sábado, 17 de diciembre de 2011

Juan Cueto-Roig en La Otra Esquina de las Palabras: Fotos y palabras de presentación


















Presentación del escritor y editor Rodolfo Martínez Sotomayor


La Editorial Silueta se siente honrada de contar con el escritor Juan Cueto Roig en su colección, lo ha hecho con traducciones y cuentos de valor. Siendo incluso uno de sus libros Veintiún cuentos concisos, medalla de oro en el certamen The Florida Book Awards al mejor libro editado en Español a un autor de la Florida. Como ya he presentado tantas veces a este escritor de elegancia decimonónica, y créanme que no lo digo en alusión a sus años vividos, ese misterio sólo comparable con la exacta edad de las pirámides.

Para no repetirme a mí mismo, lo haré esta vez con un divertimento, una Larga oda al rey de la brevedad, décimas de rimas a veces perfectas y otras dispersas como la propia inspiración:


Larga oda al rey de la brevedad, Juan Cueto-Roig


Esta aquí el señor Don Cueto,

a mi derecha sentado,

a quien Gálvez, muy dispuesto,

presentar me ha encomendado.

¿Qué he de decir de un maestro

de la concisión precisa?

Su prosa pule, barniza

Como un carpintero diestro,

no hay un lenguaje siniestro

como Chejov, sintetiza.


Irónica y penetrante

suele ser su narrativa,

y el arcano de la vida

a veces tema constante.

Aunque haya escrito bastante,

mirando su corta edad,

no tiene conformidad,

dice que es su limitante

aunque da tranquilidad

no ser bardo delirante.


Para cerrar con su prosa

hija de un cuidado oficio,

claro y penetrante juicio

en que su verso reposa.

Diré a ustedes una cosa

que quiero sepan también

carece, para su bien

de golondrinas y rosas

no hay trillados artificios.

ni razones de un desquicio.


Como traductor un día

con Kavafis se atrevió,

cierto vulgo comentó

que el Griego no era su fuerte,

en fin, que mi amigo Cueto

se merecía la muerte,

pero yo le digo ahora

como acto de pura fe,

que me gusta Media hora

y En la puerta del café.


Dicen algunos que saben

que a Cumming lo mejoró

y que Cueto allí logró

lo que otros no han podido,

hacer del verso un cautivo

de castellana escritura.

Reviviendo y con frescura

lo que en inglés ha nacido

con Esas divinas cosas,

Cueto siguió de atrevido.


El explica sus motivos,

las metas de un traductor,

son su motor impulsor

Shakespeare, Tennyson y Yeats

Sigue con Cumming, con Plath,

Ezra Pound dormía en paz

Fascio, olvidado rapaz,

En una estación del metro

Cueto ofreciéndole un cetro

Lo hace invencible y capaz.


Mas creo que ya es la hora

de escuchar a nuestro autor

se trata de un gran señor

que con las letras labora,

no hay en él pedantería

si hay sapiencia y alegría,

el es un hombre de bien,

Lord Inglés de Caibarién,

ya no hay más guataquería

Cueto es de ustedes también.

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