EL ADOLESCENTE PÁLIDO
Manuel Reguera Saumell, 2009
Novela. Parnass Ediciones, Barcelona. 326 págs.
Por Juan Cueto-Roig
El adolescente pálido, tercera novela de Manuel Reguera Saumell, retoma el tema y algunos de los personajes que el dramaturgo cubano había explorado en su anterior incursión en el género novelístico. En
La noche era joven y nosotros tan hermosos (Ediciones Barataria, 2007) la acción se centraba en la relación entre un joven y un hombre maduro en la Cuba del batistato, y en los riesgos y en la violencia inherentes a un régimen dictatorial. En
El adolescente pálido los hechos ocurren en los primeros años del castrismo, y los personajes son esta vez víctimas de un gobierno totalitario que engendra la homofobia, la sospecha generalizada, las delaciones y los más brutales castigos.
Algunos de los méritos que resaltaré en esta reseña son similares a los que atribuí a otras novelas de Reguera Saumell, repetición que es intencional; porque no deja de asombrarme la habilidad de este autor para resolver situaciones difíciles y manejar con singular destreza las relaciones humanas más conflictivas. Y lo hace con un poder de persuasión tal, que el lector no cuestiona los insólitos desenlaces.
Todos los personajes de
El adolescente pálido han sido concebidos magistralmente, pero hay tres que están descritos con la pericia de un experto psicólogo: Luis, el médico y profesor universitario, capaz de perdonar hasta la traición; el comandante negro, que no repara en nada por conservar a su amada; y Ñico, un joven que lucha contra viento y marea hasta lograr su objetivo; personaje este tan bien creado que no nos extraña su mezcla de ternura y cinismo, de bondad y maquiavelismo.
Además de la fluidez de los diálogos y de la acabada psicología de los personajes (todo lo cual es resultado de la vasta experiencia teatral del autor), hay otro aspecto digno de mención y elogio: la forma tan convincente con que Reguera Saumell maneja las relaciones humanas. Lo que en cualquier otro escritor hubiera resultado falso e increíble, él lo expresa con eficacia y convicción. Así, el lector participa en los amores y desamores de los personajes, con la misma naturalidad con que estos asumen y sobrellevan sus propias emociones, con el mismo candor con que estos aceptan las lealtades y deslealtades que esas relaciones les ocasionan.
Estoy seguro de que esta novela de Reguera Saumell será de interés para cualquier lector, pero en especial para los cubanos, pues aunque lo que impera en sus páginas es el amor, su trama describe a la perfección las iniquidades que caracterizaron al régimen castrista desde su comienzo.
(El dibujo de la portada es del pintor cubano Servando Cabrera Moreno).
EXTRACTOS DE LA NOVELA EL ADOLESCENTE PÁLIDOPárrafo inicialAhora, después de tanto tiempo, resulta fácil denostar al estudiante elegido para perpetrar la traición, o el deicidio, si tenemos en cuenta que el profesor era su dios personal. Pero hay que haber nacido y crecido en un pueblucho asfixiado entre ciénagas para comprender qué precio estaría dispuesto a pagar un jovencito marginado con el sello de “distinto” para escapar y hasta qué extremo pactar, por evitar el retorno.
En una isla como ésta, tan dada a los extremos, en que hasta el héroe de la guerra de Independencia, Máximo Gómez, sentenció que «el cubano no llega o se pasa», lo habitual son los excesos, tales como el choteo, el flamboyán, el sol y el bolero. Por supuesto, la geografía no podía ser una excepción: termina abruptamente al Oeste en un cabo (San Antonio) y al Este en una punta (Maisí), definiendo sólo dos costas, la Norte, arenosa y la Sur, fangosa.
Parte del interrogatorio en el Juicio Popular contra el profesorP: ¿Intentó el incriminado alguna maniobra esa noche? ¿Insinuarse? ¿Intentar emborracharlo? ¿Propasarse? ¿Aprovecharse de su sueño?R: ¡En absoluto! ¡Se comportó con toda corrección! ¡Yo soy muy hombre y quiero dejar claro que al día siguiente puse en conocimiento del incidente al Responsable ideológico de la Juventud en el internado y le dejé saber que no volvería a mantener ningún tipo de contacto con él… ¡Eso lo puede confirmar el compañero Artime, aquí presente!... y entonces fue cuando el compañero Paco me pidió que en vez de evitarlo, continuara cultivando su amistad porque el comité de depuración estaría interesado en mis informes. Y así lo hice, obedeciendo órdenes. ¡Aunque repito que nunca permití ningún tocamiento!... Eso es todo.P: ¡No, compañero, eso no es todo! ¡Tiene que denunciar el acoso a que lo sometía el reo, el hecho de que se aprovechara de su situación privilegiada en la Escuela y hasta de su dinero sucio con la intención de sodomizar a un joven proletario, socialista y menor de edad! ¡Explíquese!Fragmento de una caminata por El Vedado–¿Vamos a dar una vuelta por la cuadra?... El Auditórium –señaló Paco al teatro de conciertos en la acera opuesta– Consultaré los programas a ver si hay anunciado algo y te llevo. ¿Verdad que me dijiste que nunca habías ido? Nosotros, toda la familia, estábamos abonados a Pro-Arte. Mamá era del Patronato de la Filarmónica y amiga de Kleiber… el mejor director de la época…
–Esta es la escuela de ballet de la Alonso. Hoy aquí estudia la gente del pueblo, hasta los negros entran, pero antes de la Revolución era de Pro-Arte, exclusiva para burguesitos como mis viejos… ahí matricularon a Mariana, pero duró poco. Era demasiado bajita y culona.
Ñico iba caminando a su lado, absorbiendo, envidiando el entorno en que había crecido su amigo, incapaz de comprender el rechazo y hasta el repudio de éste por unos orígenes que tanto hubiera deseado para sí.
–¿Verdad que no hay nada comparable al atardecer del Vedado cuando entran los nortes? No me explico cómo mis padres renegaron de esta maravilla para mudarse a la gusanera de Miami. Si por mí fuera nunca saldría de mi útero particular.
Juan Cueto-Roig nació en Caibarién, Cuba. Exiliado de la Isla en 1966, reside actualmente en Miami. Ha publicado los libros de poesía
En la tarde, tarde (Miami, 1996),
Palabras en fila, en clase y en recreo (Madrid, 2000), y
En época de lilas (traducción al castellano de 44 poemas de E. E. Cummings) (Madrid, 2004), de relatos,
Ex-Cuetos (Miami, 2002),
Hallarás lobregueces (Miami, 2004), las crónicas
Verycuetos (Miami, 2007) y
Veintiún cuentos concisos (Editorial Silueta, 2009).
2 comentarios:
Una excelente reseña que invita a leer la novela.
Cueto, un saludo, te mando el blog de Manolito Pereira, ojala te guste
http://manuelpereiraazogue.blogspot.com/2008/04/bienvenidos.html
Publicar un comentario