destino del poeta acongojado
no le sedujo la
entraña
de cóleras
feroces
no quiso escarnios
amargos
sin descanso;
supo hirsuto el territorio
de la herencia:
piel vaciada y
máscara ritual;
en el resuello del
venaje seco, rumores.
evanescente la sospecha,
perpleja la saeta,
el secreto; la
libación, la conjetura
la puerta, el
orificio, el jadeo en las
malezas, el vapor
No tuvo culpa ni
mérito, fue
una maniobra más, un
deus ex machina --o un
infortunado
coincidente
En el magnífico caos, una manera más
de manar, de romper
la falsa costra del destello
y exhibir en todo su vigor
el corazón.
sobre la noche de los tiempos
¿cómo llegamos a
olvidar el inicio?
¿qué conversación
dejó de fuera la fecha de llegada?
¿no fue siempre
sorprendente estar aquí?
¿quién rompió la
cadena, el círculo?
¿qué maldad fracturó
de tal manera la memoria?
¿qué indiferencia un
día ignoró la anécdota del padre?
¿qué padre quiso
esconder, y qué escondía?
¿qué causa de
orfandad es ésta?
sonidos antes del poema
un temblor desde el centro
de la tierra
un ejército de
roncas
ondas
avanzando,
rastro
de piedras trituradas.
cálculo de probabilidades
una araña entre diez mariposas
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