Retrato desde la cuerda floja
Mientras bailo Rock
and Roll, ronda una bala
cuyo blanco es mi corazón.
Y he salido, sin la
compañía de un dios,
a encontrar el Cielo
en un Nightclub
de esta ciudad…
-Hijos míos, la
vida es un rompecabezas
que solo se lograr
armar apelando a la ficha de la soledad.
Quien soy, he sido
y seré, sino el deseoso habitante
Condenado a nunca
poblar su sed.
Mas siempre nos vendrá
a visitar una lluvia sin nombre
-desposeído
diamante del instante-,
que entra, en
nuestros ojos,
entre el abismo y la luz.
¿Por qué ningún periódico
anuncia:
“en la otra orilla
de una voz el barro vuelve a ser el esplendor”?
Otra vez calzo el júbilo
de unos zapatos
para bailar Rock
and Roll
sobre la eterna cuerda floja.
poema fuera de serie
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este poema.
ResponderEliminarTiene una elegancia interior que observa....
Gracias, Maya y Armando, por sus comentarios, que son muy apreciados. Abrazos
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