ustedes, se llena de una resonancia feérica con armónicos conceptos, cómplices o contrapuestos argumentos, que es como decir: se repleta de magia, de naturaleza alquímica, de conquista de la imaginación, y porque también esta noche ensayamos la posibilidad de sentir el amor de lo bueno de las relaciones humanas y del cariño por la literatura. Sí, ahora no es solo La noche del Gran Godo, sino además la noche en la que invocamos el amor, la amistad y el aprendizaje de la comunicación.
En esta región de mar profundo, de quietas y alocadas olas y cielo de nubes crepusculares; en esta región donde el mar también lo es todo, o al menos, una de las partes más importantes del Todo, en estas aguas del Atlántico y del Caribe que nos rodea como perenne testigo de un proceso y desenlace históricos, el Ánima Mundi de Miami y La Habana —no exento de sus connotaciones políticas, indudable— dejan salir así sus seres invisibles, al modo de godos y acreditados, de corruptos comunistas e ingenuos estudiantes, de jineteras, torturadores y diplomáticos, de dáimones míticos, elfos y sidhes, de gnomos traviesos y hados nefastos, ellos —como los mismos personajes humanos, con sus grandes incitaciones al misterio y a lo gótico, a lo político y social y a las fantasmales leyendas de la belleza—, nos proponen que hoy, la noche de hoy, se re-haga con la piedra filosofal de las palabras.
Y cargado de inolvidables palabras me ha recibido Gálvez y me ha recibido Martínez y me ha recibido Añel, y de seguro ustedes que conforman el colofón final de mi libro. Sí, agradezco sinceramente su presencia, amigos, a Neo Club Ediciones y a los mismos personajes de este cuaderno de ocho relatos, el hecho cierto de que La noche del Gran Godo podrá ir haciendo su camino al andar —en palabras de Antonio Machado— en la difícil pero siempre prodigiosa dimensión de la literatura, y demostrar una vez más que los tortuosos senderos tienen su momento final, y que de la misma manera en que en estos momentos mi libro rompe esta censura de 19 años, todos los cubanos en su instante crucial, infinitamente más grandioso que todos los momentos felices que se puedan haber tenido, podrán romper asimismo la censura a la vida que se nos ha impuesto en esa isla. Entonces, amigos míos, creo firmemente que llegará la noche radiante, el oscuro esplendor, en que presentaremos al mundo la compleja, trágica y deslumbrante saga de nuestra historia moderna.
Gracias
Palabras leídas por Manuel Gayol Mecías en la presentación de su libro de relatos La noche del Gran Godo, en La Otra Esquina de las Palabras, en el Café Demetrio, el viernes 29 de julio de 2011.
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