Estoy seguro que los personajes de mis cuentos hoy están bailando y cantando en sus nada remotos linderos de la realidad imaginaria, en esta noche, sí, en La Otra Esquina de las Palabras. El Café Demetrio es sin dudas un lugar acogedor, agradable y vasto por la diversidad de almas que siempre vienen a regocijarse con el intelecto.
Realmente me siento feliz (la felicidad es eso, siempre un presente con pocos o muchos momentos, pero imperecederos en la memoria), porque gracias al poeta Joaquín Gálvez, con su siempre sorprendente tertulia, contamos con un espacio próvido, provechoso de buenas sorpresas; y qué puedo decir entonces del narrador Rodolfo Martínez Sotomayor de la Editorial Silueta, que no sea el hecho de reconocer cómo tan certeramente se leyó mis relatos, y los comenta y me da esa complacencia de hacerse copartícipe de mi creación; del editor Armando Añel y su esposa Idabell, mis amigos y colegas de sueños y andanzas, que salimos de nuestra querida Cuba con el mismo ideal de la libertad y la cultura acuestas; Ernesto G, escritor, bloguero y documentalista, creador de geniales minivideos que se han internado en lo más profundo del ciberespacio como breves creaciones rítmicas que nos van dejando los deseos de leer un libro o de admirar a una escuela; y a todos ustedes, entre los que se encuentra mi familia toda, y que ahora mismo están en el umbral de mi libro, para enriquecerlo o para señalarlo, y que son los que siempre tendrán la última palabra.
El Café Demetrio, por ustedes, se llena de una resonancia feérica con armónicos conceptos, cómplices o contrapuestos argumentos, que es como decir: se repleta de magia, de naturaleza alquímica, de conquista de la imaginación, y porque también esta noche ensayamos la posibilidad de sentir el amor de lo bueno de las relaciones humanas y del cariño por la literatura. Sí, ahora no es solo La noche del Gran Godo, sino además la noche en la que invocamos el amor, la amistad y el aprendizaje de la comunicación.
En esta región de mar profundo, de quietas y alocadas olas y cielo de nubes crepusculares; en esta región donde el mar también lo es todo, o al menos, una de las partes más importantes del Todo, en estas aguas del Atlántico y del Caribe que nos rodea como perenne testigo de un proceso y desenlace históricos, el Ánima Mundi de Miami y La Habana —no exento de sus connotaciones políticas, indudable— dejan salir así sus seres invisibles, al modo de godos y acreditados, de corruptos comunistas e ingenuos estudiantes, de jineteras, torturadores y diplomáticos, de dáimones míticos, elfos y sidhes, de gnomos traviesos y hados nefastos, ellos —como los mismos personajes humanos, con sus grandes incitaciones al misterio y a lo gótico, a lo político y social y a las fantasmales leyendas de la belleza—, nos proponen que hoy, la noche de hoy, se re-haga con la piedra filosofal de las palabras.
Y cargado de inolvidables palabras me ha recibido Gálvez y me ha recibido Martínez y me ha recibido Añel, y de seguro ustedes que conforman el colofón final de mi libro. Sí, agradezco sinceramente su presencia, amigos, a Neo Club Ediciones y a los mismos personajes de este cuaderno de ocho relatos, el hecho cierto de que La noche del Gran Godo podrá ir haciendo su camino al andar —en palabras de Antonio Machado— en la difícil pero siempre prodigiosa dimensión de la literatura, y demostrar una vez más que los tortuosos senderos tienen su momento final, y que de la misma manera en que en estos momentos mi libro rompe esta censura de 19 años, todos los cubanos en su instante crucial, infinitamente más grandioso que todos los momentos felices que se puedan haber tenido, podrán romper asimismo la censura a la vida que se nos ha impuesto en esa isla. Entonces, amigos míos, creo firmemente que llegará la noche radiante, el oscuro esplendor, en que presentaremos al mundo la compleja, trágica y deslumbrante saga de nuestra historia moderna.
Gracias
Palabras leídas por Manuel Gayol Mecías en la presentación de su libro de relatos La noche del Gran Godo, en La Otra Esquina de las Palabras, en el Café Demetrio, el viernes 29 de julio de 2011.
La capacidad de adaptarse a las circunstancias ha sido uno de los secretos de la subsistencia de la dictadura en Cuba. En el caso de la censura en la cultura, este poder se ha manifestado mediante una manipulación precisa, certera.
Lo que un día es motivo de condena, más tarde, por conveniencia, es permisible. Y no sólo aceptado, sino que a su vez el gobierno se hace vocero de lo que ayer condenó. Un ejemplo ilustrativo es el caso de la emigración: En 1975, Pablo Milanés musicaliza y canta con altas notas de reproche, aquellos versos de Nicolás Guillén, cuando condenaba a los que partían al decir: Tú que a tu tierra olvidaste responde tú, y en lengua extraña masticas el well y el you,… o en los años del Mariel compuso para los que partían: ...¿Qué sol te abrazará, qué clase de libertad van a darte?
Sin embargo, en un concierto pagado con la moneda del enemigo, en 1999, en Chicago, ante un público delirante, se preguntaba, en su canción Exodo, ¿dónde están los amigos que tuve ayer, qué les pasó? Y al final, casi entre llanto concluía: he deseado más de una vez verlos conmigo aquí, morir.
Otro ejemplo ilustrativo es el caso del homosexualismo, desde la persecución y el confinamiento en campos de concentración, en los 60, hasta las comparsas con Arcoiris e imágenes del Che, de Mariela Castro, hay un extremo de un oportunismo repulsivo. Una funcionaria de Cultura comentaba que era tanta la obsesión de Mariela Castro con el tema, después de aplastarlos y reprimirlos en el pasado, que en cualquier momento ser gay era un mérito laboral.
Las jineteras ha sido otro tema que pasó desde la censura hasta la saturación, el trovador cubano Pedro Luis Ferrer, quien cantaba en su pasado odas a una patriota miliciana artillera, despertó un día en los 90, escribiendo una canción que decía: Marucha la jinetera tiene una flor en el alma…no es justo que se le nombre como una mala palabra.
Hasta Silvio Rodríguez tratando el tema escribió su canción Mariposas nocturnas. Nunca sabremos si la artillera miliciana se convirtió en jinetera o en Mariposa.
Lo cierto es que la historia ha demostrado que el oficialismo se apresura a tomar el liderazgo en los temas censurados y condenados con anterioridad, lo mismo ha sucedido con el Rock, The Beatles y John Lennon, quien hoy cuenta con una estatua de bronce inaugurada hasta por el ex ministro de Cultura y un largo etcétera, de esta manera se intenta cambiar la historia para las nuevas generaciones.
Entre esa transición desde la censura hasta la permisibilidad hay un espacio de tiempo o una tierra de nadie donde romper el esquema trazado por el gobierno es de gran peligro. El trauma del caso Padilla sobrevive como un fantasma amenazante sobre los jardines de la UNEAC.
El año 1992, cuando el escritor cubano Manuel Gayol Mecías gana el premio nacional de cuentos Luis Felipe Rodriguez, con La noche del gran Godo, es un tiempo de cambio en Cuba, impuesto por la necesidad económica.
Ingenuamente se tenía fe en que los aires de la Perestroika y el Glasnost llegarían a la isla. Con el tiempo los jóvenes dirían que no teníamos a un Gorbachov, que para nosotros no había Perestroika sino la “Perestranca”.
Manuel Gayol Mecías, confiesa que fue inocente en confiar en que podía cambiar las cosas, pero al menos dijo su verdad sin importar que después patearan su puerta, que lo condenaran al silencio, parafraseando a Heberto Padilla.
En su cuento Angina Pectoris, el autor de La noche del gran Godo, parece hacer un mea culpa de su inocencia cuando dice: Fue un dolor que comenzó en tu propio pensamiento cuando descubriste que no podías hablar, que no podías decir las cosas que pasaban, ni en tu trabajo, ni en la calle, y la Historia se borraba todos los días, y tú te fuiste sintiendo impotente y hasta indefenso, y se te fue metiendo dentro un dolor triste… un dolor que aplasta todo tipo de soluciones civilizadas para los problemas más cotidianos, que reprime tus más caras ansias de vivir.
La noche del gran Godo se inicia con el cuento La dorada edad de la inocencia; Madja, su protagonista, es una adolescente que nos guía por el laberinto de su imaginación; un velo a la crudeza de la vida que se devela para el lector, de manera sutil, con la habilidad de un narrador de oficio.
Se destaca el tratamiento en la psicología de sus personajes, retratos e historias convincentes que toman vida con la palabra escrita.
El erotismo en la literatura de Gayol Mecías escapa de la ramplonería tan común en su tiempo, sus imágenes son sugestivas y no le temen a la belleza del lenguaje. Reminiscencias de Bradbury, a lo cubano, nos llegan en un cuento como La mano, un despliegue de imaginación de alto vuelo.
El cuento que da título al libro es el más ambicioso, una noche habanera de los ochenta en que un funcionario, caído en desgracia, recurre sus recuerdos entre música y alcohol. Se destaca el ritmo de una prosa que fluye y seduce, de una cadencia que atrapa a quien se sumerja en su lectura.
La noche del gran Godo reúne ocho relatos secuenciales, en el decir de su editor Armando Añel, en los que lenguaje y anécdota se alían para dar a luz un producto de exquisita factura. Algunos de sus cuentos, sin lugar a dudas, merecen figurar en cualquier antología del cuento cubano contemporáneo.
En países democráticos y civilizados, cuando tienen una cultura subvencionada, los premios nacionales se reconocen, se difunden, más allá de la ideología de su autor. Cuba ha demostrado por años que es capaz de censurar sus propios premios si el autor libremente escoge escaparse de su redil. Gracias a Neo Club Ediciones y a la decisión de su autor de vivir en libertad, hoy terminan esos 19 años de censura, queden con Manuel Gayol Mecías y La noche del gran Godo.
Palabras leídas por Rodolfo Martínez Sotomayor en la presentación del libro La noche del Gran Godo, de Manuel Gayol Mecías.
La Otra Esquina de las Palabras invita a la presentación del libro
La noche del Gran Godo (Neo Club Ediciones, Miami, 2011),
del escritor cubano Manuel Gayol Mecías.
La presentación estará a cargo del escritor y editor Rodolfo Martínez Sotomayor.
Café Demetrio 300 Alhambra Circle, Coral Gables 305-448-4949 Viernes 29 de julio, a las 7:30 pm
Manuel Gayol Mecías. Escritor y periodista cubano. En 1992, con La noche del Gran Godo, ganó el Premio Nacional de Cuento del Concurso Luis Felipe Rodríguez, de la UNEAC, y en 2004, con El otro sueño de Sísifo, obtuvo el Premio Internacional de Cuento Enrique Labrador Ruiz, del Círculo de Cultura Panamericano de Nueva York. Ha publicado Retablo de la fábula (Poesía, Editorial Letras Cubanas, 1989), Valoración múltiple sobre Andrés Bello (Compilación, Editorial Casa de las Américas, 1989), El jaguar es un sueño de ámbar (Cuentos, Editorial del Centro Provincial del Libro de La Habana, 1990), y Retorno de la duda (Poesía, Ediciones Vivarium, Centro Arquidiocesano de Estudios de La Habana, 1995). Trabajó durante años como editor del periódico californiano La Opinión, y actualmente edita la revista digital Palabra Abierta desde Corona, California.
La noche del Gran Godo reúne ocho relatos secuenciales, en los que lenguaje y anécdota se alían para dar a luz un producto de exquisita factura.
En este libro premiado y luego censurado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), tras declaraciones del autor en España, La Habana -sobre todo la noche habanera- de los años ochenta aparece retratada minuciosamente. Piezas como Angina Pectoris, El ojo diplomático o la que le da título al libro, La noche del Gran Godo, entre otras, merecen figurar en cualquier antología del cuento contemporáneo.
Armando Añel, en la contraportada del libro La noche del Gran Godo
1) Para hacer una película buena sobre un género “malo” (serie B) hay que saber hacer lo malo bien para que sea una buena película.
2) Imitar al maestro Tarantino requiere imbuirse de él y no copiarlo. En esta película se nota que no es el guest director ni lo supervisa como en Sin City o Grindhouse.
3) Para que un héroe feo ( antihéroe) y protagonista sea sexy Machete (Dany Trejo) y anticreíble, hay que utilizar el humor ( Santiago Segura en la serie Torrente) la indiferencia (Charles Brownson en sus westerns) o la inteligencia adolescente( Woody Allen en Manhattan o Annie Hall).
4) Los éxitos de la serie B se basan en la incomprensión y/o exageración de las respuestas delante de las situaciones difíciles, o incluso el abuso de ellas como espectáculo, pero cuando los entornos absurdos se intuyen como respuesta aparece el “dejà vue” y deja de tener su efecto de resolución imaginativa.
5) La escenas de masas de los figurantes no pueden rodarse arbitrariamente tienen que cumplir su función –en este caso de circo- y parecen sonsacadas de una audición antes de rodar.
6) Si hay dos chicas que pelean por el héroe ¿Por qué sólo una se queda con él . (Yo como mínimo me imaginaba un trío para romper esquemas, y lo digo en serio). Y si se queda con él ¿por qué no muestra la atracción sexual desmesurada que se merece el “héroe”?. El beso final de la película pretende ser la máxima acumulación de lujuria por las situaciones superadas ( y ya incluyo con ello el término irrisorio o increíble que se merece imitar un final de serie B) y en cambio se convierte en un beso de nieta (Jessica Alba) al abuelo de Heidy encima de una Harley Davinson.
7) Hay una problema de montaje que atasca la narrativa de muchas escenas. No las deja descansar ni desarrollarse por sí mismas y rompen el microrrelato emotivo o erótico que hay en ellas. Por ejemplo cuando él está con April (Lindsay Lohan, por cierto haciendo de sí misma) y la mujer de Booth (un excelente Jeff Fahey) en la piscina.
8) Un guión está para reforzar al personaje y ascenderlo en su recorrido por el film. En este guión hieren tantas veces a Machete con “machetes” y balas que ya siempre intuyes el final. Hay demasiados arrestos y trampas donde “ya lo vamos a matar definitivamente”, y tantas convalecencias que cansa ver tantas “recuperaciones” milagrosas con la misma emoción de enfermo en su rostro. Es decir me apuntaría a que hubieran 15 veces más intentos de asesinato antes que soportar una sola convalecencia más con la cara permanente de aquejado en todas las escenas donde desarrolla la acción.
9) Dirigir a un actor que antes fue un excelente secundario (Danny Trejo) no es lo mismo que dirigirlo como actor principal . Danny Trejo es exageradamente plano en lo emotivo y Rodríguez no ha sabido aprovechar las virtudes de este rostro resquebrajado y amerindio para crear un personaje “frío”. Y al revés dirigir a secundarios que han sido estrellas (Don Johnson, Steven Segal o el mismísimo Robert de Niro) requiere respeto y conocimiento en su inclusión, aunque jueguen el papel de “malos” de comic. Para mí es un error envolver a “malos duros” en “malos bajo la payasada” para soltar la carcajada es de nieta a abuelo. Las hipérboles cinematográficas bien hechas te hacen reír; las tonterías sólo sonreír, que es el peor insulto para una película con estas pretensiones.
10) Los westerns modernos chicano-asiáticos con disputas entre catanas o machetes guajiros, brillo metálico de armas automáticas y hombres volando por el aire con sangre por litros en el cuerpo ya han cumplido su papel como género. Justificación: Gracias Robert Rodríguez por El Mariachi, Desperado, o Sin City…los que amamos el cine no te olvidamos y creemos en ti. Pero: “No todo vale…pendejo”. (entiéndase con cariño, gracias).
1) ¿Señor candidato, dentro de su plan presupuestario, qué cantidad de dinero destinará usted para su propio beneficio, y hasta qué punto su malversación puediera afectar a nuestra comunidad?
Gracias por la pregunta, Inocencio. Mi primera prioridad en mi plan presupuestario consistirá en depositar en mi bolsillo una jugosa cantidad de más de un millón de dólares, sin contar con los beneficios de retiro, etc. Creo que es algo que me merezco dada la naturaleza de mi trabajo, fiel a la tradición de mis predecesores. Además, dentro de mi termino de 4 años, destinaré aproximadamente un 10 % del presupuesto condal para gastos personales: gasolina, Ferrari último modelo, viajes de vacaciones con mi familia, gastos de hoteles 5 estrellas, sin contar el hospedaje en horas laborales con mi secretaria íntima y, por supuesto, la construcción de una mansión en Cocoplum. Quiero que tengas bien claro que este dinero que emplearé para mi propio beneficio en nada afectará los planes de crecimiento de nuestra ciudad. Quedará un monto sustancioso para disminuir el desempleo a 0,1% con la construcción de un estadio de Baseball para deleite del 0,5% de los fanáticos que asisten a los juegos de los Marlins.
2) ¿Qué piensa hacer usted para disminuir los impuestos a la propiedad, señor candidato?
Bueno, Inocencio, esa ha sido una de mis prioridades en mi plataforma desde que comencé mi campaña, y lo seguirá siendo cuando llegue a la alcaldía. Mi primera medida será recortar el número de maestros. Estoy convencido de que no hace falta tantos maestros en la actualidad, si en definitiva a estos niños y adolescentes no les interesa aprender otra cosa que no sea jugar PlayStation, escuchar canciones de Lady Gaga en un IPod, y ver Naruto y Pokemon en la televisión. Por lo tanto, creo que también hay que disminuir el número de bibliotecas públicas. Yo me he hecho eco de las opiniones de mi pueblo, es decir, de mis votantes en Pinecrest, que dicen que ellos sólo van a las bibliotecas públicas cuando hay un apagón y no pueden usar las computadoras en sus hogares. Y, como tú sabes, mi estimado Inocencio, aquí la mayoría de los apagones ocurren cuando pasa un ciclón. Además, tenemos que buscar la forma de disminuirle el impuesto a los Go Go Girls, a los bares nocturnos, a las discotecas y a las bodeguitas con maquinitas de juegos, que son los negocios que más dinero generan en esta ciudad.
3) ¿Señor candidato, qué piensa usted hacer para disminuir el desempleo?
Muy buena pregunta, Inocencio. Como te dije, la construcción del estadio de los Marlins contribuirá a mejorar el empleo en esta ciudad en un 0,003 %. Como soy una persona agradecida, pienso abrir nuevas posiciones de trabajo en el ayuntamiento, las cuales serán desempeñadas por un 70 % del personal de mi campaña a la alcaldía. Parte de ese personal lo integran algunos de mis familiares, como el hermano de mi querida y un hijo no reconocido que tuve con una de mis criadas domésticas. También, para disminuir el desempleo, en mi plataforma de gobierno tengo estipulado hacerme de la vista gorda con las trabajadoras sociales que ejercen el oficio más viejo del mundo, al igual que con sus respectivos proxenetas. Para esto ya hemos llegado a un acuerdo con el Departamento de Policía de la ciudad, el cual recibirá un servicio gratuito por parte de estas laboriosas trabajadoras que engalanan las noches miamenses.
4) Señor candidato, en los últimos años se han producido escándalos relacionados con la vida matrimonial de muchos políticos prominentes de nuestra gran nación. ¿Qué piensa hacer para no ofender la moral puritana del electorado, sobre todo ahora que usted ha declarado ser un miembro activo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día?
Efectivamente, Inocencio. El séptimo día, ese en que Dios descansó luego de concluir la creación del mundo, es el día que mis testosteronas se advienen con más desafuero. No obstante, en mi agenda está contemplada una trastienda para que mi libido no ofenda la moral puritana del electorado. En otras palabras, parte del dinero de mi presupuesto estará destinado a reforzar mi vigilancia personal para que cada una de mis aventuras sexuales se lleve a cabo con absoluta discreción y no lastime la beata sensibilidad de los votantes. Dicho sea de paso, con la apertura de este Departamento de Seguridad de las Actividades Secretas de mis Genitales, contribuiré a disminuir el índice de desempleo en esta ciudad.
5) Una última pregunta, señor candidato. Las encuestas arrojan que a una semana de las elecciones su contrincante continúa empatado con usted. Nos puede revelar si cuenta con alguna táctica para imponerse en la recta final de esta contienda por la alcaldía.
Con mucho gusto, Inocencio. Te diré que tengo una carta debajo del tapete, pues en esas encuestas no han participado ni el dueño de los Marlins y su gerencia; ni los capos de las maquinitas de juego; ni los dueños de Go Go y sus Girls, etc. Pero mi verdadera arma secreta, la que me dará la victoria, son los muertos. En esas encuestas no participan tampoco los muertos porque, por supuesto, esos encuestadores los subestiman y no los toman en cuenta, ya que los consideran meros ciudadanos de cementerio. Por otra parte, yo le he demostrado a este sector de nuestra comunidad que me preocupo por ellos, por eso me he comprometido en mejorar sus condiciones de vida en sus cementerios. Cuento con el apoyo de un 80% del electorado difunto de Miami, y eso se lo agradezco a sus familiares, los miembros de mi campaña electoral, pues como soy un hombre que escucha consejos y sugerencias de mis subordinados, incluí a estos seres de ultratumba en mis planes de igualdad de derechos y oportunidades para todos los ciudadanos de nuestra heterogenea comunidad del sur de la florida.
-Gracias, señor candidato, por concederme esta entrevista. Y aunque viole la ética periodística, lo diré públicamente: por su honestidad, cuente usted con mi voto.
La Otra Esquina de las Palabras invita a la presentación del libro
La noche del Gran Godo (Neo Club Ediciones, Miami, 2011),
del escritor cubano Manuel Gayol Mecías.
La presentación estará a cargo del escritor y editor Rodolfo Martínez Sotomayor.
Café Demetrio 300 Alhambra Circle, Coral Gables 305-448-4949 Viernes 29 de julio, a las 7:30 pm
Manuel Gayol Mecías. Escritor y periodista cubano. En 1992, con La noche del Gran Godo, ganó el Premio Nacional de Cuento del Concurso Luis Felipe Rodríguez, de la UNEAC, y en 2004, con El otro sueño de Sísifo, obtuvo el Premio Internacional de Cuento Enrique Labrador Ruiz, del Círculo de Cultura Panamericano de Nueva York. Ha publicado Retablo de la fábula (Poesía, Editorial Letras Cubanas, 1989), Valoración múltiple sobre Andrés Bello (Compilación, Editorial Casa de las Américas, 1989), El jaguar es un sueño de ámbar (Cuentos, Editorial del Centro Provincial del Libro de La Habana, 1990), y Retorno de la duda (Poesía, Ediciones Vivarium, Centro Arquidiocesano de Estudios de La Habana, 1995). Trabajó durante años como editor del periódico californiano La Opinión, y actualmente edita la revista digital Palabra Abierta desde Corona, California.
Jesús A. Díaz (Tinito). Poeta/dibujante. Nació el 29 de mayo de 1971 en Pinar del Río, Cuba. Estudió Licenciatura en Lengua Inglesa autodidactamente en el Instituto Pedagógico de Pinar del Río. Comenzó a escribir versos a principio de los 90's pero dejó de escribir en el 1994, a razón de su fuga de la isla, hasta la primavera del 2010 que comienza a escribir nuevamente.En ese corto plazo ya tiene dos libros inéditos: "Como Narciso en la floresta de los cuervos" y " El cuaderno de los elogios malditos". Sus textos están siendo traducidos al Hungaro y aparecen en varios blogs y revistas literarias como: La Peregrina, A orillas del verso, Latino digest, Crónicas aldeanas, Di Marga code( Margarita García Alonso) y Cañasanta, la cual publicó varios textos en su página Poesía Selecta.
Escapa de los que compran lo que no necesitan, con dinero que no tienen, para agradar a gente que no vale la pena.
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El conquistador por cuidar su conquista, se convierte en esclavo de lo que conquistó. Es decir, que jodiendo se jodió.
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Me gusta volver a la Guadalajara del Chente Fernández, que me dijo un día: “ Hay dos cosas que un buen charro debe tener; una buena vieja y una buena mula, eso sí, que la mula no sea muy vieja y que la vieja no sea muy mula.”
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Me apasiona volver a Guadalajara. México es como mi casa. La Guadalajara de Arreola. Me encantaba escuchar al maestro Juan José Arreola. Él me dijo un día: “Nosotros, que somos buenas gentes, vamos a tener que tener muchos hijos para que los malos no nos sigan ganando las elecciones.”
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Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene limites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos.
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De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo. Ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te destruyen, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida por el camino perdido.
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Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?
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Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo.
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Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.
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No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas, ya son ganancia.
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No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que te puebla. Distraído de la vida que te rodea: delfines, bosques, mares, montañas, ríos.
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Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente.
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Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye hay millones de caricias que alimentan la vida.
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Mi abuelo era un genio para los números. Pasábamos un día por un campo y me dijo; “Ahí hay trescientas ochenta y cuatro vacas.”. Yo, estupefacto le pregunté: ¿ Cómo haces para saber tanto de números, para saber con exactitud el número total de vacas?. Muy sencillo: cuento el total de las patas y las divido por cuatro.
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Un día, al volver a mi pueblo me encontré a mi hermano llorando porque lo había abandonado su mujer. Mi madre me preguntó que cuantos habitantes habrán en el mundo. No lo sé con exactitud, le dije, pero se calcula que habremos unos cinco mil doscientos millones de personas en el mundo. Y dijo mi madre: “Y con tantos miles de millones de personas que hay en el mundo, hay algunos que lloran por uno solo. Es como si tuviera uno cinco mil millones de pesos y lloraras porque has perdido un peso.
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La ignorancia es un modo inconsciente del mal.
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Somos hermanos de Macedonio Fernández, el que decía: no creo en la vida de lo que no se ama ni en la muerte de lo amado.
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Por el mundo caminado, he podido comprobar que el que fácilmente halaga, fácilmente insultará.
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La sociedad humana esta tan mal por las fechorías de los malos, como por el silencio cómplice de los buenos.
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Hay medio mundo esperando con una flor en la mano y la otra mitad del mundo por esa flor esperando.
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Ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.
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Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera.
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Cada mañana es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor, es un soldado menos. Todo esto y mucho más, lo aprendí de mi madre, se llamaba Sara, la elegí como madre por la misma razón por la que Dios la eligió como hija. Nunca pudo aprender nada puesto que, cada vez que estaba por aprender, llegaba la felicidad y la distraía. Nunca usó agenda porque hacía sólo lo que amaba y eso, se lo recordaba el corazón. Se dedicó sólo a vivir y no le quedó tiempo para otra cosa.
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Un marinero le dijo a mi abuelo: “ Si me das cuatro hierros te construyo un barco.” Y mi abuelo le respondió: “ Si tú me das a tu hermana, te hago la tripulación".
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Cuando me marché de mi casa, niño aún, tenía siete años, mi madre me acompañó a la estación, y cuando subí al tren me dijo: Este es el segundo y último regalo que puedo hacerte, el primero fue darte la vida y, el segundo, la libertad para vivirla.
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Usted bebe mucho, le dijo el médico a mi abuelo que tenía el mal de parkinson. Y mi abuelo le dijo: no crea se me cae bastante.
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El que no está dispuesto a perderlo todo, no está preparado para ganar nada.
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Bienaventurado el que no cambia el sueño de su vida por el pan de cada día.
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El Señor no nos va a preguntar qué hicimos con el dinero, sino qué hicimos con la alegría, indispensable para vivir.
Transgresor sin límites, rabiosamente solitario, luchador por sus ideas, y por consiguiente exiliado de un país donde imperaba una dictadura que lo sometió a un consejo de guerra en 1972 por escribir El uniforme del general, un cuento que fue considerado como una ofensa al ejército, José Ángel Valente ha sido una de las voces poéticas y filosóficas más importante de la segunda mitad del siglo XX en España.
Este mes se cumplen once años de su desaparición física –murió de cáncer en Ginebra, Suiza, el 18 de julio de 2000–, tenía 71 años y había vivido en esa ciudad desde 1958. Antes que sus cenizas fueran trasladadas a Orense, región de Galicia donde había nacido el 25 de abril de 1929, se celebró una misa en la Basílica Notre Dame de Ginebra, con música de Bach y Beethoven. Más tarde, en la capilla del cementerio de Saint Georges se escuchó la voz del poeta recitando: “Cruzo mi desierto/ y su secreta desolación sin nombre”..., poema de su primer libro A modo de esperanza (1955) con el que obtuvo el Adonais. Muchos, e importantes escritores, consideran a José Ángel Valente como un poeta fundamental de la generación del 50, grupo con el que el propio Valente nunca se sintió identificado. Sin embargo, hay un consenso generacional que apunta al poeta como una de las voces más agudas –una voz clave– para comprender la evolución de la poesía española.
Valente recibió los más importantes premios literarios de su país natal, además del Adonais, entre ellos el Premio de la Crítica por Poema a Lázaro en 1960. También el Príncipe de Asturias de las Letras en 1988 –compartido con Carmen Martín Gaite (1925-2000)–, el Premio Nacional de Poesía y el VII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
Trabajador incansable, poco antes de morir, hizo la presentación de dos gruesos volúmenes de poesía, publicados por Alianza, Obra poética 1. Punto cero (1953-1976) y Obra poética 2. Material memoria (1977-1992) y en el acto afirmó que: “La poesía conlleva una experiencia espiritual que transforma al poeta mismo”; para luego agregar: “Una vez que se termina de escribir un poema, ya no es tuyo. Será el lector el que lo resucitará en cada lectura”.
El poeta cubano José Lezama Lima dijo de Valente: “No creo que haya en la España de los últimos veinte años un poeta más en el centro germinativo que José Ángel Valente, con la precisión de la ceniza, de la flor y del cuerpo que cae”. El escritor español Luis Antonio de Villena toca un aspecto controversial, pero bien conocido del carácter del poeta gallego: “Valente la emprendía, lanza en ristre y talante agresivo, contra cualquiera que no compartiese sus postulados estéticos”. Sus ataques virulentos, incluso personales, contra algunos miembros de la generación del 50 forman ya parte del entorno mítico de este poeta arisco que atesoraba sus muy malas pulgas. Hosco, místico, amante del silencio, orgulloso hasta el desplante, vivió y murió –a pesar de los reconocimientos– como un marginal, como el solitario que siempre quiso ser. Hoy las furias que soplaban a su alrededor se confunden con la música de Bach y de Beethoven que lo acompañó al cruzar el tiempo. Y con las cenizas, las suyas y las otras, que como el amor al que aludía Quevedo, “tendrán sentido”:
Cruzo un desierto y su secreta desolación sin nombre.
El corazón,
tiene la sequedad de la piedra y los estallidos nocturnos
de su materia o de su nada.
Hay una luz remota, sin embargo, y sé que no estoy solo;
aunque después de tanto y tanto no hay
ni un solo pensamiento
capaz contra la muerte,
no estoy solo.
(Fragmento del poema Serán ceniza, perteneciente a su libro A modo de esperanza).
Las noches en casa de Armando de Armas, cuando hay amigos reunidos, tienden a ser largas, intensas y en ocasiones agotadoras. A medida que la mesa en la terraza se va llenado de botellas de cerveza y de vino (desde luego, ya vacías, que son las que realmente ejercen su influencia), los debates literarios o políticos (o ambos), van tejiendo una atmósfera que siempre, al final, resulta interesante y productiva.
La casa de Armando y hay que añadir de Mimí, su esposa, que es también una gran anfitriona, ha sido el punto de encuentro para escritores recién llegados de Cuba. Una noche me reuní con Juan Francisco Pulido, una gran promesa de las letras que la propia inexperiencia de sus agitada vida lo llevó al suicidio. Por allí pasó también un diletante cienfueguero afianzado en Francia. Otro personaje memorable fue Denis Fortún, que resultó ser un colosal fabulador. Denis hilaba las más inverosímiles historias, imprimiéndoles tantos detalles y referencias, que nadie podría dudar de la veracidad de la narración, donde él mismo era el protagonista, o aludía a algún amigo de una suerte de cofradía de "duros" capaces de hechizar a las más hermosas mujeres; abatir de un certero puñetazo a corpulentos y temidos contrincantes; sobornar a porteros de bares, centros nocturnos y posaderos (en ese expreso sentido cubano); abrirse paso por estrechos y peligrosos callejones, saltar cercas y alambradas con redes de púas, huyendo de la policía que los perseguía, lo mismo porque intentaban vender de contrabando un desteñido pitusa o porque buscaban poner a buen recaudo el millar de páginas de La Tabla, la legendaria novela de Armando de Armas, que si no fuera porque ya está publicada, rivalizaría por el trono a la más popular leyenda urbana literaria, con La vida secreta de Truca Pérez de Daniel Fernández, y de La perlana de Nicolás Abreu.
Con Denis todo era tan sorprendente como remoto. Me bastó ese encuentro, oírlo, para saber que tenían ante mí a un singular juglar, con un tremendo potencial como escritor. Le faltaba perfilar dos cosas claves, asumir con seriedad el oficio de escritor y llevar con urgencia al papel todas aquellas historias. Ambas cosas muy pronto se fueron haciendo realidad. Poco tiempo después de aquel primer encuentro me mandó para la revista El Ateje que yo dirigía, un par de relatos y unos poemas. En el número 12 de la publicación electrónica aparecieron sus textos. Sin embargo no vi en La misión, ni en Deseos, tampoco en los tres poemas que me hizo llegar, a aquel hombre tan articulado, irreverente y provocador, con el que me había vinculado meses atrás.
Pero el tiempo fue dejando su huella. Poco a poco fue asomando el Denis que ahora conocemos. Primero a través de sus poemas, muchas veces décimas, valga señalar sin ser guajiro (algo que no es un requisito para escribirla, pero sí una ventaja), que reunió en Zona desconocida, un libro donde es posible hallar una poesía fresca, que se adentra en temas equidistantes que van desde íntimos hasta sociales, con ricas y cultas referencias, donde los satírico ocupa, como es ya evidente en toda su obra, un lugar destacado. Luego, nos mostró otra faceta: la de bloguero. En el portal Fernandina de Jagua, escribe Crónicas del aeropuerto, textos verdaderamente conmovedores, que expone en ocasiones con gracia y simpatía, la realidad de los pasajeros que llegan a Miami. En su portal se pueden leer también las reseñas de libros que escribe, las entrevistas que realiza a escritores, y la sección Los versos que me cuadran, donde ha publicado poemas de, al menos, medio centenar de poetas cubanos.
Su mejor momento llega ahora con El libro de los cocozapatos, que en cierta ocasión se anunció como Los cocozapatos no eran de rosa. Este es quizás el más esperado libro de cuentos del año, incluso de los últimos años. Se ha creado una expectativa tan tremenda, que es ya casi un riesgo para el autor, pues los lectores serán más exigentes. Gracias a Ernesto G. que ha realizado un turbador video promocional, el anuncio de la salida del libro ha sido todo un success. Hoy estamos junto a Denis Fortún y su libro. Hoy comienza el momento de la verdad para El libro de los cocozapatos.
Qué encontramos en este singular libro: pues doce cuentos, siendo precisamente el que le da título al volumen el más extenso, también el más esperado. Cada historia ofrece un juego constante, pero controlado, con el lector. No es un libro ligero, hay reflexiones, un manejo controlado de la prosa y voces que se cruzan en las narraciones, que discurren en una prosa fluida, sin muchos andamiajes, pero lo suficientemente calibrada para establecer la atmosfera adecuada. En algunos relatos los protagonistas de los textos son sus amigos, aún cuando hace mofa de ellos, pues los acoge en sus narraciones a manera de homenaje, con gracia, hipérbole y cierto cariño, como hizo Reinaldo Arenas en El color del verano, con muchos de quienes estuvieron a su alrededor.
Algunos relatos remiten a Kafka, otros se relacionan con cuentos infantiles. Se aprecian lecturas asimiladas, unas más que otras, cuya presencia en ocasiones son más notables. En el cuento La mejor pelea, texto con el que abre la colección, se crea un marco inquietante, y un final de impacto: "Suena la campana. Una histeria general domina en el improvisado coliseo repleto de pancartas. No me aguanto, tiro el primer puñetazo, rozo la mandíbula de mi contrario, que sin perder tiempo se recupera, dándome en el rostro repetidas veces hasta dejarme inconsciente encima de la lona. Desde mi letargo preparo la revancha".
Sobre el último relato del libro, no diré mucho, sería romper el hechizo que el propio título, Los cocozapatos, por sí solo ejerce, y que es el foco de mayor interés para los lectores. Pero como presentador y por respeto al público, tengo la responsabilidad de ofrecer una visión, aunque sea esquemática del cuento. De manera que Los cocozapatos podría definirse primero, como lo que realmente es: un clásico cuento surrealista; luego, como la delirante crónica sobre cierto par de calzados que un Cuentero miamense compró y sus relación (y diferencias) con un Poeta también local. De manera que estos dos esperpentos (en el sentido que Valle Inclán le imprimió al término), y unos voraces zapatos hechos de piel de cocodrilo y fuera de control, conforman una historia sorprendente.
El libro que está llegando a sus manos esta noche, agrupa, como apunta con agudeza Armando Añel en la contratapa "anécdotas sorprendentes e historias inexplicables", Sólo puedo añadir, disfrútenlo.
DENIS FORTÚN BOUZO (La Habana, 1963), poeta y narrador. Ha publicado el poemario Zona Desconocida (EdItPar, Miami, 2009). Editor de noticias para varios sitios de Internet. Sus artículos, crónicas y reseñas aparecen con regularidad en bitácoras personales de otros autores y diversos portales de la Internet. Textos suyos han sido incluidos en varias antologías de narrativa y poesía en Cuba, México y Estados Unidos. Editor del blog Fernandina de Jagua. En estos momentos trabaja en el cuaderno Crónicas del aeropuerto de Miami y sus alrededores y su primera novela Cueros contemporáneos. Actualmente reside en Miami.
Ilustración de la portada: Omar Santana
Foto del autor: Delio Regueral
Dado que el parte meteorológico no es nada halagüeño para este viernes 8 de julio, en el que se anuncia un 80 % de posibilidades de lluvia durante el día, La Otra Esquina de las Palabras anuncia un Plan B: “Tertuliando bajo la lluvia”, con la ayuda del techo del Café Demetrio.Sólo les rogamos a los interesados en asistir a la presentación de El libro de los Cocozapatos, de Denis Fortún, que transgredan el horario latino (especialmente el cubano) y lleguen alrededor de las 7:30 pm, pues el espacio interior del Café está reservado, a partir de las 9:00 pm, para los músicos. De cualquiera manera, confiemos en el desacierto de estos partes, o mentirologías, para que la tertulia se pueda efectuar en su lugar habitual, la terraza.
Alexis Ortiz le rinde homenaje a Andrés Eloy Blanco
Por Joaquín Gálvez
La noche del viernes 10 de junio La Otra Esquina de las Palabras tuvo como invitado al escritor y periodista venezolano Alexis Ortiz, en un evento dedicado a homenajear a su coterraneo, el poeta Andrés Eloy Blanco.
Ortiz hizo un recuento del quehacer poético de Blanco a partir de sus comienzos en su natal Cumaná -lugar donde se le rinde culto a la poesía-, hasta llegar a la etapa en que gana el premio de poesía de los Juegos florales de Santander con su poema “Canto a España”, convirtiéndose así en uno de los poetas más importantes de Venezuela, o a decir del propio Ortiz: “la figura más popular de Venezuela”.
Alexis Ortiz resaltó la influencia en la obra de Eloy Andrés Blanco, de poetas como Miguel Hernández, Federico García Lorca, y, especialmente, de José Martí. “Con este último lo unía, además, su devoción por la amistad”, señaló Ortiz.
El vínculo de Blanco con la realidad socio política de su país, también fue uno de los aspectos que Ortiz mencionó en su charla, destacando los tres años que cumplió en prisión por sumarse a las causa de varios jóvenes que se opusieron a la dictadura de Juan Vicente Gómez. Con el fin de esta dictadura, funda el partido Democrático Nacional, siendo diputado del mismo en el Congreso Nacional. En 1940 se integra al movimiento de acción democrática para apoyar la candidatura del escritor Rómulo Gallego, quien lo nombra ministro de relaciones exteriores al ocupar la presidencia. Tras el golpe de estado a este gobierno, se ve obligado a exiliarse, radicándose en Cuba y luego en México.
Durante esa etapa de su exilio, Ortiz enfatizó el agradecimiento y simpatia de Blanco, y otros venezolanos, por el pueblo cubano, que lo acogió con gran hospitalidad. Mientras residió en la isla caribeña, en tiempos de Carlos Prio Socarrás, el poeta venezolano y demás compatriotas recibieron un gran apoyo de miembros de su gobierno , entre ellos el ministro de educación Aureliano Sánchez Arango.
Otra faceta de la personalidad de Blanco a la que hizo mención Ortiz fue su enorme sentido del humor, dando pie para contar esta anécdota:
"A un amigo científico lo habían invitado a un colegio de monjas para hablar sobre la teoría de la evolución, pero no sabía cómo referirse al tema sin que ofendiera la sensibilidad religiosa de las autoridades del colegio. A dicha inquietud, Blanco le encontró una solución: “Dile que el origen del hombre se debe a un mono llamado Adán y a una mona llamada Eva”.
Para terminar, Alexis Ortiz leyó varios de los poemas más conocidos de Andrés Eloy Blanco, entre ellos el famoso “Angelitos negros”, inmortalizado en la voz del cantante y actor mexicano Pedro Infante. Algunos de los presentes en el evento participaron en la lectura de poemas de Blanco, entre ellos el poeta Ángel Cuadra, que recitó “La renuncia”. Por su parte, el poeta Efraín Riverón, leyó un poema de su padre, Francisco Riverón, dedicado al poeta venezolano.
La Otra Esquina de las Palabras le agradece a Alexis Ortiz por su magnífica disertación sobre la vida y obra de este importante poeta venezolano, así como por el apoyo que le ha dado a los eventos de esta tertulia en su espacio televisivo.
Nació en La Habana, Cuba, en 1965. Poeta, escritor y periodista. Se licenció en Humanidades en la Universidad Barry y obtuvo una Maestría en Bibliotecología y Ciencias de la Información en la Universidad del Sur de la Florida. Cursó estudios de postgrado en Literatura Hispanoamericana en la Universidad Internacional de la Florida. Ha publicado los poemarios: Alguien canta en la resaca (Término Editorial, Cincinnati, 2000), El viaje de los elegidos (Betania, Madrid, 2005) y Trilogía del paria (Editorial Silueta, Miami, 2007). Por otro lado, textos suyos aparecen recogidos en numerosas antologías y publicaciones en Estados Unidos, Europa y América Latina. Reside como exiliado en los Estados Unidos desde 1989. Foto: Delio Regueral.