Nada que es luz Consumido el fondo denso de la ira,
hueles el vapor que se marcha lento,
cruzando paredes, detrás del viento,
fiándose de un mundo que siempre gira.
Todo lanzas al fuego, a esta pira
pero algo resiste en el sedimento,
algo escapa más allá del momento
en el que la silente llama expira.
Lo que escribes parte de las tinieblas
hacia el reino de una olvidada sombra.
Ese es tu dominio, el lugar que pueblas
con verbos vacíos que nadie nombra.
Dueño eres de este silencio de nieblas,
finalmente nada que es luz te asombra.
Ernesto González. Poeta cubano residente en Miami. Este soneto se publicó originalmente en su blog
ernesto's page
2 comentarios:
Gracias, Joaquín. Saludos.
Un gran placer, Enesto, publicar tu soneto. Saludos.
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