viernes, 30 de marzo de 2012

Alejandro Fonseca entre el tiempo y el espacio


Por Joaquín Gálvez

Una selección de poesía, al igual que una antología personal, presupone el arribo de un momento cumbre en la vida de un poeta. Pero no por la cantidad de lo producido en materia literaria, sino porque al aunar sus poemas el lector será capaz de reconocer los rasgos de una escritura, es decir, un corpus que ya ha podido alcanzar su propia identidad y cuya correspondiente excelsitud le otorga el nombramiento de obra.

De un tiempo deslumbrado, selección de poesía (1986-2009) de Alejandro Fonseca (Holguín, 1954), ejemplifica lo antes mencionado. Nos encontramos ante una poética de considerable consistencia formal, con un patrón estilístico y un tono apenas invariable, los cuales engarzan muy bien con los temas abordados y le imprimen un sello a su voz.

El conflicto sujeto–realidad, presente en casi todos los poemas de este libro, queda resuelto por el despliegue de un lenguaje que trasluce la disección del espacio existencial del poeta, pero que sutilmente solo muestra sus bordes, tal como si fuera una mueca o una insinuación. Este sesgo le permite atravesar el terreno pantanoso de una realidad, en este caso la cubana —llámese Cuba o Miami— sin hacerla manifiesta, y que, sin embargo, puede ser atrapada a través de una rendija, por donde se asoma la mirada poética, para situarnos en otra realidad, claro está, más trascendente: "Solo el tiempo te asedia/ y poco a poco en tu cuerpo aparecen signos, temores,/ y se hace más grande, más terrible como un lugar prohibido, el recuerdo".

Esta selección reúne poemas de sus seis libros que han alcanzado la imprenta, de los cuales cuatro fueron escritos y publicados en Cuba. Al leer sus primeras entregas, dadas a conocer en varias publicaciones a principio de la década de los 80, constatamos los trazos de una poética que mira la realidad desde una óptica individualista y crítica, por lo que se aparta del triunfalismo y el tono laudatorio que no escaseó en la poesía cubana durante las décadas del 60 y 70. No obstante, en los poemas de Fonseca la realidad no aspira a ser mero retrato, sino que se amalgama con el tropo poético para dejarse ver de una forma difusa. En su poema "De los sueños", leemos: "En la madrugada confluyen laberintos/ se siente como si detrás de la puerta alguien eterno escuchara mi silencio./ Mañana será un país de incertidumbre/ que con torpeza escogieron los ancestros".

La obra poética de Alejandro Fonseca constituye toda una indagación sobre la condición humana, aun cuando está enmarcada en esas dos provincias del universo que son Holguín y Miami. Apelando al lugar común: la naturaleza humana es la misma en cualquier lugar del mundo. Si la impronta de Eliseo Diego está presente en este libro, la misma se reduce al tratamiento de ciertos temas como el paisaje, las costumbres y la familia. A diferencia del poeta origenista, Fonseca no puede conciliarse con su medio. Desde muy temprano lo asalta la duda, que lo induce a decir: "Creí ser el huésped seguro del paisaje…/ Y me rodean de lobos que ensayan un mismo discurso". Su voz está signada por esa mácula que asola al "sitio donde mejor se está", y se refugia en esas calles, montañas y litorales de su infancia, que aún lo deslumbran.

En los poemas pertenecientes a sus dos últimos libros Ínsula del cosmos y La náusea en el espejo, en los que se inscribe la experiencia del exilio o la diáspora, en la ciudad de Miami, Fonseca conduce al lector hasta las lindes de su limbo existencial. Desde ese punto extremo nos revela sus visiones más confidenciales sobre su ámbito y los seres que lo habitan. El desarraigo y la memoria se convierten en el tema axial de estos poemas. El poeta se debate entre el desasosiego de un presente que le resulta ajeno y el pasado que lleva a cuestas como Sísifo con la roca, pero al que, inevitablemente, permanece atado: "Tuve la llave de un paisaje y sus natalicios/ Los espejos captan el espionaje de mi rostro/ Pero soy el que siempre regresa tanteando con furor el borde de una isla".

El dilema que acecha a Fonseca está simbolizado por dos palabras: archivo y espejo. Es decir, pasado y presente, anverso y reverso de una moneda que, como elementos de contraposición, se repelen y convergen a la vez, trazando un mapa independiente donde se ubica la geografía existencial del poeta. En efecto, Fonseca toma distancia y opta por el papel de ente pasivo de su medio, posición privilegiada que le permite ser un observador de lente agudo, para así darnos un testimonio desprovisto de toda tendencia épica, cuyo único compromiso son los dictados de su voz.

Como toda selección poética, ésta es un muestrario de la evolución de su hacedor; para bien suyo, in crescendo, a diferencia de otros poetas que se han malogrado con el tiempo. A medida que nos adentramos en las páginas de este libro, encontramos versos más depurados, despojados de innecesarias adjetivaciones; el ritmo se torna más pulsante y el léxico resulta más acerado al intensificarse el conflicto entre el poeta y su medio.

Al igual que a Heberto Padilla, a Fonseca el tiempo (deslumbrado) le negó el peso de su luz, esa aurea aetas que tanto nos pertenece, tal como enuncia al final de su poema "Ciudad con nosotros". Ah, otro poeta que se autoexpulsa del juego (peligroso) de la historia. Desde la orilla que lo vio nacer, presagia: "Y me inquieta la otra orilla desconocida…". Y bajo la certeza y los designios emprende el viaje hacia la otra orilla, acaso para convenir con la sentencia de Cavafis: "No hallarás nuevas tierras, no hallarás otros mares. La ciudad te seguirá".

A la manera del antihéroe existencialista, el atisbo hiperconsciente con que este poeta discurre la realidad lo lleva a ver "la náusea en el espejo". De hecho, advierto que éste es un libro no apto para los que buscan asirse a un credo, ni mucho menos a complacencias multitudinarias. Más allá de agendas y posturas políticas, Fonseca, con una visión determinista, llega a la conclusión de que el exilio es una condición de la existencia, ya sea fuera o dentro del territorio natal.

De un tiempo deslumbrado constituye en sí mismo el tiempo sin horas y el espacio sin fronteras: la ínsula que ocupa la atemporalidad del cosmos. De esta forma, Alejandro Fonseca desecha todos los dioses; aunque solo le queda un credo para hacer de su bitácora un acto de confirmación poética: la palabra y su posible patente de belleza.

 Reseña publicada originalmente en Diario de Cuba
Alejandro Fonseca, De un tiempo deslumbrado (Silueta, Miami, 2011).

jueves, 29 de marzo de 2012

Este viernes, encuentro con el poeta y periodista Rogelio Fabio Hurtado


La Otra Esquina de las Palabras invita a un encuentro con el poeta y periodista cubano Rogelio Fabio Hurtado.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949

Viernes 30 de marzo - 7:00 p.m

Rogelio Fabio Hurtado. (Ciudad de La Habana, 22 de junio de 1946). Entre su obras publicadas se encuentran: El poeta entre dos tigres, poesía, Miami, 1996; Viñetas para un invisible, prosa, Miami, 2001; Orden hospitalaria de San Juan de Dios, 40 años en Cuba, La Habana, 2003. Desde 1969, poemas suyos han aparecido en diversas antologías, tanto en Cuba como en el extranjero. Obtuvo en 1995 el premio literario concedido por la Conferencia Cubana de Obispos. Ha colaborado desde 1996 en las revistas católicas de la arquidiócesis de La Habana y en la pinareña Vitral. En el 2004 publicó el poemario Retornando al templo, y ese mismo año ganó el premio de poesía de la revista Vitral con el libro Hurrah y Otras Elegías. Tiene en preparación el poemario Continuación de Blanca Nieves. Fue editor de la revista Espacios. En la actualidad se desempeña como periodista independiente en Cuba.

martes, 27 de marzo de 2012

Este jueves, presentación de libro de Amelia del Castillo en el CCE



Como parte de la celebración del Mes de la Historia de la Mujer en el Centro Cultural Español de Miami invita a la presentación del libro de ensayos 'Palabras al vuelo', de la escritora cubana Amelia del Castillo, Ediciones Baquiana, Colección Senderos de la Narrativa (2012). Intervendrán: Amelia del Castillo (autora del libro, la Dra. Aleida Garrido (presentadora) y Patricio E. Palacios, director ejecutivo de Ediciones Baquiana (moderador).

Sinopsis del libro: En Palabras al vuelo su autora reúne trabajos presentados en congresos nacionales e internacionales y publicados en revistas literarias de prestigio; algunos traducidos al inglés, francés e italiano.

De este libro nos dice la profesora y ensayista de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, María A. Salgado: “Los diecinueve textos de Palabras al vuelo recorren el pensamiento crítico-poético de Castillo a partir de 1978, subrayando el impacto del exilio en sus circunstancias vitales y en su visión poética”.

Día: Jueves, 29 Marzo 2012 - 7:00 pm

Amelia del Castillo, nacida en Matanzas, Cuba, y residente en los Estados Unidos desde 1960, es poeta, narradora y ensayista. Autora de diez poemarios y de un libro de narrativa, entre los que cabe destacar: Cauce de tiempo (1981), Agua y espejos (1986), Las aristas desnudas (1991), Géminis Deshabitado (1994), El hambre de la espiga (2002), Un pedazo de azul para el naufragio (2005) y Fugacidad del asombro/Vanishing Amazement (2010). Ha obtenido siete premios internacionales de poesía y cuento en Salamanca, Madrid, Nueva York y Miami, entre ellos el Cátedra Poética Fray Luis de León (Universidad Pontificia de Salamanca). Finalista (accésits, menciones) de los Premios Carmen Conde (Madrid), Letras de Oro (Miami), Mairena (Puerto Rico), Calíoppe y Polimnia (Vizcaya). Su obra aparece en antologías y publicaciones de Argentina, Colombia, Costa Rica, España, Estados Unidos, México y Uruguay.


domingo, 25 de marzo de 2012

Un poema de Magali Alabau



Perdón

a Joaquín Gálvez

Sufro por tu ausencia,
el recuerdo de otros tiempos,
pinceladas, intentos,
toques de luz y humo de un bar
entregado a los ruidos
de minúsculos vasos de coñac
chocando con el vino y las botellas de ron.
De pie, los hombres en la barra
esperan trajeados, trotando.
Llegan a esa libertad y libertinaje
del trago y las mujeres,
a oír vida de mi vida,
dame tu perdón.
El limpiabotas asedia la posible clientela
acariciando sombras en el temblor de mi voz.
Por fin la señal del Salón de Belleza
donde mi tía con su pena
vuela y pinta, pinta y vuela.
En la vidriera es la atracción
de la calle Apodaca.
Con su experiencia
exquisita y peligrosa
extirpa cutículas y pellejos.
Raspa las durezas
con la lija
sumergiendo los dedos,
intimidad de un baño
que ablandece
lo áspero.
Raspa suciedades urbanas
con un fervor
intenso.
Qué etapa tan turbulenta
donde el pellizco
con ira
se entrega al
punzante instrumento.
Abusos,
sollozos.
La mano se rinde a
confesiones ocultas.
Corta feroz
la tijera
preludios
de sentí, sentimos o sintieron
La herida
se rinde
a la crema y el masaje.
Manos en sus manos,
destellos de amor y posesión,
todo en control.
Piel que cae
en su pequeña alfombra doctorada,

plumas de aves,
pedazos dispersos
que hace desaparecer
como una maga
sin notarlo ella o yo.


Y entonces,
ese tesoro de Pandora,
su propiedad privada,
amalgama de niveles y colores,
óleos percibidos,
gamas de rosado perlado,
esmalte para las adolescentes,
rosas de coral para las quinceañeras.
Rojos de vino, rojos de pasión
para promesas.
Perlas violeta para la luna de miel
y ese rojo torbellino
casi negro,
flores de invierno,
un baile de disfraz,
una broma
o un juego perverso.
El bar de enfrente tiene
esa conexión con las mujeres,
vivaz, apurada,
mi tía brinca la acera
con su uniforme blanco,
con ese maquillaje exagerado
y esa juventud perdida entre
tintes negruzcos y pómulos cremosos,
tan dulces en su rostro.
Mientras camino
con miedo por la acera
esa canción de Benny Moré
me llega a las orejas.
Me detengo en seco.
Cómo fue,
no sé decirte cómo fue,
no sé explicarte que pasó


Desde Nueva York te recuerdo.

sábado, 24 de marzo de 2012

Serie: El Regalo de Rodolfo: Mirada desde un Submarino Blanco



Por Zahylis Ferro

Hace unos años, en una clase de Creative Writing, escuché por primera vez a alguien hacer énfasis en el escribir usando palabras para “mostrar” más que “decir” lo que pasa en la historia. Terminó la clase y no siempre pude darle al asunto donde le dolía. Algunos tenemos la manía de contar “contando.” Sin embargo mi profesora se hubiera sentido realizada de haber tenido a Eva Vergara como alumna y haber podido leer Mirada desde un submarino blanco (Editorial Silueta 2009).
Mirada desde un submarino blanco es un libro minucioso, detallista e íntimo. En sus historias se muestra mucho y se cuenta poco. Y digo que se cuenta poco porque en la mayoría de las historias pasa poco en verdad fuera del personaje, en otras palabras, la acción ocurre dentro y no fuera de él. Envuelta en piel de mujer – mujer que lucha batallas muy femeninas y se debate en conflictos de género y sociedad- y escondida a su vez dentro de su propio submarino blanco, refugio y encierro, un alma observa la vida que transcurre en el exterior, mientras muestra la otra cara de la moneda, la vida que pasa dentro, donde es reina y dueña de su intimidad.
Lo más curioso es que al final la observadora termina siendo la observada porque la mujer se describe, se regala, se quiebra y se duele en ese dolor interno que los personajes de la historia con los que interactúa no pueden percibir, aislados entre tanta introversión. Y a eso me refería cuando al principio ponía el ejemplo de mi clase de Creative Writing, porque en Mirada desde un submarino blanco el dolor se ilustra, no se describe. Miradas… no dice “duele”, muestra “duele” como en la historia Entre ángeles, aunque la mayoría de las veces el grito suene sordo, a modo de implosión, como cuando se quiere gritar en un sueño y no se puede porque simplemente no estamos despiertos.
Desde el submarino blanco el mundo no pasa desapercibido: ciudades, vívidas e irreverentes, como en “Cruzando desde, a la oscuridad”…el conflicto ‘pasado y/o realidad’ de “Mi Cuba Nostalgia’”... los efectos de la rutina sofocante en la vida de la mujer moderna que muchas veces se bate a capa y espada entre el “tengo que hacer algo y no se que es” y el quiero hacer algo que no es eso que tengo que hacer, esa repetición que abarca “Monotonías” en cada día de la semana.
Ante el submarino blanco se extiende un mundo al que la observadora pertenece por decreto pero del que no es parte, un mundo con el que difiere y contrasta, uno que le recrimina, la acorrala, la examina y categoriza como a un bicho raro. El submarino blanco, blanco como su color favorito, la acoge, la cuida, la protege, la deja soñar a su manera, la deja imaginar y ser quien es.
Solo ella se ve a sí misma dentro del submarino. Ella lo ve todo. Nadie la ve a ella. Al menos…eso cree la observadora. Lo cierto es que en estas 80 y tantas páginas, el ser que habita la blancura de su encierro, ha quedado, afortunada e irremediablemente, expuesto.

 Cortesía: KontArte

jueves, 22 de marzo de 2012

Encuentro con el poeta y periodista Rogelio Fabio Hurtado


La Otra Esquina de las Palabras invita a un encuentro con el poeta y periodista cubano Rogelio Fabio Hurtado.

Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949

Viernes 30 de marzo - 7:00 p.m

Rogelio Fabio Hurtado. (Ciudad de La Habana, 22 de junio de 1946). Entre su obras publicadas se encuentran: El poeta entre dos tigres, poesía, Miami, 1996; Viñetas para un invisible, prosa, Miami, 2001; Orden hospitalaria de San Juan de Dios, 40 años en Cuba, La Habana, 2003. Desde 1969, poemas suyos han aparecido en diversas antologías, tanto en Cuba como en el extranjero. Obtuvo en 1995 el premio literario concedido por la Conferencia Cubana de Obispos. Ha colaborado desde 1996 en las revistas católicas de la arquidiócesis de La Habana y en la pinareña Vitral. En el 2004 publicó el poemario Retornando al templo, y ese mismo año ganó el premio de poesía de la revista Vitral con el libro Hurrah y Otras Elegías. Tiene en preparación el poemario Continuación de Blanca Nieves. Fue editor de la revista Espacios. En la actualidad se desempeña como periodista independiente en Cuba.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Nader y Simin, A Separation


Por Amílcar Barca
El naturalismo bajo el negro del shador en Teherán

“La película relata la historia de la separación, civil y respetuosa, de un matrimonio iraní, en el que Simin, la mujer, quiere dejar a su marido porque no ve futuro en su país, mientras Nader se ve imposibilitado a seguirla porque se tiene que ocupar de su padre enfermo. El abandono de Simin obliga a Nader a contratar a una mujer para el cuidado de su padre, sin embargo la situación se complica debido a las diferencias culturales con su nueva ayudante, de clase social inferior, profundamente religiosa, embarazada y víctima de un marido despótico. Todo esto ocurre frente a la perplejidad de sus hijos, niños y adolescentes, incapaces de entender del todo lo que está ocurriendo” .Laura Luchinni. El País

Cuando alguien recomienda una película tiene el riesgo de que el otro viva con grandilocuencia o expectativa el motivo y, después, resulte que hubo más emoción en el relato de contarla que en la experiencia misma al verla. Pues bien, A Separation, (Asghar Farghadi)  titúlo en inglés, no necesita  recomendación pero si precaución a la hora de ir a verla. ¿Algo extraordinario en la creación formal? ¿Opresión del régimen iraní? ¿Violencia tipo primavera árabe con la oposición? ¿Fundamentalismo  y crítica desde este género?. Pues bien nada de eso si descontamos, por supuesto, que todo  lo político y lo social tiene  que ver con la cotidianidad en aquel país. En estos momentos, Irán,  vive la incertidumbre de ser bloqueado económicamente por el mundo occidental : “Somos gente pacífica y buena” dijo el director en los Globos de Oro al recibir el premio a la mejor película extranjera.  Yo le creo, mi gran amigo en esta ciudad es persa, pero se olvidó de excluir a quienes le gobiernan en su dedicación.

Nada tan humano y difícil como trabajar, el destino,  la necesidad de decir la verdad ante el mundo, la humillación ante tu marido, el orgullo, la responsabilidad ante un hijo, el amor filial, la venganza, la ira, la comprensión fraternal entre desconocidos, la falta, el arrepentimiento, el peso moral de Dios en los hombres y mujeres,  la juramentación ante Él, el escenario de los ancianos que sufren Alzheimer en nuestro entorno más íntimo, la culpabilidad, la injusticia familiar, la mentira piadosa, la vergüenza…y otros sentimientos y valores,  con la naturalidad y fuerza en que este film lo muestra y los universaliza.

Una anécdota, cuando mi mujer me dijo desinteresadamente en Barcelona  “Podemos ir a ver  Nader y Simin…Yo ya la he visto pero me gustaría volverla a ver contigo para contrastarla..¿qué te parece?”. Como cinéfilo nunca me niego a las sugerencias que ella me brinda… pero hacía años que no me arrepentía de haber aceptado su proposición. A tal punto, que estuve pensando en irme  de la sal por la crudeza del planteamiento. Aquel análisis que uno hace sobre las metáforas, los movimientos de cámara, la aportación plástica del film o incluso la crítica gestual que uno sugiere de quienes actúan tomándote un café a la salida del cine, se esfumaron. Sólo tenía ganas de tomarme una copa de coñac de un golpe. Hacía muchos años que no veía una película totalmente desnuda  de pretensiones de ningún tipo, que me provocara tanto sufrimiento y rabia por el desarrollo de su historia (Ahora que recuerdo, la última vez, me pasó con Dancing in the Dark de Lars von Trier en año 2000). A Separation, no es una película que puedas recomendar  con un “qué la disfruten” sino con un …“que la sufran humanamente bien”.

sábado, 17 de marzo de 2012

Orlando Alomá en La Otra Esquina de las Palabras: Fotos, pintura, poema y traducción




































(Bruselas, Museo Real de Bellas Artes)


Landscape with the Fall of Icarus

According to Brueghel
when Icarus fell
it was spring


a farmer was ploughing
his field
the whole pageantry


of the year was
awake tingling
with itself


sweating in the sun
that melted
the wings' wax


unsignificantly
off the coast
there was


a splash quite unnoticed
this was
Icarus drowning


William Carlos Williams

II. PAISAJE CON LA CAÍDA DE ÍCARO
Según Brueghel
cuando Ícaro cayó
era primavera

un granjero araba
su campo
todo el esplendor

del año estaba
despierto tintineando
cerca de

la orilla del mar
interesado
en sí mismo

sudando bajo el sol
que derritió
la cera de las alas

insignificantemente
próximo a la costa
había

un chapaleo bastante inadvertido
era
Ícaro ahogándose

Traducción: Orlando Alomá

viernes, 16 de marzo de 2012

jueves, 15 de marzo de 2012

Este viernes: Encuentro con el escritor y traductor Orlando Alomá en La Otra Esquina de las Palabras



La Otra Esquina de las Palabras invita a un encuentro con el escritor y traductor Orlando Alomá,

quien dará una lectura y charla de su traducción al español de los poemas de William Carlos Williams basados en las pinturas de Pieter Brueghel el Viejo.

Durante el evento se proyectarán imágenes de las pinturas de Pieter Brueghel el Viejo.

La presentación estará a cargo del escritor y editor Rodolfo Martínez Sotomayor.


Café Demetrio
300 Alhambra Circle, Coral Gables
305-448-4949

Viernes 16 de marzo - 7:00 p.m


Orlando Alomá (Cuba, 1942). Escritor, crítico, traductor y periodista. Licenciado en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Oriente, donde luego sería profesor. Durante su estancia en Cuba fue miembro del Consejo de Redacción de la revista El Caimán Barbudo y Secretario de Redacción de la revista Casa de las Américas. Desde su llegada a Estados Unidos, en Miami, trabajó 21 años como editor de mesa, y escritor ocasional, en los diarios El Nuevo Herald y The Miami Herald.
  

martes, 13 de marzo de 2012

Tertulias literarias en Miami



Por Luis de la Paz


En el cada vez más activo espacio cultural de Miami, las tertulias literarias han ido adquiriendo carácter y personalidad, convirtiéndose en eventos que le imprimen energía al quehacer artístico del área. Lentamente, con su mezcla de encuentro social y agradable entorno para la presentación de libros, charlas, conferencias y conciertos, se ha ido tejiendo un atractivo conjunto de puntos referenciales, que han contribuido a animarlos fines de semana y facilitar un marco para debatir ideas y socializar.

Entre las más concurridas tertulias se encuentra La Otra Esquina de las Palabras. Creada por el poeta Joaquín Gálvez, al menos dos veces al mes, en el acogedor patio del Café Demetrio, en Coral Gables, se cita a sorprendentes actividades, donde es posible escuchar lo mismo al trovador Mike Porcel, ofreciendo literalmente un concierto gratuito, mientras charla con el público, que descubrir o redescubrir las voces de cuatro poetas de distintos registros, como Amelia del Castillo, Rita Geada, Uva de Aragón y Teresa María Rojas, unidas ellas por la feminidad y el exilio.

El proyecto de Joaquín se ha consolidado y quizás sea el foro más conocido y seguido en estos momentos por la naturaleza de sus presentaciones. Protagonistas de La Otra Esquina de las Palabras han sido la actriz Yolanda Farr, que reside en España, el dramaturgo José Triana, establecido en París. También importantes figuras del patio han dejado su huella allí. El pasado año, durante el mes dela poesía, una veintena de poetas leyeron sus trabajos en un verdadero maratón. Hubo un encuentro con el artista plástico Heriberto Mora, donde se proyectaron imágenes de sus obras. Citas con Roberto Cazorla, Carlos M. Luis, Rodolfo Martínez Sotomayor, Armando Añel, Rosie Inguanzo, Armando de Armas, Juan Cueto-Roig, Alejandro Fonseca y Reinaldo García Ramos, han contribuido a escribir la historia (aunque suene cursi hay que añadir, fecunda) de La Otra Esquina de las Palabras.

Un espacio agradable y de creciente significación es la tertulia Infinity Forever, creado por el escritor Baltasar Santiago Martín. De frecuencia mensual, aunque en ocasiones hay más de una actividad, ha abierto un espacio que Baltasar se propuso para “que el público interactúe con sus artistas, y ayudar así a la divulgación de su obra”. La tertulia es parte de un proyecto más ambicioso, que es la Fundación Apogeo para el Arte Público, creada por el propio Baltasar Santiago Martín para “promover una mayor presencia del Arte en los espacios públicos y en la vida social de las ciudades que conforman el Condado Miami Dade, apoyando a todos los artistas que tengan un proyecto interesante y que no cuenten con los medios ni la promoción necesaria para ello”.

Por Infinity Forever han desfilado, y han sido homenajeados, la pianista Zenaida Manfugás, el tenor Armando Pico y la bailarina Sonia Calero. Entre sus memorables actividades se encuentra una dedicada a recordar al actor Julito Martínez, donde se proyectó la película Las aventuras de Juan Quinquín, protagonizada por el desaparecido intérprete. También ha servido para la inauguración de exposiciones, murales, libros y reconocimientos, como el ofrecido a la escritora Belkis Cuza Malé, por su obra literaria y su labor al frente de la revista Linden Lane Magazine, donde el alcalde de Miami, Tomás Regalado, le hizo entrega de las llaves de la ciudad.

Estas dos tertulias destacan porque han servido para tender puentes entre generaciones de artistas, algo que puede considerarse como uno de sus logros más significativos. Además, han despertado el interés de otros por crear nuevos puntos de reunión.

Entre las tertulias nacientes está Esta noche en Delio’s, en el estudio del fotógrafo Delio Regueral, en Coral Way, espacio que ha sido muy activo en los últimos años con presentaciones de libros y otros encuentros, pero que ahora incursiona en un nuevo proyecto cultural más ambicioso, en coordinación con la Editorial Silueta y sus directores Rodolfo Martínez Sotomayor y Eva Vergara. Incipiente es también la tertulia Añorado Encuentro, conducida por el poeta y periodista cultural recién llegado al exilio Waldo González López. Se inició el pasado febrero, en La Pequeña Habana. Se propone una frecuencia mensual, siempre los últimos viernes de cada mes, para presentar musicales, teatro, televisuales, artes plásticas, danza y literatura. En la primera edición, se homenajeó a la Compañía ArtSpoken y a su I Festival Internacional de Obras de Pequeño Formato y su director artístico, el dramaturgo y director Yoshvani Medina.

Con una trayectoria de años hay que mencionar la tertulia que organiza la escritora y motivadora Xiomara Pagés. Esta se realiza en la intimidad de su casa, pero ha realizado un trabajo encomiable, con lectura de poemas y otras actividades muy bien acogidas por los asiduos a su tertulia.

Algunos centros realizan eventos culturales paralelos a su función central, como, las salas de teatro Avellaneda, Havanafama y ArtSpoken, esta última con las series Desalmuerzo Literario y la Noche de poesía Erótica, que tienen cierto ambiente bohemio, pero que no es propiamente una tertulia, sino un punto de encuentro. En esta misma dirección está el Centro Cultural Español, ahora enclavado en el centro de la ciudad. Existe una diferencia entre una tertulia y un foro multidisciplinario, y quizás sea porque las tertulias son más relajadas, menos formales en su estructura, aunque sí exigentes en la calidad y el rigor de lo que en su conjunto generan.

Desde luego hay otras, pero estas pocas mencionadas, han contribuido significativamente a colocar a Miami, y su amplio crisol de nacionalidades, en una corriente ascendente de dinamismo artístico y cultural.


Publicado originalmente en Diario Las Américas

domingo, 11 de marzo de 2012

Adalberto Guerra y un fantasma de La Seguridad del Estado Cubano




En un artículo de Waldo González López, cabalgando llega hasta mi puerta un fantasma de La Seguridad del Estado Cubano.


 Por Adalberto Guerra


En la época temprana de los años 90’s  andaba con un manuscrito de textos, diría yo “inocentes” bajo el brazo en mi pueblo Santa Cruz del Norte, cuando conocí a Fausto Adolfo Martí hijo del conocido poeta Adolfo Martí Fuentes,  y hermano de Carlos Martí Brenes, viceministro de cultura de Cuba en los 90’s. Fausto estaba convenientemente viviendo en el pueblo y se presentaba de vez en cuando en mi casa con la intensión de compartir textos, de ahí nació una amistad custodiada por el ojo amonestador de mi esposa, que siempre lo presintió como una persona de poca fidelidad y ligero en las palabras, pero yo andaba en los años de mi juventud, que como es sabido por muchos, me llevaron a APAL (Asociación Pro-Arte Libre) a finales de la década de los 80’s y no reparaba en Fausto más que a un hombre en busca de “las palabras”. Fausto de aprendiz de poeta pasó a activista de derechos humanos y en poco tiempo ya militaba en un grupo que cambió de nombre  y se dividió en varias ocasiones, junto a Héctor Castañeda y José Antonio Fornaris.  En el año 1991 mi hija Keyla, de tres años de edad, contrajo una enfermedad viral que le producía fiebre cada 15 días, que después de muchos estudios fue diagnosticada y le prescribieron penicilina benzatinica, que no era posible conseguir en las farmacias cubanas.  En una de esas conversaciones de sillón que sostenía con Fausto, sin otra intensión que el desahogo, le conté sobre la penicilina benzatinica y a los pocos días se apreció en mi casa con un frasco y posteriormente con otro, y en adición a algunos que yo pude conseguir en el mercado negro, terminó el tratamiento de 8 inyecciones.


En el  año 91, Fausto incrementó su actividad dentro de los grupos de pro-derechos humanos donde cubría los sucesos de Alamar en el caso María Elena Cruz Varela de Criterio Alternativo. El día  21 de Noviembre de 1991 llegó sorpresivamente a una casa en la playa de Guanabo donde me encontraba de vacaciones, visiblemente maltrecho, golpeado según él en Alamar, pero no ensangrentado como se conoció fuera de Cuba en este artículo (http://www.sigloxxi.org/Fisura/braga-13.htm).  Para hablar en privado nos fuimos a dar una larga caminata, tiempo que aprovechó mi esposa para extraer de su mochila una grabadora de bolcillo y una libreta de notas de las cuales se hicieron trascripciones del contenido (aún en mi poder), por lo que supimos que de hecho que Fausto era un Agente de la Seguridad del Estado, esa fue la última vez que vi a Fausto Adolfo Martí en persona.


Agosto 13 de 1992, en un juicio militar, el Gobierno cubano condenó a tres civiles; al Dr. Omar del Pozo Marrero a 15 años, a Víctor Reynaldo Infante Estrada a 13 años y a Carmen Julia Arias Iglesias a nueve años; y a un miembro del aparato de seguridad del Estado, el subteniente, Julio César Álvarez López, a 19 años, todos por revelación de secretos de Estado. Este documento de denuncia puede encontrase en www.directorio.org buscar bajo Directorio Democrático Cubano, 2007, ver  página 79, Fausto Adolfo Martí. El gobierno había infiltrado en sus organizaciones a Héctor Castañeda, Fausto Adolfo Martí y José Antonio Fornaris quienes testificaron para la fiscalía, en pocos días el señor Fausto fue enviado por su hermano a Islas Canaria con el título de “publicista”.


A raíz del “Maleconazo” en 1994, surge un caso de una embarcación cubana que naufragó en Cozumel-Quintana Ross, México donde mueren 9 de sus ocupantes y otros 8 fueron regresados a Cuba, a mi pueblo Santa Cruz del Norte, donde le facilité que fueran entrevistado por  agencias de prensa, entre ellas EFE y REUTER. Después de  las entrevistas hay un boycott de los productos Mexicanos en EU, dirigido por los exiliados de Miami y surgen presiones de todo tipo hacia el gobierno Mexicano por lo que fueron regresados a México y posteriormente recibidos por EU, a donde también se trasladaron los 9 cadáveres, suceso muy conocido por esta comunidad. Todo esto me situó en el centro de una controversia y tuve la habitual visita de la Seguridad del Estado donde entre otra cosas  me dijeron “hemos hablado contigo ya tantas veces y no haces caso, que te vamos a dar por donde más te duele” a primera instancia no capté la profundidad de la advertencia, posteriormente en la entrevista, uno de  ellos (que eran 5) me dice: “eres un mal agradecido” y al preguntarle la razón, me dice: “por lo que hemos hecho por la salud de tu hija” y le dejé saber que yo sabía que se referían al medicamento que me había provisto Fausto, en lo cual no había pensado hasta ese momento,  hubo un silencio momentáneo, de ahí en adelante mi mundo se fue en blanco y negro, no supe cuanto demoró la entrevista, solo pensaba que pudieron poner algo en la penicilina y matarla o dejarla parapléjica. Esto únicamente puede compararse a un padre que sabe que su hija estuvo tan cerca de un depredador sexual que pudo tocarle el pelo, las manos, las entrepiernas, pero quiso dejar para otro tiempo el resto. Llegué a mi casa y le dije a mi esposa que preparara todo, que nos íbamos, y tres días  después, el 21 de agosto de 1994 salimos ilegal de las costas de Santa Cruz del Norte en una embarcación. He pretendido olvidarlo todo por 20 años, pero me ha sido imposible porque el fantasma de Fausto me ha llegado cabalgando en este artículo de Waldo González López (http://fausto-adolfo-marti.artelista.com/) ahora en Miami, que me lo presenta renovado como un pintor, con otra cara, otra mano donde la crueldad se aplica con pinceles y colores tiernos. Recientemente en mi reencuentro inevitable con el fantasma de Fausto (en Facebook), le he escrito a su perfil la siguiente nota, con la que quiero cerrar estas palabras y finalmente olvidar, porque después de ver la obra, prefiero recordar  a Fausto “el pintor” que a Fausto el hombre. Un hombre puede hacer su obra buena, más una obra no puede hacer a un hombre bueno.“Esperó que la vida te haya dado la medida justa de las cosas, ni paz ni guerra extrema, para morir o vivir por algo


Adalberto Guerra


Nov.8.2011


Velamenes@gmail.com



           Correspondencia en respuesta.


Guayaquil, 9 de noviembre de 2011.


CARTA ABIERTA DEL FANTASMA AL FANTASMÓN



Sr. Adalberto Guerra:


Han pasado 20 años desde que lo conocí y continuo recordándole como un talentoso joven poeta del lugar donde vivía en ese entonces. Es indudable su interés por la literatura pues aún hoy vuelvo a saber de usted, pero en este caso no por su poesía, sino por la capacidad narrativa de que hace gala el cuento que me dedicó recientemente en su blog.


Construir literatura desde su subjetividad no se le da tan bien como la poesía y pretender hacer historia sin profundizar antes en los temas que escoge, no creo sea un buen camino para alcanzar notoriedad, más bien, esta falta de rigor lo puede convertir en el amplificador idóneo del mensaje de aquellos a los que cree repudiar. El Sr. José Antonio Fornaris me ha distinguido en varias ocasiones con trabajos muy parecidos al suyo. Extraña coincidencia esa que lo une a usted y a ese señor. A él nunca me he tomado el trabajo de responderle, en su caso lo hago más por el asombro que por el tema que sugiere. Hace años que lo oigo y ya a estas alturas de mi vida, si le soy sincero, me da igual las opiniones de los individuos como usted y de la mitología donde mecen sus frustraciones y olvido. 


Solo recuerdo haberle hecho el bien siempre que pude, lo cual veo no ha olvidado y reconoce en sus líneas, por lo que sobran las explicaciones que no le debo. Le aseguro que nunca registre sus pertenencias como hizo su esposa con mi mochila, supongo que obnubilada por la paranoia. Ignoro de que importantes pruebas pudo hacerse en tal robo, pero créame que tampoco me interesa mucho el asunto, más bien le sugiero que haga públicos tan valiosos documentos a fin de dar algún alo de credibilidad a su relato.
No me arrepiento de haber resuelto en su momento esa medicina que le hacía falta a su hija. Hacer el bien supongo que compensará siempre cualquier desaire u ofensa suya. Eso que sugiere de que podría haberla envenenado o contaminado es digno de quien lo piensa y no de mí, la mejor prueba con la que cuento no es su agradecimiento, sino que supongo su hija está viva. El juicio que me interesa es el de Dios y créame duermo tranquilo. Desconocía hasta hoy todo ese resentimiento y mala voluntad de su parte, pero no puedo hacer nada al respecto y tampoco me importa mucho.


Desgraciadamente toda esta historia no se ha terminado aun de escribir, así que le sugiero espere el final para hacer resúmenes. Por suerte para mí y para mi familia supongo no todos piensan como usted que he muerto y soy un fantasma. Una búsqueda en Google con mi nombre completo le ayudarán a convencerse que usted encaja mejor en esa definición o perfil. 


Como veo le han gustado mis pinturas, lo que reconoce indirectamente en sus despreciables e injuriosas líneas. Espero no tener que valerme de incidentes de este tipo para promoverme como pintor y desearía que a usted no le hagan falta para que lo reconozcan como poeta o alguien se decida a leerlo.
Sin más.


Fausto Adolfo Martí.


  
West Palm Beach Florida.


Noviembre 9 de 2011.


 Tengo lamentablemente que comunicarle Sr. Fausto que lo que usted leyó no es un relato, cuento o inventiva narrativa, donde lo incluyo, aunque presiento que sería de su agrado que lo fuera, porque  en los cuentos se distorsiona la realidad y al menos eso, le proporcionaría un escape de la realidad que sigue siendo su pasado. Las historias que son bochornosas duelen hasta el papel en que se escriben, como me duele usted profundamente.


 No me gastaría yo una letra o pensamiento en un personaje que tenga su semblanza. No figura usted en una lista de odio, porque no la tengo. En el final de mi artículo (era un artículo) le dejó el olvido como puente para que viaje usted hacia la luz, si tiene fuerzas. Sorprende que no se defienda de la realidad empírica que es, haber sido (o ser) un Agente de la Seguridad del Estado. Difícil será para Fausto explicar la resurrección de Fausto, lo que bien pudiera ser su reaparición en Cuba en el 2009. Admiro su obra por encima del hombre y le agradezco al hombre el bien que el hombre ha hecho. No ha negado usted lo de la medicina, cosa que me agrada, como tampoco ha negado que la obtuvo del mismo cuarto oscuro donde le daban órdenes.


Si hablamos de fantasmas te diré Fausto, que amo esta muerte donde me recuerdan con amor, que es más justa que estar vivo y ser recordado con encono. Nadie ha ido a la cárcel por mí, no tengo pasado, puedo morir en paz, ¿puedes tu Fausto? Te invito a que publiquemos tu carta y la mía (todas) en el sitio que elijas, a ver si das un paso hacia la luz.


Sobre google, poniendo tu nombre he encontrado cosas buenas y malas, las últimas son menos, pero pesan más en mi balanza, tu obra es buena, más las obras de un hombre es el peso completo de su vida. Poniendo mi nombre en google: tienes razón, me da un fantasma con unos libros publicados (dos), nadie me busca o me maldice, lo que me hace un fantasma feliz.


Con todo respeto.


               Ad Guerra.



Guayaquil, 10 de noviembre de 2011.



Pensé responderle de inmediato su mensaje al recibirlo, pero después de analizar su contenido decidí esperar unas horas a fin de poder discernir sus verdaderas intenciones tras esta, llamémosla, provocación digital tras veinte años de silencio.


Coincidirá conmigo que la publicación en su Blog de este artículo donde trata de hacerse mi víctima y su reproducción en Facebook no podían quedar sin una adecuada respuesta dejando clara mi posición, pero no le daré más valor que el que día a los artículos publicados por Fornaris y a los que no hace referencia alguna en este segundo mensaje. No será conmigo con quien hará meritos para sus ambiciones. 


Sus argumentos para iniciar este tardío debate después de 20 años no termino de verlos con claridad, ni cuál es su verdadero propósito tras este falso arrebato ético con el que pretende aleccionarme o dictarme cátedra de moralidad. En fin que no le debo ninguna explicación. Desgraciadamente no entiendo bien el lascivo lenguaje de los perros y no suelo actuar por impulsos entupidos, ni aguijoneado por situaciones imprevistas.


Usted ya hizo público el asunto así que no se a que nuevo espacio promocional pretende llevarlo. Lamento decirle que no soy su camino a la fama, ni la escalera a sus ambiciones personales.


Me perdona, pero no soy tan ingenuo como para dejarme dictar la agenda de lo que debo o no debo hacer por usted y ponerme a darle explicaciones. Dar mi versión de lo que sucedió realmente en aquel entonces sería caer en su juego.


Sus opiniones le repito me tienen sin cuidado así que haga lo que le parezca. Escriba lo que escriba y destile el veneno que destile, no le serviré de puente para salir de su mediocridad.


Mi primera reacción fue de asombro, en esta segunda parte comienzo a ver más claro su juego. Mal le debe ir económicamente con la poesía cuando necesita echar mano a un incidente de hace veinte años para comer supongo. No es mi caso y le comunico que este es el fin de nuestra comunicación.


Le deseo suerte y que Dios lo ayude.


                     Fausto Adolfo Martí.



West Palm Beach 10 de noviembre de 2011.


 Sr. Fausto:


Al inicio de todo esto pensé que me encontraría a un Fausto humanizado en la pintura, pero en fin, los colores que usted conoce son apliques que el tiempo o las manos dejan en las parares, que las mismas manos manchan o borran y yo venía pensando en los colores imperecederos. No le ofrecía más, que borrar de su mejor cuadro, (su vida) la mancha que lo arruina.  Lamento que en un impronto cierre la puerta de su tumba sin que al menos diga unas palabras de despedida al vivo que fue, o al fantasma que deja levitando. Veinte años son mucho tiempo para usted, creo que más largo le han resultado quince a Omar del Pozo, y a los otros de la causa. Usted pretende que el tiempo borre, yo pretendo que el tiempo sane, dos cosas muy distintas.


 Nada tiene que explicar sobre lo que sucedió porque las explicaciones son para los hombres que ponen luz donde hay sombras y no para los que ponen sombra donde hay luz. No me complazco en su respuesta pávida, asustadiza, más bien me apeno por usted. Ya habrá un tiempo para responderse así mismo, tal vez nunca llegue y siga el silencio escalando en las sombras de sus cuadros (que son muchas) y entre tanta sombra finalmente pueda enterrar ese fantasma que le habita los hueso.


 No lo uso a usted, como refiere en su carta, para afamarme, paladeó una vida meritoria, más bien humilde, sin que me persiga el pasado, ni busco en la literatura esconder al hombre que fui. ¿Qué otra riqueza digna pudiera un hombre pedirle al hombre que ha sido? Hay un momento donde no está la pluma o el pincel y el hombre entra en conversación con el hombre, no hay en esos momentos para mí bochorno.


 Sobre el Sr. José Antonio Fornaris, lo vi dos veces en mi vida, siempre en su compañía, y no hay cosa que tenga que decir,  más bien es usted quien tiene, que viene del mismo saco y comparten el esqueleto de un mismo fantasma. Por favor, no caiga en mi juego, siga en el suyo, el que le dictan la sombras que lo han acompañado por más de veinte años, no se gaste el tiempo en tratar de  entender “el lenguaje lascivo de los perros” que es para gente que entienden a los perros, que de hecho, ladran cuando un fantasma pasa. La próxima vez que ladre mi perro, le explicare que hay fantasmas míseros.


 Adiós para siempre Fausto, yo te perdono, y con esto te bajo misericordiosamente los parpados.


                       Ad Guerra.