Rogelio Llopis (Manzanillo, 1926-Miami, 2006)
REQUIEM POR UN BUSCADOR DE TESOROS
A Rogelio Llopis In memoriam
En una morgue su cadáver es un murmullo.
Ni un centavo para darle cristiana sepultura
al que en el Cielo ningún tesoro encontró.
En el nombre de Dios no lo llora su hermano,
un pastor evangelista, sin recaudar piedad
que enderece el destino de este apóstata.
Él no fue a buscar tesoros a las minas del rey Salomón.
Excavó profundamente en el lodo que cubrió su voz,
y sólo pudo poseer el oro marginado de la Tierra: su luz.
Con palabras construyó un templo;
pero su hermano, con la gracia del Señor, ya lo vendió.
Y al hacedor –como es muy común- sólo una fosa lo espera.
1 comentario:
Hermosa poesía para un hombre que nació alumbrado por los dioses que en un rapto de feroz humanidad abandonaron
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