sábado, 15 de junio de 2013

Un poema de Joaquín Gálvez


 
 
 
Otra acepción de la lluvia

 

 
Cuando yo contemplo la lluvia, vuelvo a conversar con mi padre.

Acaso porque la lluvia es su rostro ubicuo,

el territorio donde siempre se reúne con este hijo

que se fue al extranjero.

 

Mi padre y yo fundamos una comunión:

un juego que se sigue extendiendo en la lluvia.

Y así, a prueba de lluvias,

nos descubrió Gene Kelly en un anfiteatro de barrio.

Y la memoria se convirtió en la mejor pesca del riachuelo

-el mapa que lo libera de una geografía anodina-.

Por eso, junto a mi padre, en aquel estadio

ningún juego se suspendió por lluvia.

Y en cualquier parque, y en cualquier feria,

y en todo carnaval de la intemperie,

la lluvia nos ofrendó su lealtad cual infalible techo.

 

Y ahora sé por qué llueve:

nunca nos separamos en el espíritu de la lluvia.

 

Poema perteneciente al libro inédito Hábitat, de próxima aparición

4 comentarios:

  1. Hola amigo me has emocionado. Es un poema honesto, libre, claro y lleno de imágenes ligadas al recuerdo y al significado de este "líquido" sobre ustedes. Y en un día como hoy muy apreciado-
    Solo una sugerencia en el buen sentido. Yo lo acabaría en la ambigüedad de
    Y ahora sé porqué llueve
    o
    Ahora sé porqué llueve
    y nunca nos separamos

    Pero bueno es una opinión.

    Un abrazo y Feliz día de los padres

    Amílcar Barca

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  2. Un gran poema sin duda alguna. Felicitaciones.

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  3. Muy bueno. Excelente poema.
    Gracias Joaquin
    Mike Porcel

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  4. Gracias, amigos, por leerlo y por sus comentarios. Abrazos

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