PájarosEl joven pidió a su madre que fuera con él a investigar el comportamiento de los pájaros. Siempre a la misma hora. Durante una semana observaron volar bandadas enormes de distintas especies. El muchacho quería determinar la cantidad.
-Hablamos del comportamiento de los pájaros, dijo ella.
-Sólo quiero contar cuántos vuelan.
La madre le explicaba que no tenía importancia, que mire nomás lo que ellos hacen. Entonces pasó la bandada de aves negras con la cola corta. Tres adelante vieron los dos. El joven esperaba que se acerquen los demás, para no perder la cuenta.
-Tienen también las alas cortas, clasificó la mujer. Diez después de los tres primeros y un espacio para sumarle los de atrás.
-Ayúdame a contarlos, le pidió a su madre. Son urracas que vuelan de norte a sur, y tienen el pico duro como el de los cuervos.
-Ayúdame a contarlas, insistía el joven.
La próxima bandada era de pájaros grises con una fina raya roja en el cuello. Seguían la misma dirección que los otros vistos antes. Dos adelante y enseguida venían como diez.
-Piensa en su comportamiento.
-¿Pero cuántos eran?
-¿Que escribirás de ellos?
-¿Habrá más de cien en cada grupo? Piensa cuáles vuelan mas rápido.
-¿Seré capaz de contarlos todos sin fallar mañana?
Llegaron agotados de regreso a la casa. Sobre el umbral de la puerta, otro animal, había abandonado los restos de un pequeño pájaro con plumas azules. Sólo uno. “Se podría hacer una película con todo esto, mamá”, dijo el joven, aunque la señora Hitchcock no le oyó.”
Susana Della Latta (Buenos Aires). Escritora y artista plástica. Traductora. Tiene inéditos los libros
Sin alquimia (poesía, 2005-2007) y
Ojo de Pez (relatos, 2007-2008). Radica en los Estados Unidos desde 1987. Da clases de español, historia del arte y pintura.
3 comentarios:
Muy bueno, Susana, el final me sorprendió. No me imaginé lo de Hitchcock. Yo iba por otro lado. Gracias, Joaquín.
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Gracias!
Gracias a ti, Ernesto.
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