viernes, 27 de agosto de 2010
Armando Valdés-Zamora: Cuba, Francia y los argonautas (una entrevista)
Por Armando de Armas
Armando Valdés-Zamora nació en La Habana, Cuba, en abril de 1964, pero creció en Santa Clara por una razón trágica: su mamá y su papá fueron encarcelados y fue criado por una tía en esa ciudad del centro del país.
Ha publicado el poemario Libertad del silencio, Ediciones Trazos de Cuba, París, 1996, y la novela Las vacaciones de Hegel, Madrid, 2000, que resultó finalista del Premio Felipe Trigo, y publicada en Francia como Les vacances de Hegel, donde fue finalista del Premio a la mejor primera novela en Francia.
Doctorado por la universidad de la Sorbona en 2003 con una tesis sobre José Lezama Lima. Profesor Adjunto de la Universidad de Paris XII y de la Escuela Superior de Gestion (ESG) de París.
Armando Valdés-Zamora es autor de decenas de artículos y ensayos sobre la literatura cubana publicados en Cuba, Europa y Estados Unidos. Hombre de hablar pausado y reflexivo, estas fueron sus palabras para MartiNoticias.com.
MN. Como estudioso de las letras cubanas qué opinión le merece el estado actual de la literatura cubana en la isla y en el exilio.
AV. La principal ganancia de la literatura cubana actual viene de un doble aspecto cuantitativo: la cantidad de escritores con que cuenta y la cantidad de libros escritos por cubanos que se publican.
En cuanto a lo que en realidad cuenta, es decir, a la calidad, soy mucho más escéptico. En este aspecto la literatura cubana no es una excepción: ocurre lo mismo en todas las lenguas y países. El ensayista italiano Pietro Citati -uno de mis favoritos- afirma que actualmente la gran literatura "descansa". El escritor cubano José Manuel Prieto decía hace poco en una entrevista que la literatura cubana llega tarde, que es muy lenta. Pienso que Prieto se refiere a la forma de nuestra literatura. Creo que toda gran literatura llega un poco tarde, excepto la testimonial o la literatura que Cabrera Infante llamaba "de aeropuerto", la que dura, digo yo, el tiempo del vuelo.
Lo que más me preocupa de la escritura de ficción cubana actual es que parece ser escrita para ser aplaudida de inmediato, para ganarle una apuesta a otro concursante sin tratar, además, grandes temas con la reflexión de una prosa trabajada ni la búsqueda de una forma, de una manera de decir que corresponda a esas intenciones.
Pienso sin embargo que en los libros de Abilio Estévez, José Manuel Prieto, Antonio José Ponte, y en textos diversos de otros escritores del exilio, se inauguran nuevos cánones de la escritura literaria cubana.
Ah, no me gustaría hacer diferencias entre los escritores de Cuba y los que estamos fuera. Pero las limitaciones, las rupturas referenciales y de difusión, han llegado a extremos que nos tienen que diferenciar cuando escribimos, claro.
Debo confesar que cada vez leo con más temor los textos escritos en Cuba porque la suma de decepciones que he sufrido en los últimos tiempos con esas lecturas entristece mi memoria afectiva. Quiero al menos mencionar un ejemplo que contradice lo que acabo de decir, porque siempre hay personas que a pesar del ostracismo y la incomunicación insular, del desespero por ser reconocidos afuera, hacen una obra de calidad, como es el caso de Ena Lucía Portela.
MN. ¿Por qué salió de Cuba?
AV. Yo salí de Cuba porque le tengo terror a la cárcel. Es decir, temía no soportar los rigores del encierro y convertirme, por ejemplo, en delator de amigos. Salí también porque quería "perderme" como se dice en cubano. Confundirme con el mundo. Coger catarro por culpa de una nevada. Ganar el derecho a una privacidad y a cierto anonimato. Vivir, en serio, como los personajes de las películas que veía en los cines de Santa Clara o en la cinemateca de la Rampa. Y para escribir y hablar, para gritar que NO, algo, esto último, que me fascina…
MN. ¿Cómo es la vida de un escritor cubano exiliado en París?
AV. La vida de un escritor cubano en París depende de cómo sobrevive materialmente en una de las ciudades más caras del mundo. En Francia sólo 3% de los escritores viven de su literatura. (Dos cubanos han tenido la suerte de integrar este selecto grupo: Zoé Valdés y Eduardo Manet).
Yo trabajo de profesor en una universidad pública y en unas cuantas privadas, lo cual creo es un privilegio para un ex balsero que llegó a Paris sin ni siquiera hablar francés. Tengo clases todos los días. Mi escritura es el sueño. Y esto no es una metáfora onírica. Escribo, investigo y leo en horas que pertenecen al descanso. Termino una conferencia para un coloquio o para una revista. Adelanto uno de mis libros. Retoco mis cursos sobre América Latina antes de irme a correr unos kilómetros a un parque para no perder la forma. Es decir que duermo como promedio 5 horas por día. Me levanto temprano, escribo si las clases comienzan más tarde. Me sumerjo en el metro. Doy clases. Me voy a la biblioteca. A veces vuelvo muy tarde a casa. Pero he logrado reunir en mi apartamento parisino las más confortables condiciones mínimas para escribir: silencio y soledad.
Ahora, me digo a veces cuando me veo correr delante de los espejos de las tiendas, he logrado ser uno de esos personajes de las películas que veía en Cuba: formo parte de una ficción retrospectiva.
MN. ¿Considera que ha habido algún cambio en la percepción de las elites culturales en Francia respecto al régimen militar cubano, por un lado, y respecto a sus víctimas, por el otro?
AV. El cambio de visión en Francia del régimen cubano, es relativo. Siempre se acompaña de un insoportable PERO…"la educación", "la salud", los Estados Unidos, etc. Es cierto que los principales medios de difusión en Francia se refieren a Cuba como una dictadura. Sin embargo no hay que pedirles demasiado: el tema de los prisioneros políticos, de la existencia de una oposición interna y sobre todo, lo relativo al exilio de Miami, sólo se conocen y aprueban en restringidos círculos.
MN. Cuénteme un poco de esa antología de la narrativa cubana en que trabaja actualmente.
AV. Lo de la antología de cuentos cubanos es un proyecto que hago con Liliane Hasson, la más conocida traductora de escritores cubanos en Francia. Pero bueno, no avanzo nada. Sólo que hay una veintena de escritores cubanos de todas las latitudes y corrientes.
MN. Usted cuenta con una obra que incluye poesía, narrativa y estudios académicos, ¿En cuál de esas vertientes de la escritura se mueve mejor Armando Valdés-Zamora?
AV. En realidad son placeres diferentes que se complementan. Yo sé que mucha gente que me conoce no va a creerme, pero lo que más placer me provoca es escribir literatura de ficción. Mi tesis de 7 años interrumpió una segunda novela que tenía avanzada y de la cual saltaron personajes a exigirme cuentos. La crítica literaria, los ensayos, forman parte de la pasión que tengo por valorar de otra manera y divulgar en Francia nuestra literatura. Creo que tengo el azaroso honor de haber podido pasar años en las universidades y en las bibliotecas francesas y me apasiona leer la escritura cubana desde ángulos que creo inexplorados.
MN. Usted es Doctor por la Universidad de la Sorbona con una tesis titulada: La escritura del cuerpo: el discurso teórico y poético de José Lezama Lima ¿Cómo se aprecia en la obra lezamiana la escritura del cuerpo, específicamente cómo se manifiesta en la novela Paradiso?
AV. Con respecto a Lezama mi tesis es que es el cuerpo la forma predominante en toda su escritura: poesía, narrativa, ensayística, diarios, cartas, etc.Yo he pretendido invertir el punto de vista crítico con respecto a la escritura de Lezama: verlo como un escritor del cuerpo y no del espíritu insular, partir del análisis de su conciencia y confrontarlo al texto sin tener en cuenta las numerosas trampas y guías apócrifas con las cuales él criollamente desvía a los lectores.
En mi tesis yo demuestro que Lezama pasa por tres etapas al tratar de escribir un texto-cuerpo: una insular, otra barroca y la última, la más trágica que él mismo nombra barroco carcelario, es la etapa durante la cual él escribe su propio cuerpo, encerrado en el espacio de su casa y en el tiempo agónico del estalinismo de los setenta que coincide con el final de su vida en 1976.
Ah, en mi tesis me centro en la poesía de Lezama, en su discurso teórico y en su escritura íntima. No toqué entonces Paradiso porque es de lo que más se ha hablado. En un libro que escribo actualmente integró la novela a esta estructura de lectura del cuerpo que divido en dos partes: Mirada y Experiencia corporal. Los resultados de este estudio complementario aún no son definitivos.
MN. ¿Cómo se aprecia la escritura del cuerpo, digamos, en la narrativa cubana de la década del 90 al presente?
AV. La imaginación literaria cubana puede valorarse a partir de la lectura de la figura del cuerpo. Eso forma parte de un proyecto de libro que sé me llevará muchos años de trabajo. Con respecto a la narrativa de los 90 quiero creer que son las memorias de Reinaldo Arenas "las responsables" de otra manera de llevar al extremo la corporeidad en la literatura cubana. Aquí lo que se ha dado en llamar "las políticas del cuerpo" están regidas por el exceso del sexo y por el nihilismo del sujeto. El cuerpo en Arenas es la única posesión y revindicación del insular frente al poder, el máximo ejemplo de rebeldía frente a las marcas que instaura el totalitarismo en los cuerpos de sus víctimas. Aunque se diferencie mucho de Antes que anochezca por adoptar la forma de una ficción, La nada cotidiana de Zoé Valdés es la variante femenina de esa manera descarnada de asumir el cuerpo, en este caso de una mujer. Estos dos libros, junto al Premio Cervantes a Cabrera Infante en 1997, constituyen los hitos más visibles de la literatura cubana en Europa en los noventa. Mucho de lo malo que ha venido después en nuestras letras parte de una interpretación errada y simplificada de estos paradigmas.
Yo quiero añadir también los casos de los desaparecidos Guillermo Rosales y Carlos Victoria. Me parece increíble no haberlo leído en ninguna parte, pero yo considero la novela Puente en la oscuridad el más logrado trabajo de ficción de todos los escritos sobre la tragedia del exilio de Miami: ese cuerpo dividido en dos, esa mitad perdida del hermano, ese padre del otro lado del puente, tomando como base lo más sugerente del romanticismo inglés, salvan otra manera perdurable e intelectualmente refinada de escribir el cuerpo contemporáneo del cubano.
MN. ¿Qué opinión le merece que el mismo régimen que condenó a José Lezama Lima al ostracismo y la miseria, procure luego de su muerte rendirle honores y apoderarse por otra parte de su legado?
AV. Mario Vargas Llosa ha escrito un bello artículo en El País sobre el intento de recuperación de Jorge Luis Borges por parte del gobierno populista argentino que deseaba repatriar los restos del escritor enterrado en Ginebra. Los mediocres siempre necesitan empobrecer el discurso con símbolos que las masas idolatren.
La figura de Lezama se puede prestar a la burda recuperación por el solo hecho de haber muerto en Cuba. Lo más bochornoso no es la manipulación de los comisarios culturales, sino la traición a su memoria de quienes contaron con su confianza y que se prestan por temor y oportunismo a tergiversar incluso su pensamiento y su literatura. Los ejemplos sobran, pero quiero mencionar al menos uno. El de "la congelación" de la tesis de la teleología insular. Esta idea de Lezama que data de 1937 sólo constituye una etapa inicial de su pensamiento la cual, además, el criticó después. Dejar a Lezama en este estado de sus reflexiones estéticas pretende integrarlo a la idea de una excepcionalidad insular a la que corresponde un hecho final unitivo, una utopía posible que viene siendo al triunfo de la revolución de 1959. Sin comentarios…
La celebración de un coloquio en México en 2010 por los 100 años del nacimiento de Lezama promovida por José Prats Sariol y de cuyo comité organizador formo parte, es una de las maneras de tratar de salvar la memoria de "El Maestro", de actualizar el estudio de su obra, de rendir homenaje a unos de los más importantes escritores de todo el siglo XX, al margen de rencores, de odios, y de protagonismos inútiles.
MN. ¿Ha visto la película sobre Lezama, El viajero inmóvil, que el régimen de La Habana ha hecho circular recientemente? ¿Qué le parece la película? ¿Qué le parece el hecho de que algunos de los intelectuales que aparecen en el filme fueron los mismos que le censuraron y reprimieron?
AV. De esa película sólo he visto las imágenes de Youtube, aunque sí he leído muchas reseñas que insisten en considerarla muy mediocre. De las bajezas de ciertos sectores intelectuales cubanos de la isla se puede esperar cualquier cosa. Yo que quiero ser hasta compasivo me pregunto qué harán esos canallas letrados cuando no estén sus amos en el poder…
MN. ¿En qué proyecto literario trabaja actualmente Armando Valdés-Zamora?
AV. Acabo de terminar lo que llamo "mi poemario de exilio", en el cual trabajé durante 10 años, se trata de un poemario apócrifo que toma como base un grabado alquímico alemán…
También está casi concluida la antología de cuentos cubanos a la que me refiero en la respuesta 5. Retomo el próximo verano una novela sobre los años 93 y 94 en Cuba. Más que de balseros se trata de una novela de argonautas, es en cierta medida, una continuación de las ideas expuestas en mi primera novela, Las vacaciones de Hegel.
Poco a poco acumulo las páginas de un libro de cuentos, bastante raros, por cierto.
Escribo un libro de ensayo a partir de mi tesis sobre Lezama.
Constantemente abordo en artículos y ensayos publicados casi siempre en Francia diferentes aspectos de la literatura cubana. De aquí saldrá también un libro.
Y reúno fuerzas e ideas para una historia de la imaginación literaria cubana de la cual sólo están escritos algunos esbozos.
MN. ¿Es feliz Armando Valdés-Zamora? ¿Qué es lo que más desea en su vida?
AV. Contra todos los pronósticos me considero un hombre feliz. Como digo en un poema: Triunfador de todo por una razón inesperada y desmedida: me pasé de límites y de destinos.
Nunca hubiera pensado cuando me expulsaron en un acto público a los 18 años del preuniversitario por problemas ideológicos, cuando mis balsas no llegaban a sus destinos ni cuando vendía libros en la Plaza de Armas, que viviría en París. Que vería crecer mis hijos nacidos en Francia. Que podría viajar, con mi pasaporte francés y un mínimo dinero sudado con mis clases, por el mundo entero cuando me dé la gana. Y decir NO, y no pasarme nada…
Lo que más deseo ahora en mi vida es que no haya en Cuba presos políticos. Así de simple.
Y poder ir de vacaciones a la playa con mi hija Ariane que el día que atraparon a Saddan Hussein se puso de lo más contenta y vino a decirme en medio de su confusión de dictadores: Papá ya podemos ir a la playa en Cuba, cogieron a FC, estaba en un hueco y con la barba sucia…
Tomar un café de nuevo con mi madre en Santa Clara. Publicar en revistas literarias editadas en mi país sin filiaciones ni obediencias políticas. Transmitir a los estudiantes cubanos y a los escritores lo que aprendí en Francia. Que en el país en que nací reconozcan el trabajo intelectual que he consagrado a la literatura cubana, a pesar de los rigores de la sobrevida en el exilio.
Y que nunca más cuando me presenten en Francia mi interlocutor me pregunte:
_ ¿Cubano?, ¿de dónde? ¿De Cuba o de Miami…?
Y yo me vea obligado a responderle:
_ No Monsieur, cubano de París, del Mundo. Un cubano libre!!!
Ser cubano, por culpa de otros, es algo sumamente difícil… ¿no?
Entrevista publicada originalmente en Martí Noticias, el viernes 27 de mayo de 2010.
Armando Valdes-Zamora se presentará hoy en la tertulia La Otra Esquina de las Palabras, donde se efectuará el lanzamiento de su poemario Imaginarias de un velero sugerido.
Café Demetrio
300 Alhambra, Coral Gables.
305-448-4949
Viernes, 27 de agosto, a las 7:30 pm
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