martes, 14 de mayo de 2013

El viaje de los elegidos




EL VIAJE DE LOS ELEGIDOS
Joaquín Galvez, Editorial Betania, Madrid, 2005



Por Jorge de Arco



La contemplación del ámbito real, ese mirar con ojos atentos cuanto nos rodea, resulta tarea y objetivo primordiales para el poeta. Tal vez por ello, su intrínseca pasión viajera no sea tan sólo ociosa labor, sino fuente de aprendizaje e inspiración para futuros quehaceres. Y desde esta crucial premisa, arranca El viaje de los elegidos, el último poemario de Joaquín Gálvez. Nacido en La Habana, Cuba, en 1965, reside en Miami desde 1989. Además de su libro Alguien canta en la resaca (2000), su obra ha sido recogida en distintas revistas literarias y en muy diversas antologías de poetas cubanos. En el breve prefacio que abre este lírico viaje, da Joaquín Gálvez algunas claves de su propósito: “He de partir un día de este ignoto territorio —el más poblado y certero— que es la nada (…) Con un escándalo, en honor a lo bello, habitaré ese otro territorio donde no nos cansa mos de poner un rostro (provisional) en el vacío (…) Pues he salido ya de entre las piernas de la nada, para que se cumpla circular la profecía”. Y desde esa incierta “nada”, comienza el autor cubano su personalísima singladura. Sabedor de que el pasado y el futuro del hombre están ya escritos entre las líneas de “la tragedia” y la “muerte”, pretende alcanzar un inasible destino que no rompa el hechizo vital que lo mantiene tan unido a la esencia terrenal. Para ello, se vale de un juego de espejos, en donde su rostro y su interior pueden llegar a transformarse en eterna supervivencia, mediante “un íntimo jardín”, “una flor/ que ha sobrevivido a todas mis catástrofes” o en “La lluvia, esa antigua aliada de mi espejo, / (que) viene a reconciliar estos dos mundos en que vivo”.

Esta primera parte del poemario, “Hallazgos del eterno viajero de la nada”, se cierra con esa “circular” identidad que el poeta pro- nosticaba: “Más se me concedió el prodigio de conocer/ al otro lado de esta puerta, / que un día se abrirá para que yo vuelva/ a mi lugar de origen: La Nada”. En el segundo apartado, “Impromptus desde mi pausa”, elige Joaquín Gálvez el poema breve, en un intento de anudar a su decir la rotundidad precisa de cuanto las palabras pueden transformar en metamorfosis de la vida. Retazos irónicos, intensa memoria, poetización de lo mistérico y un anhelo de totalidad meditativa, se aúnan adecuadamente, con la clara pretensión de fusionar la expresión filosófica y la expresión coloquial. No faltan los haikus, estrofa tan de moda hoy en día y a la que se le rinden continuados homenajes: “En un segundo/ si cabe lo infinito/ de toda vida”. La última sección, “Noticias del otro lado del reino”, está poblada de líricos personajes que surgen como importantes referentes literarios del autor: Quevedo, Borges, Silvia Plath, Dylan Thomas, Reinaldo Arenas…, se cuelan entre estas páginas y encuentran plácido acomodo. El itinerario del poeta se hace más íntimo y su verbo ya no aparece sólo como acto de conocimiento, sino de ignota verdad: “Cuando llegue el tiempo —si algún día llega—/ en que el hombre desaparezca de la faz de la tierra/ la soledad, nuestra  cotidiana compañera/ comenzará a conocer su propia soledad”.

Humano y visionario viaje, este que nos ofrece Joaquín Gálvez, y que trae a la memoria esa bella sentencia que Reinaldo Temprano dejase escrita tiempo atrás: “Viajar es decir un adiós continuo”.


 Publicado originalmente en la Revista Hispano Cubana



JORGE DE ARCO (Madrid, 1969). Licenciado en Filología Alemana por la Universidad Complutense. Ejerce como Profesor universitario de Literatura Infantil y Juvenil y Escritura Creativa en la capital de España. En Junio de 1993, le fue concedida por el Ministerio de Cultura una Ayuda a la Creación Literaria con la que publicó su primer libro, Las imágenes invertidas. Posteriormente, aparecería Lenguaje de la culpa, “Premio Ciudad de Alcalá” y en 2000 De fiebres y desiertos, “Premio Comunidad de Madrid de Arte Joven”, editado por Visor. En 2007 vio la luz La constancia del agua, en noviembre de 2009, La casa que habitaste, Premio Internacional de Poesía “San Juan de la Cruz”, 2009 (Rialp. Colección. Adonáis) y en noviembre de 2010 el que es su último libro, y primero de poesía infantil y juvenil, Con el balón en juego (Hiperión. Col. Ajonjolí. Madrid, 2010).I Premio Nacional de Poesía José Zorrilla por su libro Las Horas sumergidas. Está incluido en diferentes antologías como La voz y la escritura, Un siglo de sonetos y Los 33 de radio 3, Los jueves poéticos, etc. Ha traducido poesía alemana, inglesa e italiana. Ejerce la crítica literaria en muy diversos medios, entre ellos el ABC. Es Director de la Revista Poética Piedra DEL Molino. Es Hijo Adoptivo de Fontiveros, tierra natal de San Juan de la Cruz.

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