La
Otra Esquina de las Palabras invita a la presentación de “La familia
Calandraca” (Alexandria Library, 2014) primera parte de la tetralogía “La reina
de los espejos”, una novela del pintor y escritor cubano Ramón Alejandro.
Las
palabras de presentación estarán a cargo de la editora Vilma Cebrián y el
escritor Antonio Correa.Café Demetrio
300
Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949
Viernes,
23 de mayo/7:30 p.m.
Ramón Alejandro, nació en el barrio de La Víbora, en La Habana, el 16 de febrero de 1943. Estudia desde la primaria hasta el cuarto año de bachillerato en la escuela de los Hermanos Maristas del mismo barrio. En 1959 pasa voluntariamente al Instituto de La Víbora. Al leer sucesivamente el Manual Materialismo Histórico de Konstantinof, de la Academia de Ciencias de la URSS, seguido por Animal Farm de Georges Orwell y tras tomar parte como miliciano de la juventud socialista del Instituto de La Víbora en una excursión a la Sierra Maestra, en el verano del 1960, decide abandonar la isla rumbo a Buenos Aires.
En el país austral reside en casa de una hermana casada con un argentino, y aprovecha el tiempo asistiendo a la Escuela de Bellas Artes del barrio de Belgrano. De ambos lugares muy pronto fue expulsado tras una dramática crisis provocada por la diferencia entre la cosmovisión de su hermana mayor y la incómoda sinergia sobrevenida entre sus preferencias sexuales y la frecuentación de un grupo de estudiantes anarquistas en tiempos de suspensión de garantías constitucionales en ese país. Por esa situación pasa 22 días de reclusión en una prisión del barrio de Avellaneda.
Viaja a Montevideo donde asiste a otra escuela de Bellas Artes, en este caso gobernada por anarquistas, en la que durante dos años aprende sobre las diferentes técnicas del grabado. Entretanto viaja dos veces a Río de Janeiro durante los carnavales del 1962 y 63, a fin de disfrutar de un merecido retorno al trópico (de Capricornio esta vez), después de haber pasado dos años y medio viviendo en el Río de la Plata.
Unos días después de cumplir 20 años se embarca para Barcelona. Pasa 5 meses en España visitando museos y leyendo a Eugenio D’Ors y otros teóricos del arte. Se escapa de las leyes franquistas, que en su calidad de hijo de asturiano lo condenaban a ser reclutado imperativamente en el servicio militar español, renunciando, para siempre, formal y solemnemente, al dudoso privilegio de ser súbdito de esa vetusta monarquía. Aliviado de esa incómoda e indeseada impedimenta legal escapa a París en donde permanece durante el lapso de 50 años, unos 35 grabando primero y pintando después, entre viajes a diversos sitios de Europa, Asia y África del Norte antes de venir a vivir en Miami, primeramente durante 9 años entre el 1995 y el 2004, y definitivamente en el 2011 cuando adquiere finalmente la nacionalidad norteamericana. A partir del 2005 se dispone a escribir una serie de entre unas siete y diez novelas, vagamente autobiográficas, a fin de tratar de entender qué sentido pudiera tener tanto trastorno experimentado durante sus últimos 50 años de vida.
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