EL VIAJE DE LOS ELEGIDOS
Joaquín Galvez, Editorial Betania, Madrid, 2005
Por Jorge de Arco
La
contemplación del ámbito real, ese mirar con ojos atentos cuanto nos rodea,
resulta tarea y objetivo primordiales para el poeta. Tal vez por ello, su
intrínseca pasión viajera no sea tan sólo ociosa labor, sino fuente de
aprendizaje e inspiración para futuros quehaceres. Y desde esta crucial premisa, arranca El viaje de los elegidos, el último poemario de Joaquín Gálvez.
Nacido en La Habana, Cuba, en 1965, reside en Miami desde 1989. Además de su
libro Alguien canta en la resaca
(2000), su obra ha sido recogida en distintas revistas literarias y en muy
diversas antologías de poetas cubanos. En el breve prefacio que abre este
lírico viaje, da Joaquín Gálvez algunas claves de su propósito: “He de partir
un día de este ignoto territorio —el más poblado y certero— que es la nada (…)
Con un escándalo, en honor a lo bello, habitaré ese otro territorio donde no
nos cansa mos de poner un rostro (provisional) en el vacío (…) Pues he salido
ya de entre las piernas de la nada, para que se cumpla circular la profecía”. Y
desde esa incierta “nada”, comienza el autor cubano su personalísima
singladura. Sabedor de que el pasado y el futuro del hombre están ya escritos
entre las líneas de “la tragedia” y la “muerte”, pretende alcanzar un inasible
destino que no rompa el hechizo vital que lo mantiene tan unido a la esencia
terrenal. Para ello, se vale de un juego de espejos, en donde su rostro y su
interior pueden llegar a transformarse en eterna supervivencia, mediante “un
íntimo jardín”, “una flor/ que ha sobrevivido a todas mis catástrofes” o en “La
lluvia, esa antigua aliada de mi espejo, / (que) viene a reconciliar estos dos
mundos en que vivo”.
Esta
primera parte del poemario, “Hallazgos del eterno viajero de la nada”, se
cierra con esa “circular” identidad que el poeta pro- nosticaba: “Más se me
concedió el prodigio de conocer/ al otro lado de esta puerta, / que un día se
abrirá para que yo vuelva/ a mi lugar de origen: La Nada”. En el segundo
apartado, “Impromptus desde mi pausa”, elige Joaquín Gálvez el poema breve, en
un intento de anudar a su decir la rotundidad precisa de cuanto las palabras
pueden transformar en metamorfosis de la vida. Retazos irónicos, intensa
memoria, poetización de lo mistérico y un anhelo de totalidad meditativa, se
aúnan adecuadamente, con la clara pretensión de fusionar la expresión
filosófica y la expresión coloquial. No faltan los haikus, estrofa tan de
moda hoy en día y a la que se le rinden continuados homenajes: “En un segundo/
si cabe lo infinito/ de toda vida”. La última sección, “Noticias del otro lado
del reino”, está poblada de líricos personajes que surgen como importantes
referentes literarios del autor: Quevedo, Borges, Silvia Plath, Dylan Thomas,
Reinaldo Arenas…, se cuelan entre estas páginas y encuentran plácido acomodo.
El itinerario del poeta se hace más íntimo y su verbo ya no aparece sólo como
acto de conocimiento, sino de ignota verdad: “Cuando llegue el tiempo —si algún
día llega—/ en que el hombre desaparezca de la faz de la tierra/ la soledad,
nuestra cotidiana compañera/ comenzará a
conocer su propia soledad”.
Humano y visionario viaje, este que nos ofrece
Joaquín Gálvez, y que trae a la memoria esa bella sentencia que Reinaldo
Temprano dejase escrita tiempo atrás: “Viajar es decir un adiós continuo”.
JORGE DE ARCO (Madrid, 1969). Licenciado en Filología Alemana por la Universidad Complutense. Ejerce como Profesor universitario de Literatura Infantil y Juvenil y Escritura Creativa en la capital de España. En Junio de 1993, le fue concedida por el Ministerio de Cultura una Ayuda a la Creación Literaria con la que publicó su primer libro, Las imágenes invertidas. Posteriormente, aparecería Lenguaje de la culpa, “Premio Ciudad de Alcalá” y en 2000 De fiebres y desiertos, “Premio Comunidad de Madrid de Arte Joven”, editado por Visor. En 2007 vio la luz La constancia del agua, en noviembre de 2009, La casa que habitaste, Premio Internacional de Poesía “San Juan de la Cruz”, 2009 (Rialp. Colección. Adonáis) y en noviembre de 2010 el que es su último libro, y primero de poesía infantil y juvenil, Con el balón en juego (Hiperión. Col. Ajonjolí. Madrid, 2010).I Premio Nacional de Poesía José Zorrilla por su libro Las Horas sumergidas. Está incluido en diferentes antologías como La voz y la escritura, Un siglo de sonetos y Los 33 de radio 3, Los jueves poéticos, etc. Ha traducido poesía alemana, inglesa e italiana. Ejerce la crítica literaria en muy diversos medios, entre ellos el ABC. Es Director de la Revista Poética Piedra DEL Molino. Es Hijo Adoptivo de Fontiveros, tierra natal de San Juan de la Cruz.
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