NoticiasYa no puedo mirar
por los ojos del Almirante:
el único recuerdo de viajes
se trunca en la noria que persiste.
Entre pueblos que se extinguen
remontamos florestas de hojalata
y en los recintos hispanos
inhalamos
cursilería literaria.
Lo patético serían las exhumaciones
pero el pasado elimina estrecheces.
Alcohólico asistí al derrumbe
y crucé espejos y proclamas
y funerarias con jóvenes tendidos.
Ahora escapan playas del verano.
El deseo contamina las neuronas.
Las arengas revisten universos.
Los días traen idénticos abismos.
En casa un fantasma devora
ideologías y bancarrotas
y su pobreza falsifica las noticias.
Cuánta venganza en los archivos.
Los herederos comienzan a mutilarse.
Coro de ángeles
En este otro lado del mundo
me resulta abominable
no poder traducir
las voces de esos niños ciegos
que cantan en la India.
Una atmósfera extraña los envuelve
porque son coros de ángeles
tal vez nacidos con el privilegio
de no poder mirar.
Cánones y supersticiones
Frente a los canales sin regreso
se ahogan cánones y supersticiones.
Mañana las vestimentas de ayer
serán el comienzo: trasmutaciones
tropicales travestidas acortándose.
La traición de la hamburguesa
nos llega con noticias de pedófilos.
Demasiada cacofonía para esta historia
por donde andamos en espera del desastre.
En el mismo río se bañan los entuertos
y entre el cielo y la tierra sigue dudosa la voluntad.
Semana tras semana me embisten
injerencias y deserciones en la memoria.
Ya ni las tormentas nos regalan sabiduría.
Almozar con filósofo que se dice cubano
y por consecuencia aprendiz de babalao
sería perder los rumores de la noche.
Alejandro Fonseca (Holguín, Cuba, 1954). Ha publicado los libros de poemas
Bajo un cielo tan amplio (Premio Ciudad de Holguín 1986),
Testigo de los días (Premio Adelaida del Mármol 1988, Holguín),
Juegos preferidos (Premio Ciudad de Holguín 1998),
Advertencia a Francisco de Quevedo y otros poemas (1998),
Anotaciones para un archivo (1999),
Ínsula del cosmos (2007) y
La náusea en el espejo (2009), poemario al que pertenecen estos poemas.
7 comentarios:
por qué no se callan los que dicen que en Miami no hay buenos poetas?
Seguro. Buenos poemas Alejandro y sigue con la misma calidad Joaquin. Felicidades
Gracias a Rolando y al anónimo. Espero que se callen: los poemas de Alex son un buen ejemplo de la buena poesía que se hace en Miami.
Yo nunca he oído a nadie decir que en Miami no hay buenos poetas. Si alguien pensara eso y lo dijera, aunque se me sobran los dedos de las manos para ejemplificar lo contrario, no se me ocurriría imponerle silencio.
¿Hasta cuándo vamos a seguir atrincherados en posiciones de fuerza?
¿Hasta cuándo seguiremos privilegiando la imposición sobre el argumento, la negación sobre la verdad?
Amigos, es infantil tratar de convencer a alguien de que alguien es un buen poeta, o de que hay buenos poetas en esta ciudad, mandándolo a callar. No sería mejor invitarlo a leer sus libros o a escucharlo. Hace poco Alex leyó sus textos en Zu Galería y más de uno, que no conocía su obra, salió de allí convencido de había escuchado a un poeta excelente.
Yo no quiero que se callen. Quiero escuchar a los que digan que en Miami no hay buenos poetas, para tener la oportunidad de decirles donde pueden comprar sus libros, donde pueden escucharles leer, y hacer cuanto esté a mi alcance para convencerlos con argumentos de que están equivocados.
"Almozar con filósofo que se dice cubano
y por consecuencia aprendiz de babalao
sería perder los rumores de la noche."
Malisimo ese final. Muy irregulares estos poemas. Parecerieron haberse hechos con retazos. Me disculpan, pero discrepo. Algunos versos estan bien logrados, no se los niego, pero hay mucha hojarasca aqui.
Y la tonteria de si hay buenos poetas en Miami o no, who cares? A escribir, a trabajar, a seguir...
Esto tiene mucha fuerza:
"En este otro lado del mundo
me resulta abominable
no poder traducir
las voces de esos niños ciegos
que cantan en la India".
Todo es excelente.
Comparto tu misma opinión, Armando. Gracias por participar.
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