Romance
Los amantes de verano
Se amaron desesperadamente
Aun cuando los mayores les proponían la hoguera
El padre de ella
Era ese híbrido de la construcción del socialismo
Esa clase fronteriza
Ese monstruo mecánico
Que no voló hacia el imperio
Porque resultaba más fácil
Obtener las riquezas de la vida
Levantando el índice para la arenga
En ocasiones vestir un traje proletario
Y guardar
Ahí
En el corazón
Acechante como un animalito ponzoñoso
La heredad del templo y las tinieblas
Y no del cuerpo
Que anda en abierta francachela con la vida
La madre de ella conoció a la bestia
Cuando era casi una niña
Sólo una vez se amaron verdaderamente
Una vez en que el padre lloró de miedo
Y la madre le ofreció su ternura
Después se precipitaron al amor
Como dos animales indefensos
De ese único momento nació ella
Que desde entonces se estremece
Sacudida de su habitual letargo
Cada vez que el mar se le hace presencia
Una tarde común se hallaron en los jardines del Instituto
Y ya no fueron sino un solo cuerpo
Ancestral
Armonía dialéctica
Y se sentían una prolongación de las cosas
Se descubrían y se amaban en la naturaleza
Cuando la humedad emergía de las raíces
Después del aguacero
Él sentía mientras respiraba
Que era la anunciación
Pronto ella llegaría
Flotando entre las flores
Las campanas de un coche en la madrugada
La hacían correr hacia el balcón
Porque él aparecería con sus amigos
Y era como una postal antigua
Cuando los acordes ascendían
“Eleanor Rigby
picks up the rice
in the church
were a wedding has been
lives in dream...”
Un silencio profundo en la noche inundada de música
“...Eleanor Rigby
died in the church
and was buried
along with her name
nobody came...”
Por ese tiempo empezó la cacería
Era la primavera
Y ellos aprendieron
En el natural instinto de los otros por guarecerse
Que la lluvia era el mejor rincón
Para evitar el acecho
Y rodaban gozosos por la plaza
Protegidos por el aguacero
En una tarde abierta
El agua
Única deidad
El agua
Torrente que arrastra la suciedad del pueblo
Los ojos curiosos detrás de las ventanas
Pero el agua
Impedía que se quebrara el ritual de los amantes
Un día él la llevó a su casa
Y ella lloró al descubrir
Que la cuartería era un cálido espacio
Donde cada cosa parecía haber nacido en su lugar
Y era la manera callada de la madre al ordenarlo todo
El padre de él
En sus horas libres
Se entregaba con infinita ternura
A construir jaulas para pájaros ajenos
Extraño contraste con su hábito
De hablarles a las aves de paso en su terraza
Y un día el viejo se volvió hacia ellos
Que lo habían estado observando
En su conversación con los gorriones
Y les dijo
…Si uno espera mucho para beber el
agua del arroyo, puede que éste se
seque... De la misma manera que el
jinete que busca una mejor rama para
azuzar su bestia, corre el riesgo de que
se le acabe el bosque…
Y fue como una premonición
Porque transcurrieron los años
Y los amantes decidieron estaciones opuestas
Pero el amor jamás se pudo desterrar de sus memorias
De ahí le vino el obstinado trauma
De escribir en la soledad de medianoche
Ella se hizo ingeniera
Contrajo matrimonio con un oficial
Sin embargo
Ya adultos
Cada vez que se cruzan
En secreto concilio
Padecen aquel leve estremecimiento
Que los regresa a la paz de sus conciencias.
(Del libro “Los duendes que me habitan”, Premio de la Ciudad, 1988. Publicado ese mismo año por Ediciones Holguín)
El tedio corroe al académico
Abúlico te balanceas en el columpio de tu portal
El ciclón desprendió una porción del techo
Hendidura por la que tu mirada recorre el firmamento
Aletargado en el sopor de la noche de verano
Se mezclan en tu oído la proximidad de un abejorro
Y la agresividad de un reaguetón distante
Cuya letra repite hasta el desmayo:
- Sigue dando cintura, mamita, sigue dando
- Sigue dando cintura, mamita, sigue dando
A esta hora tus discípulos han de estar en la plaza
Atraídos por la multitud
Posesos embriagados de ínfimos licores
Estarán “dando cintura”
En frenesí lascivo interminable
Frente al grupo musical
No tienen otra opción
Intentas recordar qué hubo antes en ese espacio
Estandarizado como coliseo de nuevo tipo
Y descubres que no te alcanza la memoria
Tu país
Isla estrecha que explorabas descubriendo parajes renovados
Ahora se te antoja lamentablemente larga
Tan difícil de recorrer como los continentes
Los demás vecinos van saliendo a sus portales
Ritual de tantos años
Los de al lado te preguntarán por la excursión de estímulo
Premio a tus 50 años de trabajo en la docencia
Y tú dirás de dientes para fuera:
- Muy bien… Ahí sí hay de todo… Qué lindos los hoteles
Pero estarás mintiendo
Sabes que el paisaje no te pertenece
El tiempo no regresa
Y para el portal no hay esperanza de remozamiento
Mas la noche vaporosa del trópico
Alguna vez fue ámbito esparcido
Con las mariposas de tu jardín
Fragancia suspendida en la atmósfera
Allí te entregaste al amor definitivo
Jenny era entonces la alumna
Que cambió tu vida para siempre
Frente a tu casa ahora
Hay un edificio multifamiliar descolorido
Sin embargo allí estuvo el parquecito
Las caricias bajo la lluvia
Atrás había quedado la fiesta
“The rain, the park and other things”
El perfume en el cuello de Jenny
Penetrando tus poros y tus pulmones
Adormecida en tus brazos
Al compás de las voces de The Cowsills”
Jenny primaveral colmando tus clases
Y que ahora cabecea dormida frente al televisor
Hasta que le des unas voces para que despierte
Y venga a hacerte compañía en el columpio del portal.
Carlos Jesús García (Holguín, Cuba, 3 de octubre, 1950). Actualmente reside en Miami. Poeta, dramaturgo, actor, director teatral y profesor universitario. Ha sido Presidente de las filiales de Escritores y Artistas Escénicos y Vicepresidente del Comité Provincial de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba) y Presidente de la Fundación “Nicolás Guillén” en la provincia de Holguín. Profesor de Dramaturgia, Dirección Escénica y Actuación de la Facultad de los Medios de Comunicación Audiovisual de la Universidad del Arte en Cuba (ISA) y de la Universidad de Ciencias Pedagógicas “José de la Luz y Caballero”. Ha recibido varios premios y menciones en concursos literarios y en festivales teatrales. Sus libros publicados son “Toto de los espíritus” (Teatro. Premio David, 1977. Ediciones Unión, Ciudad de la Habana , 1978), “Sueño y agonía de Toto de los espíritus” (Teatro. Premio de la ciudad, 1987, ediciones Holguín, 1988), “Los duendes que me habitan” (Poesía. Premio de la ciudad, 1988. Ediciones Holguín, 1988), “Jugando a sí mismo” (Teatro. Premio de la ciudad, 1989. Ediciones Holguín, 1989), “Ritual del Pez” (Poesía, publicación bilingüe, Ediciones Papiro, 2000) y “Sonata del Ángel” (Poesía y Teatro. Ediciones Holguín 2005) Parte de su obra dramática, lírica y épica ha sido publicada en revistas y en diferentes antologías cubanas y extranjeras.
1 comentario:
DEFINITIVAMENTE MAGISTRAL Y REALISTA.MUY BIEN MAESTRO!!!!
RITA ROSA
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