lunes, 1 de febrero de 2010

Sobre una exposición de Sebastián Spreng


Por Janet Batet

Sebastian Spreng: Handmade Horizons and Songs (Sebastián Spreng: canciones y horizontes hechos a mano) fue el título de la muestra expuesta durante los meses de mayo y junio en la galería Kelley Roy, emplazada en el Wynwood District en Miami. En ella, este artista nacido en Santa Fe, Argentina, en 1956, y radicado en Miami, pone a disposición del público su última serie donde el horizonte se erige en el hilo conductor.

La propuesta de Spreng está cargada de un alto nivel sinestésico. Su obra es siempre una experiencia visual y acústica al mismo tiempo. Y en ambos casos, ojos y oídos nos juegan una treta. Nos dejamos seducir por lo ilusorio que ante nosotros se abre paso, indefectiblemente, hacia parajes aún más distantes y que paradójicamente nos traen de regreso al alma. Este perenne retruécano parece cimbrar sus Handmade Horizons and Songs, donde el contraste y el rejuego con sentimientos encontrados y sensaciones bipolares se vuelven una constante.

Uno de los componentes esenciales del arte ¿lo mismo visual que sonoro¿ es el espacio; la distribución de los elementos en la composición, el aire entre ellos. Lo que en música es dado en llamarse segmento y que encuentra correlato en la distancia entre los elementos constitutivos del cuadro.

En música, la fuerza de la acústica enfatiza la sensación de profundidad, mientras que en el caso de la pintura es el grado de vivacidad del color y el sfumato lo que nos da este sentido. Pequeñas y borrosas formas a lo lejos se contraponen a formas vívidas y nítidas en los primeros planos. En la obra de Spreng domina el juego sopesado y contrastante con estos elementos: colores vivos, naranjas vibrantes, o azules graves van estructurando un universo peculiar. Capas, transparencias superpuestas se interponen una tras otra sugiriendo lontananza.

Liederkeis Opus II (2008-09) es una instalación neurálgica dentro de la exposición. Compuesta de 45 imágenes que insisten en esta idea de polifonía que caracteriza a la producción pictórica de Sebastián Spreng, la obra toma prestado el nombre de un ciclo de canciones de Robert Schumann. Liederkeis Opus II juega entre los colores vivos y lo mono-cromo; la representación y la abstracción; la unicidad y lo multiplicidad; la micro y la macroescala.

Es en medio de esta sinfonía bipolar que el horizonte aparece como línea equidistante elemental: nexo y elemento deli-mitador a un tiempo. Nítida barrera de contención entre tierra, realidad e irrealidad, oscuridad y luz, el horizonte guía al espectador a través de la muestra. El horizonte eficazmente estructura nuestra visita de principio a fin como versátil línea melódica. Y al tiempo que nos guía se convierte en elemento grave, inquisidor: esa suerte de cuerda floja sobre la que se juegan nuestro pasado y nuestro futuro, nuestros miedos y deseos; nuestras esperanzas y nuestras quimeras.

Delicate Balance (songs), 2009. Oil on canvas. 10 x 10 each.

Y es que el horizonte aparece como una suerte de partitura sobre la que el artista - aquí una suerte de demiurgo o caprichosa parca - juega a componer cada una de sus notas en abruptos altibajos, aciertos-desaciertos, inquietantes pausas, suspensos Siempre en crescendo.

Delicate Balance (Equilibrio delicado, 2008-2009) es la otra instalación presente en la muestra. Compuesta de veinte cuadros, la obra se destaca en primera instancia por su carácter monocromo y el gusto por la repetición y la alteridad. La instalación tiene fuertes puntos de contacto con dos obras fundamentales también incluidas en la expo-sición: Los adioses (2008), cuyo título hace referencia a la sonata de Beethoven del mismo nombre, y Rorschach (2008), que al tomar el nombre del famoso test remite otra vez al concepto de repetición dominante en la muestra.

Como contrapartida a estos lienzos, el espectador encontrará en el lado opuesto de la galería Desierto (2008), cuya paleta se inclina en desenfadada explosión hacia el amarillo, y Océano (también de 2008), donde el uso saturado del azul puro propone la calma espiritual.

Y como si ya no hubiera saldado suficientes diferencias entre una manifestación y otra, Spreng se entrega a otro campo desterrado de la pintura: el tiempo. Si bien la música deviene en el tiempo, la pintura está sujeta a un tiempo único, estático, congelado en el lienzo. No gratuitamente se la asocia con lo atemporal y la trascendencia. Sin embargo, Spreng, subvierte esta limitante creando en el espacio pictórico una sensación de ciclo o evolución, que se logra gracias al trabajo de ese horizonte siempre cambiante.

La exposición está impregnada de un claro espíritu romántico, donde dominan desde los préstamos musicales hasta el gusto por la obra abierta y el carácter subjetivo. La integran 88 piezas, muchas de ellas de pequeñas dimensiones (10 x 10), que se reagrupan componiendo piezas mayores, y donde domina la sensación de rompecabezas, de cambio y recom-posición, dada por el elemento de base, y el sentido polisémico posibilita diferentes lecturas.

Sebastian Spreng: Handmade Horizons and Songs es altamente sugerente. Compele al espectador a la búsqueda de elementos desapercibidos en una primera lectura, perdidos a lo lejos o apenas sugeridos por un horizonte que actúa siempre como motivo unificador; elemento de cohesión, al tiempo que unidad cambiante.


Janet Batet (La Habana, Cuba).Tiene estudios de Licenciatura en Historia del Arte (Universidad de La Habana) y de Maestría en Multimedia (Universidad UQAM, Montreal). Es una curadora y crítico de arte independiente. Ex investigadora y curadora del Centro de Desarrollo de Artes Visuales; así como, Profesor del Instituto Superior de Arte, ambos en La Habana (Cuba). Es estudiosa del Arte Latinoamericano, del Arte Contemporáneo y de las Nuevas Tecnologías. Sus escritos sobre prácticas artísticas son publicados de forma regular. Es escritora de arte para publicaciones como Art Nexus, Wynwood The Art Magazine, El Nuevo Herald, Miami Art Guide, Voir, The Examiner, entre otros. Sus trabajos han sido incluidos en varias antologías sobre el Arte Cubano Contemporáneo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buena reseña. He disfrutado mucho las piezas de Sebastian. Excelente pintor.