Cuento infantil para adultos
Fue un niño más en el
planeta.
Y como a todo niño,
se le procuró ese paraíso
que es el pecho de una madre.
Y un rabino lo tomó de la
mano al cruzar una calle de Baviera.
Y hasta los cerveceros
velaron por su sobriedad futura.
Y tuvo un maestro de
cívica y ética,
pues todos creían que
Darwin era apenas un animal de moda.
Y le cantaban una canción de cuna,
para que no entrara en su
sueño el grito de Munch
y la sombra de la guerra.
Pero un día su sueño fue
exterminar a otros niños.
Nadie se detuvo a pensar
que todo ser es un acertijo,
que en la robusta
fragilidad de la niñez se oculta un monstruo.
No nos aterrorizó su
nombre de niño
hasta que su adultez se llamó
Adolfo Hitler.
Me ha gustado mucho este poema.
ResponderEliminarLas palabras de este poema caen como gotas; el agua, cuando cae
abre manchas, surcos, vida.
Creo que Joaquin lo logroo en este poema. Un poema maduro, que ha encontrado un cauce sin gritar.
gracias,querido Joaquin.
Gracias, querida Maya, por leerlo y por tu opinión, la cual valoro muchísimo.
ResponderEliminarUn abrazo,
Joaquín