Ciencia
oculta en Apocalipsis: la Resurrección
Ángel Velázquez Callejas
¿Qué es el Apocalipsis? En su origen no fue
una palabra para designar una catástrofe de la naturaleza, sino el proceso de
un parto doloroso. El término
“catástrofe” se usa como Apocalipsis para distinguir metafóricamente las
ambigüedades y el colapso de ese proceso, en el cual están presentes el miedo,
la duda, la soberbia, el malestar e
incluso la incapacidad racional del ser
humano para ir más allá de la inconsciencia. Apocalipsis es una alegoría para
dar significado a lo que transcurre en el mundo interior humano. Es una
categoría subjetiva e individual. Apocalipsis en psicología equivale a una
noción de inconsciencia. Decir que somos seres inconscientes en determinados
momentos de la vida es atribuirnos una impronta apocalíptica.
¿Qué es la Resurrección? El resultado lógico,
la consecuencia final de ese proceso apocalíptico. Por añadidura, al
Apocalipsis sigue la Resurrección. Lo que vamos a vivir ahora como fin del
mundo, como hora final, no es una fecha histórica, un suceso real, sino un
evento simbólico del mundo interior. Lo que va a suceder mañana no es el
Apocalipsis, sino la Resurrección. El Apocalipsis no tiene un carácter de
devenir, de futuridad, sino de recurrencia y finitud. Lo que se espera que
ocurra mañana, según el saber de la ciencia oculta, es el fin del Apocalipsis, el cese del
dominio del ego sobre la mente humana.
Con ese final, es decir, cuando
el ego se ponga a disposición del hombre, habrá comenzado la Resurrección. Este
fenómeno renacentista de la Resurrección constituye una revelación que
trasciende el Apocalipsis.
Idamanda trazará la línea de combate y lo
primero que nos pide es que recobremos
la inocencia: Háganse niños nuevamente, ábranse a lo nuevo, a lo
desconocido. Mañana, cuando llegue el fin del mundo, busquen adentro, miren si
la vida sigue siendo la mente. Porque de seguir siendo la mente, no habrá Resurrección.
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