El tiempo
tiene sus formas
de fragancia
(vuelve Ashbery),
en cada movimiento
de las horas
late la muerte
y late al revés
el espejo que mira
nuestro rostro.
Igual la curva
de las emociones
decae,
la carne
se hace blanda,
el pensamiento,
áspero
y cansado,
nunca nos abandona.
Es como hablar
encerrado
en un cuarto desierto
sin puertas de salida,
un laberinto
de arenas
con pétalos
en la mente
del huésped perdido.
El caballo y la trucha
saltan en el estanque
de la muerte.
Uno a orillas del hilo
de plata,
el otro entre las costuras
del tejido de acero.
Son los factores
del desamparo
quienes me acompañan
siempre (al azar),
la válvula incluso
de la rosa líquida
lo que permite observar
el movimiento
de los animales simbólicos,
en acción.
Así el caballo
soy yo mismo
reflejado en el agua
del espejo,
y la trucha es mi espíritu
que labora y labora
contra la perpetuidad
de la Dama Violeta.
Alguien ha colocado un ramillete de orquídeas
sobre la superficie de una cámara de hielo.
Se diría que crecen sin sentido esas flores
silvestres en la estepa blindada de la muerte,
sus pétalos de negro fuego, el perfume
amarillo de una máquina de aceites leves.
*
Es un contraste aquí, sobre la piedra de un cuarto
congelado, un almacén abierto de metales
con puertas donde sólo se observan carnes
de ciervo eldii, perniles desangrados, patas
de nobles liebres, rostros de un faisán hembra
que mira sin maldad (sus ojos de un cristal asustado).
*
Las botas de los cazadores dejan huellas sin número
sobre las charcas de sangre, el sudor que discurre
debajo de sus cueros dibuja el invisible cuño de los mercurios.
*
Así y todo, no sé, alguien ha colocado, junto
al ramo de orquídeas, unos guantes azules
de proteger sus manos a golpes de neveras
y todo me seduce ahora entre ese humo
que desprenden los cuerpos de muertos animales.
*
Veo a mi alrededor un jardín que me invita
a escribir un poema que mencione en sus versos
esas flores de orquídeas, esas gemas de luz
que nombrara Teofastro como raros testículos.
*
Pero no escribo nada, prefiero contemplar
las orquídeas (reales) de mi imaginación, sobre la escarcha
de la cámara de hielo, como si fueran el último
instante de eso que los hombres llaman “vida”.
Dolan Mor (Cuba, 1968). Poeta y narrador. Autor de varios libros, entre ellos, Nabokov’s Butterflies (Premio de Poesía Delegación del Gobierno en Aragón, 2006), Los poemas clonados de Anny Bould (Premio Internacional Miguel Labordeta de Poesía, 2007), El libro bipolar (Premio Santa Isabel de Portugal, 2008) y La novia de Wittgenstein (Premio Internacional Barcarola de Poesía, 2008). Su obra aparece recogida en antologías publicadas en España, México y Estados Unidos. Ha colaborado en revistas españolas e hispanoamericanas como Quimera, Turia, Barcarola y Letralia. En la actualidad algunos de sus textos se traducen al inglés, francés y polaco. Desde 1999 reside en Aragón, España.
Estos tres poemas pertenecen al libro CÁMARA DOBLE, que se publicará en España en el año 2010.
5 comentarios:
de primera calidad
Coincido contigo, Armando. Dolan es uno de los mejores poetas cubanos de nuestra generación.
exelentes poemas,confiezo que no conocia al autor pero estos textos despiertan el deseo de leerle mas,gracias por la entrega.en lo particular, disfruto mucho aquellos poemas que,desde su primera lectura,me dejan tener una vision particular de su autor,en tanto cuentan una historia "demasiado particular" que me hacen preferirle e imaginar su verdadero contrabando con lo cotidiano. (jcvalls)
Saludos: antes que se descubra América, por aquí les dejo link para algunops otros textos del amigo Dolan. Con las felicitaciones correspondientes, los mejores deseos para el año que ya llega.
http://jorgealbertoaguiar.blogspot.com/2008/03/dolan-mor-poemas.html
http://www.eforyatocha.com/search/label/Dolan%20Mor
Gracias, Chago, por suministrarnos estos links con textos de Dolan. Ya es hora de que América descubra a este excelente poeta. Mis felicitaciones para ti y muchas cosas buenas para el 2010.
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