El libro de los Cocozapatos
Por Luis de la Paz
Las noches en casa de Armando de Armas, cuando hay amigos reunidos, tienden a ser largas, intensas y en ocasiones agotadoras. A medida que la mesa en la terraza se va llenado de botellas de cerveza y de vino (desde luego, ya vacías, que son las que realmente ejercen su influencia), los debates literarios o políticos (o ambos), van tejiendo una atmósfera que siempre, al final, resulta interesante y productiva.
La casa de Armando y hay que añadir de Mimí, su esposa, que es también una gran anfitriona, ha sido el punto de encuentro para escritores recién llegados de Cuba. Una noche me reuní con Juan Francisco Pulido, una gran promesa de las letras que la propia inexperiencia de sus agitada vida lo llevó al suicidio. Por allí pasó también un diletante cienfueguero afianzado en Francia. Otro personaje memorable fue Denis Fortún, que resultó ser un colosal fabulador. Denis hilaba las más inverosímiles historias, imprimiéndoles tantos detalles y referencias, que nadie podría dudar de la veracidad de la narración, donde él mismo era el protagonista, o aludía a algún amigo de una suerte de cofradía de "duros" capaces de hechizar a las más hermosas mujeres; abatir de un certero puñetazo a corpulentos y temidos contrincantes; sobornar a porteros de bares, centros nocturnos y posaderos (en ese expreso sentido cubano); abrirse paso por estrechos y peligrosos callejones, saltar cercas y alambradas con redes de púas, huyendo de la policía que los perseguía, lo mismo porque intentaban vender de contrabando un desteñido pitusa o porque buscaban poner a buen recaudo el millar de páginas de La Tabla, la legendaria novela de Armando de Armas, que si no fuera porque ya está publicada, rivalizaría por el trono a la más popular leyenda urbana literaria, con La vida secreta de Truca Pérez de Daniel Fernández, y de La perlana de Nicolás Abreu.
Con Denis todo era tan sorprendente como remoto. Me bastó ese encuentro, oírlo, para saber que tenían ante mí a un singular juglar, con un tremendo potencial como escritor. Le faltaba perfilar dos cosas claves, asumir con seriedad el oficio de escritor y llevar con urgencia al papel todas aquellas historias. Ambas cosas muy pronto se fueron haciendo realidad. Poco tiempo después de aquel primer encuentro me mandó para la revista El Ateje que yo dirigía, un par de relatos y unos poemas. En el número 12 de la publicación electrónica aparecieron sus textos. Sin embargo no vi en La misión, ni en Deseos, tampoco en los tres poemas que me hizo llegar, a aquel hombre tan articulado, irreverente y provocador, con el que me había vinculado meses atrás.
Pero el tiempo fue dejando su huella. Poco a poco fue asomando el Denis que ahora conocemos. Primero a través de sus poemas, muchas veces décimas, valga señalar sin ser guajiro (algo que no es un requisito para escribirla, pero sí una ventaja), que reunió en Zona desconocida, un libro donde es posible hallar una poesía fresca, que se adentra en temas equidistantes que van desde íntimos hasta sociales, con ricas y cultas referencias, donde los satírico ocupa, como es ya evidente en toda su obra, un lugar destacado. Luego, nos mostró otra faceta: la de bloguero. En el portal Fernandina de Jagua, escribe Crónicas del aeropuerto, textos verdaderamente conmovedores, que expone en ocasiones con gracia y simpatía, la realidad de los pasajeros que llegan a Miami. En su portal se pueden leer también las reseñas de libros que escribe, las entrevistas que realiza a escritores, y la sección Los versos que me cuadran, donde ha publicado poemas de, al menos, medio centenar de poetas cubanos.
Su mejor momento llega ahora con El libro de los cocozapatos, que en cierta ocasión se anunció como Los cocozapatos no eran de rosa. Este es quizás el más esperado libro de cuentos del año, incluso de los últimos años. Se ha creado una expectativa tan tremenda, que es ya casi un riesgo para el autor, pues los lectores serán más exigentes. Gracias a Ernesto G. que ha realizado un turbador video promocional, el anuncio de la salida del libro ha sido todo un success. Hoy estamos junto a Denis Fortún y su libro. Hoy comienza el momento de la verdad para El libro de los cocozapatos.
Qué encontramos en este singular libro: pues doce cuentos, siendo precisamente el que le da título al volumen el más extenso, también el más esperado. Cada historia ofrece un juego constante, pero controlado, con el lector. No es un libro ligero, hay reflexiones, un manejo controlado de la prosa y voces que se cruzan en las narraciones, que discurren en una prosa fluida, sin muchos andamiajes, pero lo suficientemente calibrada para establecer la atmosfera adecuada. En algunos relatos los protagonistas de los textos son sus amigos, aún cuando hace mofa de ellos, pues los acoge en sus narraciones a manera de homenaje, con gracia, hipérbole y cierto cariño, como hizo Reinaldo Arenas en El color del verano, con muchos de quienes estuvieron a su alrededor.
Algunos relatos remiten a Kafka, otros se relacionan con cuentos infantiles. Se aprecian lecturas asimiladas, unas más que otras, cuya presencia en ocasiones son más notables. En el cuento La mejor pelea, texto con el que abre la colección, se crea un marco inquietante, y un final de impacto: "Suena la campana. Una histeria general domina en el improvisado coliseo repleto de pancartas. No me aguanto, tiro el primer puñetazo, rozo la mandíbula de mi contrario, que sin perder tiempo se recupera, dándome en el rostro repetidas veces hasta dejarme inconsciente encima de la lona. Desde mi letargo preparo la revancha".
Sobre el último relato del libro, no diré mucho, sería romper el hechizo que el propio título, Los cocozapatos, por sí solo ejerce, y que es el foco de mayor interés para los lectores. Pero como presentador y por respeto al público, tengo la responsabilidad de ofrecer una visión, aunque sea esquemática del cuento. De manera que Los cocozapatos podría definirse primero, como lo que realmente es: un clásico cuento surrealista; luego, como la delirante crónica sobre cierto par de calzados que un Cuentero miamense compró y sus relación (y diferencias) con un Poeta también local. De manera que estos dos esperpentos (en el sentido que Valle Inclán le imprimió al término), y unos voraces zapatos hechos de piel de cocodrilo y fuera de control, conforman una historia sorprendente.
El libro que está llegando a sus manos esta noche, agrupa, como apunta con agudeza Armando Añel en la contratapa "anécdotas sorprendentes e historias inexplicables", Sólo puedo añadir, disfrútenlo.
5 comentarios:
Gracias Joaquín. Fue una linda noche
Fue un placer tener esta presentación contigo y compartir con el numeroso público que se dio cita y, en especial, con los amigos. Felicitaciones por lo bien que te quedó.
Ya me excusé por email, pero quiero hacerlo aquí para que el cocozapatos lo sepa también, lol Joaquín, voy a poner la presentación de Luis (aún no le he pedido permiso, pero espero acepte) en el próximo LLM.
A Denis, please, si quiere, que me envié email a
BelkisBell@Aol.com. Quizas quiera mandarme un cuento nuevo.
Gracias y bendiciones
www.belkiscuzamale.blogspot.com
Belkis, honrado con su pedido. Pronto le escribo. Ya recibí su amable correo. Un saludo afectuoso mi querida señora. Dios me la cuide
Saludos, Belkis. Con mucho gusto; creo que Luis también lo aceptará.
Bendiciones,
Joaquín
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