viernes, 4 de mayo de 2012

"Zenaida Manfugás". "Mi piano: la carga más ligera"


                                                            Foto: Delio Regueral

Zenaida Manfugas
Por  Juan Abreu

Ha muerto mi querida Zenaida Manfugás. Excelsa pianista. Una mujer orgullosa y extraordinaria. La cultura cubana no la echará de menos. ¿La cultura cubana? No me hagan reír.
En el demonizado Miami siempre tan malo la acogieron y admiraron y allí iba a tocar en pequeños locales y tenía buenos amigos y fieles seguidores. Pero en la isla pavorosa de la que afortunadamente se marchó nadie sabe quién es. Así debe ser. Los que logramos escapar ya pertenecemos a culturas superiores y ¿qué importancia puede tener que reconozca nuestro trabajo artístico una espeluznante horda de salvajes imbecilizados por cincuenta años de comunismo?

Ninguna.
Es patético leer ahora que “murió sin poder regresar a su Tierra” y zarandajas por el estilo. ¿Su Tierra? Lo mejor que le pasó a Zenaida fue huir de su espeluznante Tierra. ¿En qué se hubiera convertido de haber permanecido allí? ¿En Chucho Valdés? Un perro faldero un mierdecilla rastrero es decir un chucho de los Castro. Zenaida era una gran persona y una gran artista y cuando se es una gran persona y una gran artista no se puede vivir en una cárcel haciendo carantoñas al carcelero y a fin de cuentas haciendo de puta barata del carcelero que es lo que hace Chucho Valdés. Ya va siendo hora de que los exiliados admitamos lo afortunados que somos por ser exiliados y olvidemos toda esa ofensiva farsa de “nuestra Tierra”.

Es verdad que daba vergüenza ver a esta artista grande y única en hoteluchos, tocando por necesidad, mientras los abyectos lameculos de la música cubana contemporánea ganaban premios, eran llevados y traídos por profesoras, periodistas y críticos mal follados y se hacían famosos y ricos gracias al fidelismo y a la siniestra izquierda norteamericana y mundial. Pero así son las cosas, profesoras, periodistas y críticos tienen derecho a administrar sus culos como les parece y la izquierda norteamericana y mundial no dejará nunca de ser siniestra: hay que saber que ese es el precio que tenemos que pagar por ser libres.
 Recuerdo a la Manfugás en mi casa de Coral Gables riendo y comportándose como lo que era, una diva, una diosa negra. Ser negra no la ayudó, naturalmente: Cuba es uno de los países más racistas del mundo: ¿una negra tocando a Beethoven? Já. Recuerdo sus ojos chispeantes. Recuerdo su peluca rizada. Recuerdo perfectamente su voz en el teléfono la última vez que hablamos, hace dos o tres semanas. Recuerdo ese gesto suyo, tan infantil. Recuerdo la palma de sus manos.

Zenaida ha muerto en su pisito de New Jersey, pobre, ignorada, sin haber grabado jamás un disco, es cierto. Pero ha muerto libre

Mi Piano: la carga más ligera
Zenaida Elvira Gonzalez Manfugás (E.P.D.)

Por Robert C. Díaz

 Qué tristeza !!!!.. Bien sabes lo que digo, Zena, aún me cuesta dejar de retratarte con ese repertorio de achaques y resabios, propios del almanaque, pero con ese piano a cuestas sonando mágico, sublime, siempre a Manfugás!!!... En los útimos tiempos hablábamos casi todas las semanas...Tuve el privilegio, y más que eso, el placer de conocerle y disfrutarle en el apartamento de otra gloria del patrimonio musical cubano, el chansonnier Meme Solís, "trepados" en una de las torres del Manhatthan Plaza, de New York, a raíz de la filmación de mi ducumental "Meme's Ballad" (La Balada que soy), en la que Zenaida, pienso tiene uno de los pasajes más emotivos del film. Ese día la Manfugás, nos regaló una tarde memorable, llena de su acostumbrado "anecdotario cubano", y sobre todo, su manera de tocar el piano. Recuerdo que, entre otras muchas, hizo una interpretación del danzón "Almendra", que jamás olvidaremos los allí presentes. Otro momento no apto para cardíacos, fue cuando junto al maestro Solís, tocaron a cuatro manos un auténtico potpourrí de temas cubanísimos, donde cerraban con un "ritmando Chachacha" que puso a "menear" casi toda la columna oeste del Manhatthan Plaza... Por poco nos botan del edificio (Recuerdo a Felix Romeo, Manager y director artístico de Meme, además de ser mi brazo derecho en todo ese rodaje, se "disparó" hacia el ground floor y tuvo que explicarle a los de seguridad, que se trataba de un "cumpleaños que celebrabamos a la señora Manfugás"... No sé si lo entendieron, o no... el caso fue que seguimos con la fiesta-concierto-filmación...A cada rato, le preguntaba, Zena, dinos cuántos cumples? Y ella, parece que un tanto, jodía con la cantaleta de la edad... paró de tocar y nos dijo con ese goce tan de ella para relacionar la historia de cuba con la música ____ Para nada me molesta decir que nací en el 32', un año antes que Machado, que no era músico y si sordo,  "lo tumbaran del caballo" y se fuera con sus millones robados y su sordera a otra parte... Decía mi padre que el día en que yo nací, fue justo cuando llegó la Carretera Central a Guantánamo... y por ahí, comenzaba todo un lujo de anécdotas de su padre  (que fuera el primer juez negro que tuvo ese pueblo) y su mamá quién fuera una eximia profesora de piano de toda esa región y que por tradicción le enseñara a ella y a sus dos hermanas. Muy especialmente, recuerdo que una de las cosas que a todos nos puso los pelos de puntas, fue cuando hizo "Balada para Zenaida", pieza para piano que el maestro Solís, escribiera especialmente para ella....  El repertorio de cuentos de Zena era variopinto y sui generis... La recuerdo intacta con todos sus adjetivos, con su elocuencia de cubana universal (sin patrioterismo, como era su decir), un pianista de una mano izquierda, francamente, de otra dimensión... La noticia nos ha conmovino a todos. Creo para todos sus disípulos: Chucho, Frank Fernández, y una buena cola en cuanto país pisó...  En una ocación, vi a Gonzalito vibrar de emoción cuando por primera vez vio "in person" a la Manfugás" sobre un piano.... Isofacto, se deshizo en elogios y sincera admiración hacia la manera de interpretar de Zenaida. Recientemente, Chucho Valdés en exclusiva acerca del piano y la pianística cubana confiesa, con todas sus letras, que Zenaida Manfugás es el pianista (hombrre y/o mujer) más grande que ha dado Cuba. Su fuerza interpretativa, su intensidad pasional, el dominio de la técnica depurada desde que saliera casi del "cascarón" de mamá Andrea, y sobre todo, su  "primera vista" hicieron de Zenaida Manfugás una pianista de otra dimensión. Hoy el piano cubano está de luto.  Pero el cinismo de la pena nos trae un remordimiento aún mayor: puede que en Cuba, en su natal Guantánamo, amén de las obvias excepciones, lo verdaderamente triste es que allí (bajo el visillo arribista y el silencio cómplice de los mediocres de turno, como suele ocurrir en parecidas y enlutadas pérdidas) muy contados alcanzaron apreciar en su exacta magnitud, las extraordinarias virtudes de este verdadero genio de la interpretación pianística, tocase lo que tocase. Sin embargo, aún más triste, si se quiere, resulta el comportamiento clasista y hasta racista que, una buena parte del exilio pudiente de Miami, tuvo para con esta auténtica joya de la música cubana. Contadísimas excepciones, como es el caso del productor Felix Romeo y Sol Records Pro., quién en el 2007, Teartro del Colegio de Belén de Miami, montara una Gala a la Manfugás, el propio Meme Solís quién en múltiples ocaciones le invitó a compartir escenario en varios de sus conciertos. Fuera de eso: olvido y silencio. Las cosas como son. Esa porción sombre del exilio immense, simplemente, le dió las espaldas. Nunca le apoyó, ni al menos, tuvo la sencibilidad de co-financiarle la producción y promoción de su carrera interpretativa. Tampoco tuvo la visión de, al menos,  propiciar el  registro discográfico de su impecable virtuosismo. Y eso si que resulta criminalmente imperdonable, especialmente, en una era en que cualquier “pelagatos” con caritas y culitos salpicones, graba auténticas “metrallas” anti-musicales, amén de dar giras y hasta megaconciertos alrededor del planeta. Las grandes paradojas de este oficio, impredecible y antigo. Le zumba el merequetén que, (a no ser por la existencia de algunas de esas cintas domésticas que alguno de sus fans registraran en sus conciertos) La Manfugás, en plena era de la “super-tech”, se nos haya ido sin a penas, dejarnos “decentemente” , como Dios manda un repaso de sus magistrales performances de las tres B (Bach, Beethoven o Brahms), los preludios románticos de Chopin, Schubert, la profundidad de Hydn, o la cubanía de Lecuona de quién se le consideraba su mejor intérprete o de esa gama danzonera con una mano izquierda sícopada, de manera inimitable. Repito, es triste, muy triste que el silencio en complicated con la ignorance condenaran a perpetuida, rayano a la nulidad, el quehacer artítico, baluarte insigne de la tradición musical cubana. Pienso que si hay algo que retrata fielmente a esta ARTISTA mayúscula, será justamente el hecho de haber sido un pianista único , pero también una persona rebelde e inclaudicable, defensora de sus principios a toda costa. Una persona igual de singular y humilde a la vez... Una suerte de rara avis, que sólo se valió de su talento para vivir y morir, sin una “carga más ligera” que con un piano a cuestas. Para mi, qué decirte Zena: voy a seguir quedándome con esa "negra dicharachera" que tuve el privilegio de conocer y pertenecer a su séquito de amigos, ese ángel virtuoso que, una vez sentada al piano, tocaras lo que tocaras,  ibas imantando a todo aquél que la escuchase. Nadie me lo contó. Lo viví en carne propia... Zena, mi amol, mira que te jodía que te llamara así…  te acuerdas?...) que sepas que donde quiera que estés, voy a seguir recordántote con todos mis afectos. Si alguna cosa, de las tantas que ahora mismo me sobresalen a tus recuerdos, es la plena satisfacción de haber conocido una persona que siempre desbordó integridad y sinceridad. Ya se empieza a extrañarte. Descanse en paz, Doña Zenaida Elvira González Manfugás.!

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