Por Zahylis Ferro
En mis años de escribir, los títulos de las historias han sido siempre mi batalla mayor. A falta de títulos que creen expectativa, atraigan lectores y sirvan de preludio al acto mayor, me he concentrado en buscar títulos que resuman de cierta manera el texto que le sucede. Mejor o peor, dicen de lo que va la historia.
En mis años de lectora, he leído pocos libros que tengan el título mejor puesto que este libro de Rodolfo Martínez Sotomayor. Desde Claustrofobia mismo, y saltando de cuento en cuento, el libro recoge un manojo de encierros que se regocijan al poder aprisionar un mundo en pocas páginas y arrinconar a un lector, que vuelve y se revuelve entre ellas. Dulce es el cautiverio, pero cautiverio al fin y al cabo no cree en libertades innecesarias y grietas por las que se pueda escapar la mente fantasiosa. Todos los encierros de este libro saben lo que quieren decir y dicen lo que quieren decir. Hay espacio al cuestionamiento, al desacuerdo, al reclamo quizás, pero no a la duda: los encierros nos pasan, aunque algunos pasan para quedarse.
El libro te hace parte de diferentes encierros, algunos personales, como es en su mayor parte el de Claustrofobia, algunos socialmente construidos, como es el caso de Crónica de un mal día, y algunos que son un poco de los dos, como El Moro, que murió asfixiado por su propia pena y las incomprensiones ajenas. Y me gustaría resaltar que los personajes de Rodolfo responden a sus encierros de manera consistente, como si entre sus cuatro paredes el miedo a quedarse dentro se volviera parte de ellos mismos, y la lucha por romper el cautiverio no fuese otra cosa que la inconformidad individual y la búsqueda de un futuro mejor y diferente. Hasta cierto punto todos somos víctima del encierro, lo que no todos vivimos de igual manera la claustrofobia.
Frases que gozan de una riqueza descriptiva profunda se alternan con recurrentes expresiones cortas crean en estas historias una contagiosa ansiedad, la misma creciente ansiedad que viven los protagonistas, la sensación quizás de estar cayendo en un hueco profundo y ver la vida, ajena es este caso, desfilar ante tus ojos. Las historias se hunden y como el que se ahoga, tratan de ahogarte con ellas, tarea que sin dudas logran.
Leí casi todos los cuentos de principio a fin, sin hacer pausas, conteniendo la respiración y respirando libremente después de cada punto final. Una vez liberada del encierro de cada historia terminada, me di cuenta que la claustrofobia era un pequeño precio a pagar y que estaba lista para pagarlo de nuevo.
Rodolfo Martínez Sotomayor se presentará en Delio Photo Studio este Viernes 24 a las 7 p.m. en una lectura de poesía y narrativa compartida con los escritores Ernesto G., Joaquín Gálvez y Rolando Jorge, quien presentará su libro Ido a Hurgar (Editorial Silueta, 2011). Delio Photo Studio, 2399 Coral Way, Coral Gables, (305) 856-5632.
1 comentario:
Wow, wow, este doble-play en La Otra Esquina de las Palabras lleva una doble gracias! Feliz de que les haya parecido bueno. Un abrazo!
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