viernes, 19 de febrero de 2010
Un poema de Joaquín Gálvez
Retrato del que ya no vive en las nubes
En una nube corre un niño calzando las botas del viento...
Los gigantes, los cíclopes y los lestrigones nunca pudieron encontrar extremidades para arribar a tu altura. Sobre tu cabeza pendía una espada, por eso el filo de tu inocencia era la envidia de Damocles.
Con el alba, alguien languidece (no sabe que ha perdido su tugurio en las nubes):
firma un cheque para pagar la hipoteca, con ademán del que ya no es soberano...
Orinas tu fragmento de lluvia y te alimentas del aire sentado en tu trono. Ladrón y policía: a ti te encarcelan, te castigan, te matan… y al final demuestras que jugar es el único triunfo.
(Triunfador sólo fuiste con tu oficio en las nubes)
El conductor de ese auto se perderá por siempre de mi mirada, pero me dejó su sonrisa manchada de tanto pie en la tierra.
Puse un día los pies en la tierra, y ahora descubro que no hay memoria ni vuelo que me devuelva a mi villorrio en las nubes.
El poema esta bien, hay oficio. Pero quien es el de la foto, para entender el enigma de estos versos.
ResponderEliminarTremendo poema Joaquin,,,, felicidades
ResponderEliminarBello poema, con gran profundidad de estilo y esencia. Con respecto a la foto, si no me equivoco es de la escena final de la Dolce Vita y el que esta en la foto es Marcelo Mastroniani(cuyo personaje no solo habia dejado las nubes, estaba enterrado en el subsuelo del materialismo en toda su expresion).
ResponderEliminarFormidable, y el cierre es el mejor
ResponderEliminarsaludos
… y al final demuestras que jugar es el único triunfo.
ResponderEliminarJoaquín, tienes frases encantadoras. Un placer leer y releer; y eso pasa con un poema como este.
Gracias Armando y S.D.L. Siempre son muy valoradas sus opiniones.
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