Otra acepción de la
lluvia
Acaso
porque la lluvia es su rostro ubicuo,
el
territorio donde siempre se reúne con este hijo
que
se fue al extranjero.
Mi
padre y yo fundamos una comunión:
un
juego que se sigue extendiendo en la lluvia.
Y
así, a prueba de lluvias,
nos
descubrió Gene Kelly en un anfiteatro de barrio.
Y la
memoria se convirtió en la mejor pesca del riachuelo
-el
mapa que lo libera de una geografía anodina-.
Por
eso, junto a mi padre, en aquel estadio
ningún
juego se suspendió por lluvia.
Y en
cualquier parque, y en cualquier feria,
y en
todo carnaval de la intemperie,
la
lluvia nos ofrendó su lealtad cual infalible techo.
Y
ahora sé por qué llueve:
nunca
nos separamos en el espíritu de la lluvia.
Poema perteneciente al libro inédito Hábitat, de próxima aparición
Hola amigo me has emocionado. Es un poema honesto, libre, claro y lleno de imágenes ligadas al recuerdo y al significado de este "líquido" sobre ustedes. Y en un día como hoy muy apreciado-
ResponderEliminarSolo una sugerencia en el buen sentido. Yo lo acabaría en la ambigüedad de
Y ahora sé porqué llueve
o
Ahora sé porqué llueve
y nunca nos separamos
Pero bueno es una opinión.
Un abrazo y Feliz día de los padres
Amílcar Barca
Un gran poema sin duda alguna. Felicitaciones.
ResponderEliminarMuy bueno. Excelente poema.
ResponderEliminarGracias Joaquin
Mike Porcel
Gracias, amigos, por leerlo y por sus comentarios. Abrazos
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