24 de enero de 2010
Caligrama en la tumba de Apollinaire
Acaso porque para ti todo tiempo presente siempre fue mejor,
sobre tu tumba siguen germinando tulipanes de piedra.
Tus caligramas son los pasos que ya dejaron una huella
en el camino que ha de venir.
Tus caligramas ruedan hasta alcanzar el nacimiento de otro lector.
Bebes coñac en Montparnasse, junto a Picasso y Braque,
para que un día Bretón nazca con tus pies
y ese epígono le cercene un ojo al perro andaluz.
Te comes la manzana y fundas una zona,
la semilla trashumante de una eclosión.
Qué importa, Tiresias, que no te sirvan los ojos,
si eres el único vidente que, desde su tiempo, toca
la consagración letrada de unas tetas,
con las que desnudo otra noche en mi ordenador.
Haber nacido en Roma y ser ciudadano francés,
para que venga a matarte la gripe española;
¿acaso porque para ti todo tiempo presente siempre fue mejor?
Te burlaste de la muerte, Guillermo.
Alguien quiso ofrendarte un epitafio,
pero desistió ante estos tulipanes de piedra
que, sobre tu tumba, nunca han dejado de germinar.
Una película, un mito: María ¿Callas?
Hace 1 hora
4 comentarios:
Excelente poema, con precioso tempo. algo de esto debias enviarle a pablo, joaquin.
Coincido con Rolando, muy buen poema Joaquin.
Como siempre, de altura.
Saludos!
Gracias, Rolando y Armando. Saludos, desde esta esquina, donde sigo trabajando con las palabras.
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