martes, 30 de agosto de 2011
Tertulia del mes de septiembre
La Otra Esquina de las Palabras invita a su tertulia del mes de septiembre:
Lectura de tres poetas nicaragüenses en Miami.
Con la participación de los poetas Rubí Arana, Francisco Larios y Roberto Cuadra.
Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949
Viernes 9 de septiembre, a las 7:30 pm
Rubí Arana, Nicaragüense, residente en Estados Unidos desde 1974. Su poesía contiene un notable sustrato esotérico. Se considera a sí misma una poeta mística, no religiosa, y ha sido, en las palabras de Vidaluz Meneses (Presidenta del Centro Nicaragüense de Escritores) “una poeta solitaria” desvinculada por su originalidad estilística y de fondo de sus compañeros de generación. Ha publicado Emmanuel (1987), In Nomine Filii (1991), Príncipe Rosacruz (2007), Homenaje a la Tierra (2008), Agua Sagrada (2010), además de una abundante producción dispersa en revistas y suplementos culturales.
Francisco Larios, Nicaragüense; reside actualmente en Estados Unidos. Ha publicado un poemario, “Cada Sol Repetido”, anamá Ediciones, Managua, Nicaragua, Noviembre del 2010. Tiene varios libros inéditos. “Cada Sol Repetido” fue presentado en Managua por el escritor e historiador Jorge Eduardo Arellano, Director de la Academia Nicaragüense de la Lengua, quien lo ha calificado como “un poemario celebratorio e introspectivo; abierto a la esperanza y fulgurante, pero sin eludir las sombras ni la muerte. Un poemario meditado y equilibrado…” Entrenado como economista, es consultor de economía internacional y catedrático, actualmente Profesor Adjunto en Nova Southeastern University en Davie, Florida.
Roberto Cuadra, Nicaragüense, poeta, periodista, traductor al castellano de literatura en lengua inglesa, iniciador, a su regreso a Nicaragua desde Canadá--donde estudió—del influyente movimiento literario Generación Traicionada. Su producción poética y en prosa ha permanecido hasta ahora dispersa en revistas y suplementos culturales, más una reciente—y de muy limitada distribución—edición personal intitulada Cárminas Gaélicas. Tiene inéditos cuatro poemarios. En El Siglo de la Poesía en Nicaragua, antología inevitable de la gran poesía Nicaragüense del siglo veinte, Julio Valle-Castillo afirma que a Roberto Cuadra se le considera uno de los poetas claves de la “Generación Traicionada”, y de su tiempo.
lunes, 29 de agosto de 2011
Fallece el escultor Tony López
Por Luis de la Paz
Otro cubano admirable ha muerto en el exilio. El escultor Tony López falleció en Miami al amanecer del domingo 28 de agosto, como consecuencia de un paro respiratorio. Tenía 92 años de edad.
Tony fue uno de los fundadores del Miami moderno, y su legado artístico está repartido prácticamente por todos los rincones de la ciudad, desde la Catedral de Miami hasta el sobrecogedor memorial del Holocausto en Miami Beach. Sus tallas de figuras políticas y patrióticas como el ex alcalde Claude Pepper, el político Jorge Mas Canosa o el Apóstol de la independencia de Cuba, José Martí, ocupan sitios emblemáticos.
También de sus manos salieron las placas de bronce de los compositores cubanos homenajeados en el Paseo de la Estrellas que ideara el actor Pedro Román y los grandes gallos que adornan la emblemática Calle 8.
El escultor era una de las figuras más conocidas de Miami. Hombre sencillo, pintoresco y popular, estaba hecho para el duro trabajo, que demandan la talla en madera, los moldes en masilla, el fundido en bronce, el manejo de grandes y voluminosas piezas.
Obras suyas se encuentran en lugares tan distantes como New Orleans, New York, New Jersey, Filadelfia o Boston. En Cuba, donde aprendió el oficio con su padre y abuelo, dejó también su huella. De su estudio en Galiano y Trocadero salieron muchas piezas, algunas están en el Museo de Bellas Artes. En la Universidad de La Habana, destaca un busto de Julio Antonio Mella, “que me encargaron Fructuoso Rodríguez y José Antonio Echeverría”, comentó a este reportero en durante una entrevista.
En el Hospital Nacional de la capital cubana también se encuentra un altorrelieve suyo, y otro forma parte de la plazoleta del Cacahual donde descansan los restos de Antonio Maceo. Tony López tomó las mascarilla mortuoria de figuras políticas de la isla como Manolo Castro, Eduardo Chibás y del ex presidente Carlos Prío Socarrás, fallecido en Miami. También la tumba Emilio Bacardí, tiene un trabajo escultórico de López.
Amaba profundamente su trabajo, y se sentía satisfecho con lo que había alcanzado a lo largo de su vida. “A mí me pagan por hacer un trabajo que realmente me gusta. Y son pocos los que tienen esa dicha”, expresó en la mencionada entrevista publicada en este Diario Las Américas. El coleccionista y curador Gustavo Orta, quien organizó en el Miami Dade College una muestra y homenaje al escultor por sus 90 años expresó: “Tony era una de las últimas figuras que quedaban como gran escultor de obras monumentales”, añadiendo: “como persona, fue uno de los mejores amigos que la vida me regaló”.
Personaje pintoresco y querido, era asiduo de La Carreta, en la calle 8. En una ocasión le pregunté si no tenía problemas para manejar de noche, a lo que me respondió: “No chico, miedo de qué. Hace un par de día fui a entregar un trabajo en Tampa y manejé toda la noche. Yo soy un bicho manejando”.
Tony López nació en La Habana en 1918, y desde 1958 se estableció en Miami, donde llegó como exiliado de la dictadura de Batista. Tras el arribo del castrismo no regresó a la isla. Tuvo una vida muy activa y deja para la cultura cubana y la historia del Sur de la Florida, un vasto legado, que es el triunfo de un gran escultor.
A Tony López le sobreviven sus hijos Joaquín, Marcos y Leda, y varios nietos. Los servicios fúnebres serán el miércoles 31 de agosto, desde las 6 de la tarde, en la Funeraria Maspons de la Calle 8 (3500 SW 8 Street).
Que descanse en paz el gran escultor.
Cortesia: Diario Las Américas
domingo, 28 de agosto de 2011
Una nueva conceptualización del arte y la literatura en Miami .
Por Manuel Gayol Mecías
Pienso que Neo Club Press y Neo Club Ediciones son dos nuevas propuestas que están haciendo un camino muy interesante en su andar; un camino atractivo y novedoso. Tienen un sentido muy claro de la realidad cultural y publicitaria, algo que es clave: poner a un mismo nivel las cosas de Cuba con las cosas del mundo. El nacionalismo es un lastre no sólo para la creación y lo generalmente cultural, sino además para el progreso empresarial del libro o de cualquier posibilidad comercial.
Una de las cosas que me gusta de Neo Club Press, independientemente de la diversidad temática, es también la insistente aparición de artículos con criterios, en los que encontramos ideas diferentes.
En Neo Club Press la opinión y el criterio están de plácemes. No hay un día en que no le pase la vista a Neo Club Press.
En cuanto a sus ediciones, ya tuve con ellos mi primera y feliz experiencia; y mi libro, La noche del Gran Godo, considero que salió impecable. Y la publicidad que le hicieron fue inmejorable. Constaté que en ellos: Añel, Idabell, Rodolfo Martínez Sotomayor, Joaquín Gálvez, Kiko Arocha, Ángel Velázquez Callejas, Ángel Lago y Ernesto G. hay una verdadera gama de talentos que están propiciando una nueva conceptualización del arte y la literatura en Miami. Y yo, desde aquí, desde California, estoy muy pendiente de ellos, porque me gusta y me convence lo que están haciendo, por su honestidad, inteligencia empresarial y talento creativo.
Y en el ámbito de las publicaciones, he podido constatar una ayuda recíproca tremenda entre varias editoriales en Miami; quiero decir, de nuevas y pequeñas editoriales, como son también Editorial Silueta y Alexandria Library; vi una gran solidaridad entre ellos, prima lo humano y lo cultural por encima de los intereses comerciales. Esto se corresponde con la mentalidad joven que tienen sus editores, que también son escritores, intelectuales.
Cortesía: Neo Club Press
viernes, 26 de agosto de 2011
Bienvenido, Pablo Milanés
Por Carlos Alberto Montaner
Pablo Milanés ha dicho tres cosas muy importantes en una excelente entrevista que le hizo Gloria Ordaz para Univisión. Dijo que ya no deseaba cantarle a Fidel Castro, que no tiene inconveniente en dedicarles una canción a las Damas de Blanco, y que es un revolucionario crítico comprometido con el sistema socialista.
Bravo. Eso quiere decir, primero, que el famoso cantautor rompió realmente con esa penosa subordinación moral e intelectual hacia el caudillo que caracteriza a las irracionales dictaduras personalistas; segundo, que acepta la pluralidad y las diferencias dentro de una sociedad en la que muchas personas honorables tienen posiciones distintas, sin que ello las convierta en enemigos execrables o en agentes de la CIA; y, tercero, que no ha dejado de ser comunista, pero no está dispuesto a callar ante los errores y los atropellos de su gobierno. La militancia no exige ser ciego y mudo ante lo que está mal. Lo revolucionario es la rebeldía, no la aquiescente sumisión.
Mi impresión es que por la boca de Pablo están hablando cientos de miles de comunistas cubanos que se consideran verdaderos reformistas. Para ellos, no bastan los cuatro parches que Raúl le quiere poner al sistema productivo para continuar manteniendo su dictadura de partido único manejada por un grupúsculo elegido a dedo por el general entre el círculo íntimo de sus incondicionales. Ése, según se deduce de las palabras de Pablo, no es un gobierno moderno y legítimo, sino una banda al servicio de un jefe todopoderoso que ignora hasta los principios del "centralismo democrático" que supuestamente deben normar las relaciones entre los camaradas. Por eso Pablo quiere cambios reales.
Los demócratas de la oposición deberían hacer un esfuerzo por entender el fenómeno. Pablo Milanés, y con él seguramente cientos de miles de personas que se consideran "revolucionarias", no son enemigas. Son adversarios políticos dotados de ciertas ideas, a mi juicio disparatadas, pero con los que se puede y se debe convivir en una Cuba liberada del dogmatismo estalinista de los Castro. Al fin y al cabo, en las treinta democracias desarrolladas, prósperas y felices del planeta, las familias ideológicamente diferentes conviven en los parlamentos y son capaces de encontrar zonas de colaboración.
Tal vez los cubanos jóvenes no lo sepan, pero entre los años de 1940 y 1944, en un periodo democrático, el general Fulgencio Batista, acompañado y apoyado por los comunistas, fue libremente electo a la presidencia de la república por la mayoría de los cubanos. En esa época, de impetuoso crecimiento, por cierto, los comunistas-batistianos defendían la pluralidad y así llegaron al gabinete de gobierno dos ministros de esa cuerda política. Cuando Batista dejó la presidencia y viajó a Chile, el camarada Pablo Neruda lo saludó con un texto absolutamente obsequioso lleno de adjetivos entusiastas.
Tras más de medio siglo de descalabros, fusilamientos, exilios masivos, empobrecimiento progresivo, aventuras militares, violaciones de los derechos humanos y ejercicio arbitrario del poder por un caudillo iluminado empeñado en reinventar todo lo que existe, desde los seres humanos a las vacas, pasando por el café o la avicultura, ha llegado la hora de que la sociedad, toda la sociedad, asuma la dirección de su destino de forma pacífica, racional, plural y colegiada. Ese proceso comienza por un sobrio apretón de manos entre los comunistas reformistas y los demócratas de la oposición. Son, o deben ser,adversarios respetuosos, no enemigos. Bienvenido, Pablo Milanés.
Cortesía: El Blog de Montaner
jueves, 25 de agosto de 2011
miércoles, 24 de agosto de 2011
Este jueves, presentación del poemario Aceite, de Carmen Karin Aldrey
Este jueves, 25 de agosto, a las 7: 00 pm, en La Alianza Francesa de Miami, se presentará Aceite (Linden Lane Press), un libro de Carmen Karin Aldrey.
La presentación estará a cargo de la escritora María Eugenia Caseiro
Alliance Francaise
618 SW 8 St
Miami, Fl 33135
Carmen Karin Aldrey (Central Preston, Provincia de Holguín, Cuba, 1950). Artista, escritora, poeta, promotora cultural y aficionada a la Fotografía. Estudió Pintura en los talleres de Maja Design con el maestro ecuatoriano Antonio Jurado, en la Ciudad de Los Angeles. Ha publicado poesía, narrativa y trabajos periodísticos en diferentes espacios impresos y electrónicos. Su obra plástica ha sido expuesta en galerías de Estados Unidos y España. Es fundadora, directora y diseñadora de La Peregrina Magazine.
martes, 23 de agosto de 2011
Dos poemas de Carmen Karin Aldrey
El ventanal está
El ventanal está
parcialmente cubierto
por la ofrenda de la amistad
Cuando lo miro desde abajo
veo a la virgen
con una vela encendida
el candelabro
que aun no se ha usado
la diosa hindú con sus custodios
el florero azul ahora sin flores
el incienciario del recuerdo
oloroso a sándalo
el aceitero que apago
antes de acostarme cada noche
el pequeño elefante
que traje de muy lejos
el bonzai de la esperanza
que sonríe a la higuera
la rana de la suerte
y un par de budas
Aun así por el ventanal
entra la luz
se asoman los pájaros
y un pedazo de cielo
los árboles
que sobrepasan el techo
los besos de sal que trae el mar
la abeja con su miel sincretizada
la suave brisa que indica
que todo está bien
que la hierba es una cama
donde acuesto las memorias
y el perdón un verso
hablando de la extinguida furia
Se cierra el ventanal
y queda aprisionado el tiempo
y todas esas imágenes
son cubiertas por las sombras
el silencio camina
sobre las baldosas blancas
el perro sueña con ladrar
a las inquietas mariposas
Y yo vuelo vuelo vuelo
sobre las islas calladas
detenidas en las sombras.
Porque la vida espanta muchas veces
A Elena
Porque la vida espanta muchas veces
amo el ritual de los días
sumergir las miradas en el mar
tocar la flor sangrante de tu pecho
Cuando caminas siembras tu palabra
en la nube inaccesible
que de pronto es pájaro y otras lluvia
No hay temor en esa consagración
donde la herida es verso
tus penas el sonido que regresa
para ofrecer el asombro reencarnado
Si el tiempo fuera papel
arrastrado por el viento de la noche
si la luz dibujo sobre el agua
fundido en su silencio oscuro
¿La herida que atraviesa tus pupilas
fuera más azul, menos profunda?
Porque la vida espanta muchas veces
el árbol yergue sus ramas si amanece
los ríos bendicen las piedras con sus lenguas
el sol desciende a tu ventana en primavera
No hay temor en esa consagración
donde la herida es verso.
Este jueves, 25 de agosto, a las 7: 00 pm, en La Alianza Francesa de Miami, se presentará Aceite, un libro de Carmen Karin Aldrey.
sábado, 20 de agosto de 2011
Fotos y palabras de presentación de "En el lenguaje lascivo de los perros"
¿Cómo puedo presentar En el lenguaje lascivo de los perros?
Por Joaquín Gálvez
Puesto que la presentación de un libro se ha convertido en tarea dudosa, razón por la que algunos críticos -o hipercríticos-, en sus observaciones de extrema subjetividad derraman su mala leche, me he preguntado cuál sería la mejor forma de presentar En el lenguaje lascivo de los perros, libro de relatos del poeta y narrador cubano Adalberto Guerra.
Intentaré diciendo que este libro es un viaje doble a la semilla: a esa patria única que, según Baudelaire, es la infancia, y también a la geografía ancestral de su autor: el campo cubano. Hasta aquí me parece que voy bien. Pero si ahora digo que la exegesis de este libro halla su mejor explicación en la tradición oral campesina, en sus mitos y leyendas, a la vez que está emparentada, con voz propia, con en esa tradición narrativa que nos cuenta sobre la fundación de un pueblo mítico, sus gentes, sus costumbres (nada típicas) y los sucesos que en este ocurren, podría correr el riesgo de aproximarme al ensayo. Entonces tendría que acudir a esas fuentes que me facilitaran fundamentar una tesis sobre este libro, tales como Mitología cubana, de Samuel Feijoo, y los cuentos de Onelio Jorge Cardoso. Posteriormente, debería deslindar ciertos paralelismo con obras de García Márquez, Rulfo, Faulkner, sin que esto implique una influencia directa o condicionada del autor de este libro con los autores antes mencionados. Sin embargo, no creo que un ensayo sea la forma más efectiva de presentar un libro, pues éste apela más a la lectura minuciosa que a la receptividad de la audiencia, por lo que podría malgastar mi tiempo profiriendo palabras que, en vez de entrar por el oído para llegar al entendimiento, desembocarían en la plena oquedad .
Quizás sería mejor hacer un recuento del libro en el que se incluya mi punto de vista. Por ejemplo: En el lenguaje lascivo de los perros, Adalberto Guerra recrea la vida de una familia y un pueblo de campo. Sus orígenes, sus sueños y fantasmas, sus divertimentos y temores. Y lo hace con una prosa llena de poesía, prodigiosa en la captación del detalle auditivo y visual, que puede transformar lo aparentemente nimio en grandioso, algo que le valdría el beneplácito de Antonio Machado. No obstante, creo que por este camino estaría bordeando el territorio de la reseña, la cual es más breve y menos densa que el ensayo, pero que encuentra su espacio propicio en revistas y suplementos literarios.
Entonces, vuelvo a la pregunta inicial: ¿Cómo puedo presentar En el leguaje lascivo de los perros?
Qué tal si me explayo en elogios y, de esta forma, consigno: Adalberto funda un pueblo y a su vez su lenguaje, demostrando un gran poder de fabulación al ser capaz de transformar la realidad en magia viviente; la poesía se desborda en estos relatos, para lograr así que todos los caminos conduzcan a la belleza… Por supuesto, no faltará quien me cuestione por emitir ditirambos, aunque estoy convencido de lo dicho y el libro lo amerita. De más está decir que la presentación no es el marco apropiado para que el presentador, en aras del espíritu crítico, le haga una crítica negativa a la obra presentada.
De pronto, se me ha ocurrido una idea: diez razones por las que el público no está perdiendo su tiempo esta noche en el Café Demetrio, y, por tanto, debería comprar y leer este libro.
1) Entérense de cómo dos monedas enterradas en la memoria de un abuelo pueden cambiar la geografía de un pueblo.
2) Conozca el origen de ciertos nombres de personas relacionados con la obsesión de una familia campesina por alcanzar el aire
3) Si usted padece de mala memoria, este libro le proporcionará una excelente receta para que la recupere; imagínese un pueblo aprendiendo nombres de cosas no existentes.
4) En este pueblo existe un ritual en los velorios, que se inicia tomando un…Y sobre la caja del muerto jugando a….
5) Qué relación tiene una loma con la muerte, los fantasmas, la defensa y lo sagrado de un pueblo.
6) Los habitantes de este pueblo tienen rasgos semejantes que los diferencian con los de otros pueblos. Sepa por qué.
7) En este pueblo se libra una guerra sin muertos ni heridos, es decir, sin bandos contrarios.
8) Como tantos pueblos, el de este libro se ve asolado por una plaga, pero sin rostro y sin nombre. ¿Cómo se defienden de ésta sus habitantes?
9) Desea saber cómo ocurre el divorcio matrimonial en este pueblo. Creo que a estas alturas es obvio que no responde a métodos convencionales.
10) Descubra por qué un toro y un hombre pueden ser el mismo animal. Entonces también descubrirá por qué en este pueblo se habla el lenguaje lascivo de los perros.
Finalmente, recomiendo este libro por una razón fundamental, es una sarta de mentiras; ciertamente, la única forma en que la mentira se torna en un terreno fértil de verdades: pura literatura.
De esta manera, sin pretensión ensayística en la que el protagonismo pueda llevarnos a establecer un record de casi una hora de presentación que se trasmute en somnífero inoportuno, ni tampoco con la leve pretensión de una reseña de revista o suplemento literario, termino esta presentación (con el riesgo de no librarme de lo impresentable), para cederle la palabra al verdadero presentador de este libro, su autor, Adalberto Guerra.
Palabras leídas en la presentación de En el lenguaje lascivo de los perros, en La Otra Esquina de las Palabras, en el Café Demetrio viernes 19 de agosto de 2011.
miércoles, 17 de agosto de 2011
Este viernes, presentación de "En el lenguaje lascivo de los perros", en La Otra Esquina de las Palabras
La Otra Esquina de las Palabras invita a la presentación del libro de relatos
En el lenguaje lascivo de los perros (Editorial Velámenes, Palm Beach, 2011),
del escritor cubano Adalberto Guerra.
La presentación estará a cargo del poeta
Joaquín Gálvez.
Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949
Viernes 19 de agosto, a las 7:30 pm
Adalberto Guerra (San Antonio de Cabezas, Matanzas, Cuba, 1967). Poeta, narrador y editor. Reside en Palm Beach, Florida, desde 1994. Ha publicado “Cazadores de la sombra del ave” (Poesía, Editorial Velámenes, Palm Beach, 2009). Tiene en preparación “El trono de las siete leguas”, investigación sobre el personaje mítico cubano Manuel García, “El Rey de los campos de Cuba”.
martes, 16 de agosto de 2011
lunes, 15 de agosto de 2011
El regreso de Scheherazada
Por Jorge Posada
Escuché hablar de Miñuca Villaverde mucho antes de conocerla. Era La Habana de los años setenta, cuando sobrevivíamos de cualquier modo y éramos muy jóvenes y desdichados y burlones y felices, todo junto. Alguien que la conocía bien la mencionó en una conversación con un amigo en la que surgieron los nombres de los primeros artistas que se habían ido del ICAIC y que terminaron exiliándose. “Era una mujer encantadora, toda una leyenda en el mundo del cine cubano de esa época”, nos dijo. “Tenía algo de Juliette Greco y de aquel poeta francés que escribía sus poemas en papel de cigarrillos y después se los fumaba. Escribía breves poemas que luego lanzaba al Malecón para que no volvieran jamás y adoraba a Howard Hawks”.
Años después, cuando la conocí en Miami, ya hacía tiempo tenía una bien ganada fama como actriz, guionista, fotógrafa, cineasta y periodista. Desde el primer día me gustó lo que hablaba y cómo lo hablaba; sin pose alguna de intelectual de Montparnasse o del Village neoyorquino; esa mezcla feliz de cultura, inteligencia y simpatía; de conocer a fondo el cine de Jean-Luc Godard y un minuto más tarde soltar una palabrota en buen cubano; de opinar con sabiduría sobre una sinfonía de Mahler y explicar cómo cocinar unos gnocchis dignos de la más sabrosa trattoria de Italia. Era una mujer como cualquier otra y a la vez fascinante.
Tal vez ya no escribía breves poemas pero siempre había sido una creadora. A quien se parecía muchísimo era a Anna Karina; tenía ese aire extrañamente cálido de las musas que inspiraron a Modigliani, Hemingway y Dalí; y daba la impresión de ser eternamente transgresora. Con el tiempo empecé a preguntarme por qué Miñuca (que para entonces, como las princesas y las divas del cine, ya podía prescindir del apellido) no escribía narraciones, ella que tan bien sabía narrar los cuentos más divertidos; que sabía contar con gran ingenio un relato; que recordaba con pasmosa naturalidad anécdotas deliciosas. Lo que yo ignoraba era que Miñuca pensaba, hablaba, cocinaba, iba al cine, leía, escuchaba música pero también escribía en silencio. Sólo ahora sé que todo este tiempo de espera valió la pena porque estaba armándose de todos los recursos literarios para lo que iba a venir; Los días de la coleccionista, un volumen de relatos hecho sin prisas y que bulle de claras virtudes: gusto, oído despierto para los diálogos, buen ritmo narrativo.
Publicado en la Colección F&M, del portal lulu.com, es un libro tan lleno de alegrías grandes como de melancolía, con algo de engañosa magia. Tal vez es su aparente sencillez —y el hecho de que se puede leer de un golpe— o su prosa que no llega al laconismo pero tampoco tiene excesos retóricos: todo fluye con una facilidad única. Cuentos contemplativos que a su vez encierran una furia contenida y quedan en la mente del lector escritos con una prosa limpia, directa, funcional, llenos de una gracia implacable. Los distintos temas (el amor, la libertad, la cárcel, la memoria, las tentaciones) son abordados con una espontaneidad cargada de un humor de narradora que sabe manejar hábilmente los personajes, situaciones y ambientes que logra recrear sin que las costuras del texto queden a la vista.
Hay un gusto intenso para usar las imágenes con mucha fuerza, pero también con grandes dosis de poesía, además de malicia y sátira. Montones de objetos como sortijas, velas, pantalones de montar, botas, enormes pañuelos de colores, revistas viejas, martillos, palanganas, elefanticos, postales viejas, fotos antiguas abundan en relatos como “El milagro de la silla”, “El día que oyó el nombre del comandante en el Vaticano” y “El viaje de novias” en los que uno vive esa sensación de inquietud, nerviosismo y temor que los convierte no en un medio para un fin sino en un fin en sí mismo.
Los relatos se desplazan por algunos de los paisajes más bellos de Europa —Catania, Roma, Taormina, los Alpes, Palermo—, así como por México, Nueva York y Miami, y aparecen, en frecuente colisión, policías, músicos, arqueólogos, sirvientas alemanas, delincuentes negras, escritores y jóvenes extraviadas. Son personajes diversos que se suceden sin descanso a lo largo de todo el libro, un entrañable homenaje a todos los lugares donde ocurren los hechos.
Los días de la coleccionista es también una confesión, unas memorias eróticas elaboradas a sorbos, un recuento de viajes hechos por distintas partes del mundo. En muchos sentidos, es un libro lleno de recovecos que no hace falta corroborar: basta con que la autora lo diga para que uno crea que es verdad, sin más pruebas que la fuerza de su voz. Es el regreso de Scheherazada desde aquel mundo remoto y milenario en el que nada era imposible. Miñuca ha escrito un libro magnífico, se sigue pareciendo a Anna Karina y todavía sigue hablando.
Cortesía: Diletante sin causa, blog del escritor Roberto Madrigal
viernes, 12 de agosto de 2011
Presentación de El instante, de José Abreu Felippe
Editorial Silueta cordialmente invita a la presentación del libro El instante
del escritor José Abreu Felippe
Jueves, 18 de agosto de 2011 7:30pm
Presentación a cargo de Luis de la Paz
y Rodolfo Martínez Sotomayor
Havanafama Teatro Estudio
752 SW 10th Avenue
Miami, FL 33131
(305) 796-4589 - Entrada gratis
El instante es un recorrido por la memoria de una familia y una obsesión por fijarla, hacerla perdurable. Una mueca contra el olvido. También es el retrato de una casa, un árbol, una calle y, sobre todo, una historia de amor, de un primer amor. Octavio, su protagonista, sobreviviente de mínimas y grandes catástrofes, ahora se prepara para vivir, con toda la intensidad que le sea posible, su juventud; pero estamos en 1971 y comienza una década difícil que culminará con el asilo masivo de miles de cubanos en la embajada de Perú y el éxodo del Mariel.
El instante narra esos nueve años de la vida de Octavio, que van de 1971 a 1980. La Habana todavía era una ciudad que se podía caminar y las tardes desembocaban todas en el malecón.
Con El instante José Abreu Felippe concluye la publicación de su pentalogía El olvido y la calma: Barrio Azul (2008), Sabanalamar (2002), Siempre la lluvia (1994), finalista del concurso Letras de Oro 1993, El instante (2011) y Dile adiós a la Virgen (2003).
Vídeo cortesía de iSawFinger Productions
Cortesía: Editorial Silueta
jueves, 11 de agosto de 2011
Presentación de "En el lenguaje lascivo de los perros", en La Otra Esquina de las Palabras
La Otra Esquina de las Palabras invita a la presentación del libro de relatos
En el lenguaje lascivo de los perros (Editorial Velámenes, Palm Beach, 2011),
del escritor cubano Adalberto Guerra.
La presentación estará a cargo del poeta
Joaquín Gálvez.
Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949
Viernes 19 de agosto, a las 7:30 pm
Adalberto Guerra (San Antonio de Cabezas, Matanzas, Cuba, 1967). Poeta, narrador y editor. Reside en Palm Beach, Florida, desde 1994. Ha publicado “Cazadores de la sombra del ave” (Poesía, Editorial Velámenes, Palm Beach, 2009). Tiene en preparación “El trono de las siete leguas”, investigación sobre el personaje mítico cubano Manuel García, “El Rey de los campos de Cuba”.
martes, 9 de agosto de 2011
Un poema de Alberto Lauro
ORACION DEL EXILIO
Señor: he escapado huyendo de cárceles,
Flagelos, tiranos, persecuciones, consignas huecas...
Ya no sé dónde meterme salvo el suicidio.
Esto tampoco era lo que esperaba.
¿Y qué me encuentro?
En la televisión las veinticuatro horas
Multinacionales dando a tu pueblo
Publicidad hasta que se empalague,
Enajenados con los deportes,
La vida privada de famosos de hoy
Que mañana serán pasto del olvido,
Noticias truculentas y sensacionalismo,
Canciones baratas mezcladas con chismes inocuos,
Seriales de tramas infectas.
Los ricos, a quienes no les importa
Que un camello entre por el ojo de una aguja,
Son cada vez más ricos,
Parapetados en sus mansiones
De abiertas fauces a la frivolidad y a lo trivial,
Ávidos siempre de dinero y más dinero.
Pero tus hijos, tan indefensos como tú,
Pobres cada vez más pobres, No tienen dónde recostar la cabeza.
Las estatuas que se erigen hoy A prohombres y tribunos
Serán derribadas por las hachas o el hastío mañana.
Esta aparente calma de cólera soterrada puede estallar.
Y los aduladores no saben que un día
Vestirán el traje maldito de la higuera:
Rasgarán sus vestiduras, Ceniza echarán en sus cabellos.
¿Y el pueblo? Obedece como borrego.
Tan sólo unos pocos prefieren inmolarse.
Parece sordo y ciego y mudo pero no olvida Y es implacable cuando menos se espera:
Entonces empuña
La espada ávida de sangre
Que clama justicia. Y ruedan por el suelo como balones huecos
Las cabezas de los que idolatraban...
lunes, 8 de agosto de 2011
EL INSTANTE, UNA NOVELA DE JOSE ABREU FELIPPE
EL INSTANTE
José Abreu Felippe, 2011
Novela. Editorial Silueta, 463 págs.
Por Juan Cueto-Roig
En su quinto y último libro, recién publicado, de la serie El olvido y la calma, José Abreu Felippe continúa narrándonos las vivencias de Octavio (Tavi), personaje semiautobiográfico, que ya nos había dado a conocer ampliamente en las anteriores entregas de esta fascinante pentalogía.
En el presente volumen, el autor sitúa al protagonista en la turbulenta década del setenta, en que tantos acontecimientos importantes ocurrieron en Cuba, y marcaron de una manera definitiva a sus habitantes.
En frecuentes saltos en el tiempo, Abreu rememora episodios ya mencionados en las tres novelas que precedieron a El instante. Pero no lo hace gratuitamente, sino que con esas visitas al pasado imparte cohesión al ciclo narrativo, y establece un vínculo esclarecedor con hechos y personajes que influyen el presente novelado.
Antes de elogiar esta magnífica obra, quiero decir que hay páginas que, para mi gusto, podrían haberse eliminado, sin que la novela sufriera en su discurso, estructura o calidad. Y que la haría más tentadora, sobre todo para lectores que le temen a un libro tan voluminoso como éste. Pero, en definitiva, es cuestión de gustos y, por ende, prerrogativa del autor.
Abreu evoca personajes (a veces disfrazados en otros nombres) del mundo intelectual cubano; y aborda hechos y circunstancias importantes, como la escasez de alimentos y materiales de construcción, las dificultades de la vida cotidiana, el caótico transporte público, la irrupción masiva de personas en la Embajada del Perú, y el éxodo del Mariel.
Es de celebrar la poesía que transpira en cada una de las páginas de este libro, aun en aquéllas que lectores timoratos pudieran calificar de “escabrosas”. Y es también muy meritoria la maestría con que Abreu vincula las transiciones de espacio y tiempo, las cuales se suceden casi inadvertidas para el lector. Así, en pocas palabras, podría yo destacar la calidad literaria de esta novela. Basta la hermosa narración del viaje de los dos jóvenes a Soroa para apreciar el poder descriptivo de este autor. No exagero si digo que me sentí testigo presencial de la aventura. Tampoco exagero si afirmo que ésta, y las otras cuatro que integran la pentalogía El olvido y la calma son obras antológicas de la novelística cubana.
Este libro será presentado el jueves 18 de agosto, a las 7:30 p.m., en Havanafama, 752 SW 10th Avenue, Miami. Para mayor información llamar al teléfono (786) 319-1716. La presentación estará a cargo de los escritores Luis de la Paz y Rodolfo Martínez Sotomayor.
domingo, 7 de agosto de 2011
¿El mensaje o el mensajero?
Por Joaquín Gálvez
El mensajero: dicen que tiene una vasta cultura, pues memoriza y exhibe nombres y frases como una modelo sus atavíos cuando atraviesa la pasarela. Sin embargo, no es capaz de elaborar con consistencia un argumento que denote un pensamiento lógico y enjundioso devenido de sus ubérrimas lecturas. Por lo general, juzga la obra de sus colegas con términos altisonantes y lacerantes: “un monstruo”, “genial”; “porquería”, “bazofia”.
El mensaje: se regodea con la escritura críptica, pues cree que la originalidad estriba solamente en la extravagancia del lenguaje. En su imaginario creativo, piensa que está innovando, cuando su estilo tiene todos los atributos del epígono, es decir, su obra es una retaguardia de la vanguardia.
Ni el mensajero ni el mensaje
El mensajero: fue una buena persona, un hombre que vivió acosado por los fantasmas de su niñez y de la barbarie política de una dictadura militar, por la que tuvo que cumplir años de prisión. Luego en el exilio, afectado por sus traumas, se sumió en la droga y el alcohol, hasta llegar al suicidio.
El mensaje: una poesía testimonial, muy autentica, que nos confiesa las calamidades del hacedor, pero que no logra una voz propia. Su obra es un muestrario de numerosos lugares comunes.
El mensajero, sí. El mensaje, desgraciadamente, no.
El mensajero: fue un poeta e intelectual fascista, aunque a su vez un ser generoso, un mecenas, líder de una generación de poetas vanguardistas. Estaba convencido de que la usura y los usureros eran una amenaza para la tradición y la cultura, razón por la que defendió con sus incendiarias alocuciones radiales a un dictador y su ideología.
El mensaje: una poesía que incorpora elementos de la tradición oriental, sobre todo la china, así como las letras de las canciones provenzales. Se vale de la intertextualidad y erosiona el lenguaje como nunca antes se había visto, pero sin caer en la vacuidad y la palabrería, que tan de moda están en estos tiempos.
El mensajero, en gran medida, no. El mensaje, sí.
El mensajero: un adlátere de un gobierno comunista, delator, arrogante, oportunista, practicante de un cinismo más cercano a las enseñanzas de su amo, que a las de un Diógenes, un canalla por antonomasia, como pueden dar constancia algunos de sus más allegados colegas.
El mensaje: canciones de alto contenido poético; fusiona los elementos de la música rock con los de los de la trova tradicional de su país. Sus canciones logran un variado nivel melódico, rítmico y armónico.
El mensajero, absolutamente, no. El mensaje, sí.
El mensajero: creyó fervientemente en la revolución y su líder. Lo defendió con su pluma de escritor, y formó parte de los organismos oficiales de la cultura de su país. Más tarde se decepciona al ver el rumbo radical que toma esa revolución, siendo víctima de la censura y la falta de libertades. Se marcha al exilio en una época en que pocos intelectuales se atrevían a alzar la voz contra el gobierno de su país. Se convierte en un crítico acérrimo del régimen totalitario de su país contra viento y marea.
El mensaje: una obra con un estilo innovador, que logra reflejar el ambiente capitalino de su país, con sus músicos, pintores, escritores, así como la vida nocturna en sus cabarets, cines, carnavales y burdeles. Sus retruécanos tienen la musicalidad del tambor y el ritmo dicharachero de sus coterráneos. Logra así ser unos de los iniciadores del boom literario de su continente.
El mensajero, a pesar de ciertos hechos desagradables, sí. El mensaje, sí.
El mensajero: No le quedó más remedio que quedarse en su país y vivir tras una máscara para poder publicar su obra, siempre a sabiendas de cuáles eran las reglas del juego, por lo que nunca pudo decir todo lo que hubiera deseado. Le aterraba abandonar su país. Una excelente persona, un gran amigo, un gran hijo. No fue un militante político, ni su obra es un paradigma del panfleto literario que marcó a su generación.
El mensaje: una poesía de alto vuelo lirico, depositaria del grupo literario más importante que ha dado su país; logra mezclar elementos culteranos con los de la cultura pop.
El mensajero, hasta cierto punto, sí. El mensaje, sí.
El mensajero: En su país fue miembro de una agencia de prensa creada por la revolución, luego se convirtió en un disidente. Llegó a la capital del exilio para ejercer el trabajo de juez por medio de sus artículos periodísticos , en donde no quedaba títere con cabeza; aunque más tarde se supo que todo era una proyección de sí mismo , pues le endilgaba a sus víctimas(escritores y periodistas) su propio mal: ex agente de la Seguridad del Estado.
El mensaje: una obra con sentido del humor, llena de diatribas y juego de palabras, pero que es pura imitación de un conocido escritor de su provincia.
El mensajero, no. El mensaje, lo siento, tampoco.
El mensajero: No es un mal escritor, pero tampoco es el mejor de su país; eso sí, es el más favorecido por la oficialidad literaria de su país, por lo que ha ganado varios premio literarios. Dicen que es bondadoso, amigo de sus amigos. Uno de los pocos que puede viajar y salir de su país. Va a esos lares donde se encuentran sus compatriotas exiliados y da conferencias, presenta sus libros, etc. Pero juzga a esos compatriotas cuando hacen uso de la libertad de la que gozan y le formulan preguntas de tema político que lo puedan comprometer. Entonces los tilda de politiqueros e intransigentes, pues todo tiene que hacerse según sus parámetros. Según él (o ella), merece toda la compresión del mundo, pues su actitud responde a un código impuesto por el régimen dictatorial que le da prebendas.
El mensaje: una obra con ciertos valores estéticos, pero que no alcanza las expectativas literarias que se han de esperar tras tanto reconocimiento recibido.
El mensajero, aunque trato de comprenderlo, no. El mensaje, relativamente, sí.
El mensajero: formó parte del gremio literario oficialista de su país. Aunque hay que reconocer que posee bagaje cultural, su formación intelectual está afectada por ese típico provincianismo y ombliguismo nacionalista que legaron muchas de las colonias españolas (sobre todo la insular), además del dogmatismo de su ex afiliación literaria. Como consecuencia, tiende a la visión ortodoxa y a la categorización a la hora de analizar obras, incluida la suya. Para él (ella) lo que más vale es lo que gira en torno suyo, y lo estéticamente correcto es tan uniforme, que se escandaliza ante cualquier bifurcación en el sendero; digamos que se trata de una inquisición en el plano literario.
El mensaje: su obra, aunque tiene momentos interesantes, se parapeta en la rigidez conceptual, quedando así anquilosada en tiempo y espacio al no evolucionar y optar por arribar a la anteanoche.
El mensajero, no. El mensaje, tampoco.
El mensajero: Procede de una familia de prosapia. Como poeta, vivió al margen del horror político que implantó una revolución, por lo que se encierra en su casa con sus gatos. Durante años vivió en la madre patria, donde entabló relaciones con prominentes escritores e intelectuales. Poco antes de morir, gana el premio literario más prestigioso de la lengua.
El mensaje: una poesía de tono decimonónico para su época. Aunque tiene algunos poemas logrados, su obra es muy desigual.
El mensajero, sí. El mensaje, en gran medida, no.
El mensajero: Luego de exiliarse, es tan anti dictador, que se parece al dictador, no repara en darle rienda suelta a su lengua de látigo, diseminando veneno por todas partes. Necesita ser el centro de atención y no soporta que otros (otras) sobresalgan y le roben el show. Es muy famoso(a), sus libros se han vendido como pan caliente, algo que le ha servido para vivir en una de las urbes culturales más importantes del mundo.
El mensaje: Escatológico, banal, estéticamente apto para la cultura de masas. Cuando logra un buen párrafo en una novela, lo malogra con otros cincos muy pésimos.
Ni el mensaje, ni mucho menos el mensajero.
El mensajero: es profesor universitario en una de las mejores universidades del mundo, posee un doctorado en letras de esa misma universidad. Un académico que imparte conferencias por todo el mundo. Un erudito en historia de la literatura universal. Hace frecuentes apariciones públicas en programas televisivos y radiales.
El mensaje: cuentos pésimos por su pobreza imaginativa, falta de garra y ritmo narrativos.
El mensajero, sí. El mensaje, al menos el creativo, no.
El mensajero de este post: si por alguna casualidad usted se siente aludido, no fue mi intención hacerlo, ni mucho menos ofenderlo. Tanto el mensajero como el mensaje más bien representan prototipos, que personas en específico.
El mensaje del bloguero: Espero que al menos le sirva el mensaje de este post en su papel de mensajero y lector (en este caso lo que importa es el mensaje y no el mensajero).
Una aclaración: Esto es solo mi opinión, con todos los aciertos y equívocos de la subjetividad. Usted, por supuesto, tiene derecho a atesorar la suya. Si cuestiona la no valorización de este servidor en su papel de mensajero con su mensaje, hágala usted. No quiero correr el riesgo de caer en el autobombo y la falsa modestia.
sábado, 6 de agosto de 2011
Eliseo Alberto Diego y García (1951-2011)
Por Carlos Alberto Montaner
Era amable, simpático y un excelente escritor. Hijo de Eliseo Diego, uno de los mejores poetas del siglo XX cubano y de Bella García Marruz, y sobrino de Cintio Vitier y de Fina García Marruz. Lo traté poco, porque él se exilió en México y yo en España, pero me pareció una persona muy agradable e inteligente. Su libro Informe sobre mí mismo fue un golpe demoledor contra la dictadura cubana. En esa obra contó cómo la Seguridad del Estado, la implacable policía política cubana, lo había reclutado mediante diversas presiones para espiar a su propio padre, pese a que éste no era exactamente un opositor. La revelación cayó como una bomba en los medios intelectuales españoles y latinoamericanos que todavía conservaban ciertas simpatías por el régimen de los Castro: ¿qué clase de gobierno era ése que utilizaba al hijo de uno de los mejores escritores del país para buscar información contra su progenitor? Alguien tendrá que escribir la historia de esta familia talentosa y, a ratos, contradictoria (¿quizás Fefé, la hermana gemela de Eliseo?). Sería un libro fascinante que tocaría a figuras como Lezama Lima y Gastón Baquero, miembros del Grupo Orígenes, y luego continuaría con la generación de Eliseo Alberto.
Cortesía: El blog de Montaner
jueves, 4 de agosto de 2011
Este viernes, Amigos por Dacio, en Café Demetrio
Por Maite Luna
"La amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso, hay que salvarla como sea".
Nuestro amigo Dacio nos necesita. Está en una etapa en la que su salud debe cuidarse en extremo y esto lo limitará a llevar su vida normalmente durante un tiempo. Un grupo de amigos hemos decido unirnos con música, para recaudar lo que se pueda y lo que la gente quiera entregar para ayudarlo con su tratamiento.
El viernes 5 de Agosto, Café Demetrio nos ha prestado su patio para realizar el evento "Amigos por Dacio". Tendremos a Tonit Mir, Midiala Rosales, Omar Benavides, la genial María Alejandra Rodríguez y otros artistas invitados y sorpresas. Esta servidora tendrá el inmenso placer de animar la noche. Será una oportunidad maravillosa en nombre de la amistad y la vida.
Los espero a las 8:00 PM!!!!!!
Para más información, no duden en llamar al (786) 344- 8386.
Gracias!!
miércoles, 3 de agosto de 2011
Fallece en Miami el periodista José Ignacio Rivero
José Ignacio Rivero dirigió en Cuba el importante periódico Diario de la Marina
Ha muerto este miércoles en Miami un paradigma del periodismo hispano: el cubano José Ignacio Rivero, ex propietario y director de El Diario de la Marina, quien -según su amigo y asistente Oscar Grau Esteban- tuvo la suerte de que se le presentara un escenario diferente pero propicio para que él diera muestras de todo lo que valía.
Oscar Grau Esteban ha asegurado a martinoticias.com que para él fue un orgullo y un privilegio trabajar en el Diario de la Marina junto a a lo que él considera fue un paladín de la democracia, el periodismo y catolicismo cubano.
Beatriz Rivero Mederos de Suárez Riva, hija del insigne periodista también ha dicho a martinoticias.com que su padre fue un cubano leal, fiel e increíble, toda su vida, hasta el momento de su nuerte.
Cortesía: Martí Noticias
Un libro abierto: El salto interior, de Ángel Velázquez Callejas
Por Gabriel Cartaya
No siempre un título tiene la capacidad de sugerir la totalidad del discurso que propone el autor, pero esta vez emerge por cada costado de los dos vocablos. Se trata, desde la primera a la última página de un salto desprejuiciado al interior, si la mirada puede desembarazarse de verdades establecidas, dictaminadas, legitimadas por la racionalidad sistémica con que el pensamiento humano busca desde la antigüedad una explicación al universo desde la mismidad del ser.
Cuando Pitágoras llegó a Grecia hace 25 siglos redondeados, un gobernante local (Leonte, en la ciudad-estado de Fliunte) le preguntó por su oficio y respondió: buscador de sabiduría. Ya entonces se intentaba llegar a la verdad por principios unificados: con el agua los había relacionado Tales de Miletos y el propio Pitágoras los explicaría a través de la música o los números. Pero Ángel Velázquez se ha situado más cerca de los sofistas, cuyo verbo especulativo privilegiaba a la conducta humana en la búsqueda de una explicación sobre el universo, cuyas leyes –creían-- no eran del alcance al intelecto humano. Preferían la retórica, desde la que podía juzgarse que no existe el bien o el mal absoluto y que, de hecho, lo que es bueno para uno no lo es necesariamente para otro.
Sócrates, que a la vez era albañil y filósofo, no tuvo que sentarse a escribir para enseñar a través de preguntas y respuestas e influir en la formación de su más grande discípulo (Platón), quien más tarde sería el maestro de Aristóteles. Para ellos la vida, sin examinarse, no tenía sentido, máxima que encuadra con las búsquedas teóricas implícitas en el libro que ahora presentamos. Mucho líquido (el agua de Tales, en el sentido relacionante) y mucha retórica desde todas las escuelas, ha corrido hasta El salto interior (Neo Club Ediciones, Miami 2011) con que ahora nuestro querido Velázquez propone una lectura otra de la visión del hombre sobre sí mismo, tan inalcanzable como impertérrita en su eterna sed de cosmovisión.
Un salto mortal hacia el interior profundo podría ser un título alargado, tanto por la altura del lanzamiento como por la hondura que alcanza. Tal vez podría objetársele ansiedad por la omisión de peldaños en pos de la rampa hacia el salto, pero la gravitación no es negada en el curso al vacío y el cuerpo alcanza mayor profundidad en el agua otra vez encadenante.
Salto, otrosí, es también el espacio (de conocimiento, esta vez) entre el punto donde se está y aquel al que se llega, como vaso de agua es el contenido líquido interior, más cuerpo envasador. Son las mismas trampas del lenguaje y la razón. En este camino, a pesar de una coherencia relativa que explica la evolución lógica del discurso, pudiera andarse el cuerpo del libro desde el principio o desde cualquier capítulo del mismo. El salto de un capítulo no pierde el interior prometido. Pudiera leerse desde “El engrandecimiento del ego”, donde comienza, recomendable por la presencia de esa sustancia intangible a través de todo el discurso –vuelto un contrasí- , pero igualmente genésico desde los “Espectros de la cubanidad”. Porque salto es también tornatrás. O es saltar, omitir algo que debiera preceder o intermediar. Digamos, saltarse a Hegel para adelantar a Nietzche.
Sombras hay, como en toda obra humana (tal vez también en las divinas), en la complejidad cromática que apunta hacia la luz. Personalmente no creo que Ernesto Hemingway identificara a los pensamientos como basura, como se afirma en alguna línea perdida del libro, por el hecho de haber respondido una pregunta - ¿qué necesita un escritor?-- con un exabrupto típico de él: “extirpar la basura que se acumula en la mente”. Y lo dijo tan desfachatadamente como respondió, con un cojones bronco, a un periodista español ante la misma pregunta. Ambas cosas, de todos modos, las necesita el escritor, en cuyo cerebro, como en la caja de herramientas de un constructor (el símil lo puso Conan Doyle en la voz del célebre Holmes), deben excluirse los instrumentos innecesarios (la basura a que aludía el autor de “El viejo y el mar”, esa novela de la que extirpó cientos de páginas para dejarla en una pequeña joya de la literatura universal). Fue por respeto al pensamiento – y a la estética derivada de él- , que Hemingway escribió 49 veces la última página de “Adiós a las armas”.
También es resbaladiza la afirmación de que José Martí sobreestimara la influencia de Félix Varela en el sentido de ser el primero en enseñar a pensar a los cubanos. Aunque puede afirmarse hasta hoy el legado del autor de las “Cartas de Elpidio” al pensamiento ulterior de sus conciudadanos, la realidad es que Martí estaba recordando una frase con la que Luz y Caballero había evaluado a su Maestro en la discusión filosófica de 1838. Aquella frase, que se fue deformando con el tiempo –como tantas-- aludía a que Varela primero nos enseñó a pensar. Pensar, para hacer (el poeta en actos, que gusta a nuestro autor), un orden que el mismo Martí encarnaría como nadie.
Hay muchos nutrientes en el libro de Ángel Velázquez. Los filosóficos conforman un mosaico de trancos largos, tanto espaciales (Grecia clásica, India, América) como temporales (antigüedad, medioevo, modernidad, posmodernidad), se mueven en “El salto interior” que va trazando el autor con ojo crítico. Cuando son llamados Epicuro, Buda, Nietzsche, Schopenhauer o Heidegger –entre decenas citados-- no es para subordinarse a un canon, sino para discutir con ellos y pelearles algún palmo de la razón.
El tema histórico es ineludible en el historiador de base que 20 años atrás publicó “La hacienda ganadera de Bayamo”, llamando la atención en la historiografía regional cubana por apartarse de caminos trillados del positivismo y de un marxismo tan mal envasado en recipiente soviético. En “El Salto interior”, la segunda parte se ocupa de la Historia. Pero no Historia para contar con hechología probatoria, sino otra vez para enfrentarla con el pensamiento, que es centro de toda la preocupación de Velázquez. Tanto se amarra en esta dirección del discurso, que cuando llama a una anécdota no se la pide a la Historia convencional y prefiere extraerla de un destello, un apunte, un diálogo, aún mitológico, de los autores que privilegia. Pero la verdad, aun con la pregunta incontestada de Pilatos a Jesús, sigue plural hasta el final.
No es posible, en tan poco tiempo, abarcar todo el interior devenido del salto velazquiano, desde la rampa editorial brindada, con calidad visible, por el escritor y editor Armando Añel. Pero no es posible el breve comentario sin detenerse un instante en la poesía, que es el camino más seguro hacia la verdad interior del ser.
Creo que Ángel Velázquez en “El salto interior” ha dado más voz a los poetas que a filósofos, historiadores, pensadores. Tal vez porque son menos doctrinarios y tienen la capacidad infinita de apresar no sólo los sentimientos más íntimos de la naturaleza humana, sino también los caminos más enmarañados de la razón. Cómo conciliar la ubicación del hombre que se siente Dios cuando sueña ( poeta Hölderlin) y el personaje de Dostoievski que ha sido muy feliz despierto. Tal vez porque la felicidad es una sensación de experimentación diversa e irrecetable, como lo es la libertad, tan intangible como aquella. Afincar la conciencia de que raramente se encuentra el camino, frase que en el libro de Ángel nos brinda un poeta hindú (Kabir), no deja de ser un aliciente –si poético, mejor-- para buscarlo cada día.
Salto es también palpitación violenta del corazón. Ese salto del corazón, es también la propuesta de Velázquez en “El salto interior”. Sólo mirar el drama humano de la incesante búsqueda que expresan sus poetas elegidos: José Martí, Juan Ramón Jiménez, José Lezama Lima, por sólo citar tres, traen esa poética del mundo imposible de encasillar o deconstruir, como gusta decirse hoy. Yo, eterno optimista y soñador, no creo como Ángel que el mundo haya perdido el mensaje poético de Lezama, como no ha perdido el de Homero, Virgilio, San Juan de la Cruz, Goethe, Emerson, Darío, Lorca, en fin, el mensaje de cada verso explotado en ese interior que nos propone Velázquez con una original poetización del salto en prosa.
En esta complejidad insaciable de interpretarnos, en cuya inabarcable página la legitimidad de un punto nuevo viene más de aprovechar el tinte del anterior que de suprimirlo, quiero terminar con la advertencia serena del poeta Octavio Paz: “Para revelar el sueño de los hombres es preciso no renunciar a la conciencia ni a la razón”. Y finalmente, un salto alto: un salto de alegría por el libro que nos regala Ángel Velázquez Callejas.
Texto leído durante la presentación del libro de ensayos “El salto interior”, el sábado 18 de junio de 2011 en Delio Photo Studio.
Cortesía: Neo Club Press